lunes, 1 de octubre de 2012

10 malos hábitos que debes evitar al usar tu smartphone

Empezamos la columna de esta semana con una hermosa cita de Anais Nin (que nos mostró el sitio Brainpickings).
Léela despacio porque es muy buena. “El secreto de una vida plena es vivir y relacionarse con otros como si no hubiera mañana, como si uno no estuviera vivo mañana… Esta idea me ha hecho más y más atenta a los encuentros, reuniones, presentaciones, que pueden contener la semilla de la profundidad que puede ser pasada por alto”.
“Este sentimiento se ha vuelto cada día menos frecuente ahora que hemos alcanzado un ritmo más acelerado y superficial, ahora que creemos que estamos en contacto con una mayor cantidad de personas y de países. Esta es la ilusión que puede hacernos creer que estamos en contacto de manera profunda con las personas a nuestro lado. Es una época peligrosa en que voces mecánicas, radios y teléfonos reemplazan a los humanos, y el concepto de estar en contacto con millones aumenta la pobreza en la intimidad y la visión humana”.
Nin escribió esas palabras en 1946, pero habría podido escribirlas hoy. Ella empieza con una frase del tipo que sólo se vive una vez y termina con una reflexión que parece contemporánea de lo terrible en que nos hemos convertido ahora que tenemos el poder de tener el contacto con millones de personas al alcance de la mano. Sí, estamos hablando de lo molestos y groseros y antisociales que nos hemos convertido con nuestros smartphones y tabletas.
Estas son las diez cosas que uno no podía hacer antes que el internet llegara a los teléfonos móviles y que ahora hacemos todo el tiempo, para nuestra vergüenza. Por favor no hagas esto:
1. Escribir mensajes de texto, tuitear, enviar fotos por Instagram, etc., estando borracho.
Ya son lejanos los días en que los únicos testigos de tus locuras alcohólicas eran tus compañeros de bar que te veían caer al suelo. Ya sea que puedas mantener la buena ortografía y sintaxis (confesando lo inconfesable) o que tus habilidades para escribir decaigan con rapidez, el alcohol y los celulares no van bien juntos.
2. Perder el tiempo con tu teléfono al tener un rato libre.
Como lo escribe la autora Austin Kleon en su libro Roba como un artista, necesitamos un tiempo no planeado para fomentar la creatividad, un tiempo en que pasamos el rato y dejamos que nuestros pensamientos inconexos se conviertan en ideas geniales. Pero si cada rato libre que tienes (mientras esperas en un semáforo en rojo, mientras haces fila en un restaurante, mientras vas por un elevador) lo vuelves en una excusa para revisar Instagram, simplemente no tendrás esas ideas artísticas (y no, Draw Something no cuenta).
3. Quejarse de manera pasivo-agresiva para que todo el mundo vea.
Todos tenemos nuestras propias versiones de los llamados ‘problemas del primer mundo’, que son quejas frustradas con las injusticias menores de un mundo cruel. Eso es una realidad desde el principio de los tiempos. Pero ahora tenemos una infinidad de medios por donde expresarlos. A nadie le importan tus recriminaciones contra tu ex o contra tu vecino o contra tu jefe, ¿está bien?
4. Tenerle miedo a usar, de hecho, el teléfono para llamar.
Los teléfonos celulares y las tabletas han facilitado mucho la comunicación sin usar los buzones de voz. Esto es malo para las relaciones por muchas razones. Anais Nin simplemente lo odiaría. Simplemente marca y disfruta del placer de una conversación entre dos humanos.
5. Perderte el concierto de tu grupo favorito porque estás muy ocupado tomando fotos malas.
Tu tío rockero tenía razón: los conciertos sí eran mejor antes, no necesariamente por la música sino porque el público de hecho pagó por prestar atención a los músicos y para cantar y bailar sus canciones en vez de estar sosteniendo sus teléfonos en el aire demorarse 30 segundos tratando de encontrar el botón de obturación en la pantalla.
6. Enviar fotos comprometedoras.
El ritual de enviarse fotos lascivas solía ser una cuestión complicada que implicaba Polaroids y encuentras furtivos. Ahora, las personas sólo tienen que desnudarse, tomar la foto y enviarla. Analiza eso, Anais Nin.
7. Hacer de tus amigos tus nuevos enemigos grabando videos de ellos.
Las videocámaras ahora están en aparatos pequeños y discretos en los que puedes revisar tu correo electrónico. Esto es una noticia potencialmente mala para aquellos con los que sales de fiesta, pues tienes en tus manos un dispositivo de grabación que puede humillarlos para siempre. Establece unas reglas y usa tu cámara con juicio, para que no terminen humillando a un amigo con un video de su mal vocabulario o sus opiniones políticamente incorrectas.
8. Dejar que tu ira sea conocida por todo el mundo.
Los humanos siempre han hecho cosas estúpidas cuando están fuera de quicio. Ahora, esas explosiones de ira las puede ver todo el mundo. Toma un respiro y deja tu smartphone a un lado si tienes rabia.
9. Escribir mensajes de texto mientras caminas.
Rara vez uno puede hacer esas dos acciones al tiempo con éxito. Por urgente que sea, puede esperar unos minutos. O tú podrías, de hecho, llamar a esa persona a la que le quieres escribir con tanta urgencia (mira el error No. 4)
10. Usar tu teléfono en el baño.
No. Simplemente no lo hagas.

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