jueves, 31 de julio de 2014

Cómo escribir un blog y conquistar la blogosfera


Una vez que tienes todo listo (dominio, plantilla, diseño, etc) sólo te queda saber cómo escribir un blog y no caer en la trampa de la abuela.

¿Ein? ¿Qué diablos es eso de la trampa de la abuela?

Sigue leyendo para saber de qué te hablo…

Escribes para personas. Dirígete a ellas

¿No sabes lo que es la trampa de la abuela?

En realidad sí que lo sabes, pero quizá no con ese nombre.

Se trata de esa imagen en la que te ves sentado frente al ordenador, y en la que nadie más aparte de tu madre, tu abuela, tu hermano y un par de conocidos te leen. Y encima ninguno de ellos es tu potencial cliente…

Es tu mayor pesadilla. Y dentro de meses te ves en ese estado inevitable.

No sabes qué más a hacer, has agotado todas tus ideas.

Ahora empiezas a leer acerca del SEO. Que si palabras clave por aquí, posicionamiento por allá… Un montón de términos que todavía te vuelven más loca la cabeza.

Un día se te enciende la bombilla, y te das cuenta de que tienes aprender cómo escribir un blog para que te lean tus clientes potenciales.

Olvídate de la vergüenza y el pánico escénico

Trabajo día tras día con bloggers, ¿y sabes cuál es el error más grave que cometen? ¡Escribir manuales de electrodomésticos!

Empiezan a llenar sus post de frases frías y estándar que nos recuerdan más a un manual que a un portal donde compartir experiencias, conocimiento, etc.

El marketing online es una disciplina que surgió en todo su esplendor a principios del siglo XXI, con motivo del…

Si este estilo de redacción te suena, hazte un favor y para un momento de escribir.

La clave sobre cómo escribir un blog es saber a quién te diriges

La segunda persona del singular existe.

De hecho en un blog escribes para una sola persona. No hay cientos de lectores agrupados frente a una pantalla de ordenador leyendo tus posts.

Así que la clave sobre cómo escribir un blog es hablar para una sola persona, como si estuvieras en una conversación en una cafetería.

Cuando abrimos un portal propio por primera vez, es fácil que ni si quiera dediques tiempo a pensar en tu audiencia.

¿Tu blog va enfocado a jóvenes? ¿Emprendedores? ¿Amas de casa? ¿Jugadores de videojuegos online?

Cada uno de estos usuarios mantiene unos gustos y aficiones, y por tanto la forma de dirigirnos deberá ser diferente.

Aún así, pese a esa singularidad que siempre va a existir, hablar en segunda persona del singular (tú) es un estímulo directo para nuestros cerebros.

Cuando hablamos y nos dirigimos a una persona concreta, es mucho más fácil que el lector se sienta identificado, y consigamos captar su atención sin problemas.

Evita artículos o pronombres del tipo “ellos, vosotros… ” que suelen despistar mucho más en la lectura y la hacen más impersonal.

Bola extra: 3 consejos para crear contenidos de Champions League

Un copywriter es un redactor capaz de transmitir emociones a sus lectores, sabe cómo escribir un blog que enganche con la audiencia, así que tendrás que aprender algunas de sus técnicas.

Si has seguido leyendo hasta aquí es porque de verdad estás motivado para empezar a escribir un blog, “como tu audiencia manda” y conquistar miles de fervientes seguidores.

Aprende cómo escribir un blog de forma persuasiva, haz que tus contenidos sean relevantes para tu audiencia, y triunfarás.

#1 Utiliza superlativos en tus textos

Si eres hábil utilizándolos, los superlativos te ayudarán a llamar la atención y viajar directos al cerebro emocional de tu audiencia. Son muy útiles para escribir títulos que enganchen.

Mira este ejemplo:

“Cómo escribir un blog y que más de 200.000 personas lo lean”

¿A qué la cifra te ha parecido atractiva?

Ah, por cierto, la cifra es cierta en el caso de este blog. No necesitas mentir  

#2 Emplea sustantivos emocionales

Los términos relacionados con el miedo, la ambición, la lucha, estimulan nuestra parte más primitiva e imprimen su contenido de una forma más directa, que cualquier otro tipo de escritura menos implicada emocionalmente.

Observa estas frases, a ver si llaman tu atención:

¿Te has sentido víctima de Google y sus injustas penalizaciones?
Descubre los secretos más peligrosos de tu audiencia sin ser un hacker
Al acecho de la palabra clave correcta

#3 Utiliza sinónimos de verbos y nombres

Sustituir términos comunes por otros poco frecuentes que llamen la atenciónes una de las mejores tácticas para destacar tus escritos del resto.

Con un ejemplo lo verás más claro:

Versión A: Escribir un artículo en el blog
Versión B: Cogí mi plumilla digital, y procedí a inundar la blogosfera con cada una de mis palabras implacables; del SEO directas al corazón.

Y si todavía te quedan dudas sobre cómo escribir un blog, ¡música maestro! ¡Que empiecen los comentarios!


Acerca de escribir….


Publicado el 30 julio, 2014 por Ana liberatore

“Una oración fácil de leer-dijo en una ocasión- tal vez haya sido difícil de redactar. Quizá cuanto mayor sea la facilidad de la escritura, más dificultosa sea la tarea de la composición. Escribir no es fácil, tengo que decirlo. Siempre hay placer en el ejercicio, pero siempre hay, también, agonía en el esfuerzo. Si creamos una fórmula con estos dos motivos, creo que podremos definir el proceso. Se trata, en el mejor de los casos, de una agonía placentera”.

                      Kenneth Grahame


Citado por Alberto Manguel en “Nuevo elogio a la locura”.

Escribir lo que a los demás interesa

Por Alfonso J. Palacios Echeverría 

La argumentación es reconocida como uno de los fundamentos de la vida en sociedad, orienta las actividades del hombre y de su cultura e influye de manera determinante en diversas actividades de la vida. Como práctica social, la argumentación le permite a la persona actuar ante las discrepancias y conflictos y asumir una actitud crítica ante la manipulación de discursos sociales y, de esta manera, establecer y mantener relaciones en el seno del grupo al cual pertenece y al cual debe integrarse.

Por esta razón es que algunas personas, con una actitud quijotesca, escriben lo que se denomina “artículos de opinión”, con el fin de argumentar sobre un tema, hecho o circunstancia determinados, exponiendo opiniones personales o criterios expresados por otras personas, sobre el mismo tema.

Un artículo de opinión (creo indispensable aclararlo para aquellos que todavía no saben de qué se trata) es un escrito en el que un especialista o alguien cuya autoridad es reconocida, expresa un punto de vista particular con respecto a una cuestión de actualidad o de una noticia. Tiene unas características muy especiales. Está considerado como género literario; lo importante en él no es la noticia que se da o comenta, sino lo que el autor opina de ella. Ésta incluso puede hasta ser muy conocida o haber sucedido hace mucho tiempo. Su característica fundamental es la de analizar un hecho para orientar al público e influir en su opinión sobre ese hecho, desde una óptica personal explícita. 

Así pues, el artículo de opinión expresa un sentir personal sobre cualquier acontecimiento que el autor toma como referencia interpretándolo y valorándolo, para plantear una tesis con la que defiende o ataca una posición u opinión, y orienta al público sobre lo expuesto.

Las funciones del artículo, en muchos casos,  son similares a las del editorial. En él se ofrecen valoraciones, opiniones y análisis sobre diversas noticias. A diferencia del editorial, el artículo va firmado y representa la opinión particular de su autor. En ocasiones, incluso esta opinión puede disentir manifiestamente de la postura institucional del periódico expresada en sus editoriales. Otra diferencia que debes tener en cuenta es que los temas tratados en los artículos pueden ser mucho más variados puesto que los editoriales sólo abordan noticias que poseen una gran relevancia.

La libertad expresiva de la que gozan los articulistas es casi total, desde luego mucho mayor que la de los editorialistas. El articulista puede elegir el tono, la perspectiva, la seriedad, etc. con la que piensa dirigirse a sus lectores, mientras que el editorialista siempre está sometido en su escritura a cierta solemnidad. Por ello está estrechamente ligado al autor, por ello su credibilidad y capacidad de influencia dependen del prestigio y autoridad que merezca esa firma a los lectores.

Podemos distinguir dos tipos de articulistas: los que abordan cualquier tema o asunto de actualidad y publican sus artículos con una determinada periodicidad, y los que publican, de forma periódica u ocasional, artículos referidos a aquellos asuntos que pertenecen a su especialidad.

Existe, sin embargo, un peligro para quienes escriben este tipo de artículos, cual es el de resentir a los lectores que no terminan de entender que se trata de una opinión, y su respuesta debe ser la argumentación al mismo nivel, y califican al autor con los más absurdos epítetos, incluso algunos ofensivos. Es decir, atacan al mensajero, no al mensaje. Le consideran soberbio, “dueño de la verdad”, incluso fundamentalista en algunos temas, que viene a ser lo mismo, sesgados, defensores de determinados interés personales o corporativos, y mil cosas más.

Pocas, muy pocas, son las personas que entienden el mensaje, los argumentos, el propósito, y pueden comentarlos con propiedad. Para ello se necesita la altura intelectual de quien lo escribe, de forma de no caer en la chabacanería de “irse por la tangente” con groserías o absurdidades.

Pero existe un riesgo aún mayor. Si el articulista domina el lenguaje en un nivel superior al promedio, dificulta aún más la comprensión por parte de los lectores, sobre todo de aquellos que manejan un vocabulario pobre y limitado. Por esta razón, aquellos que escriben bien, o al menos mejor que el promedio, son más atacados que los que mantienen un lenguaje más llano y cotidiano.

Todos hemos leído u oído del cuento del flautista de Hamelín. La tragedia acaecida a este pueblo infestado de ratones. El flautista usa su mágico poder y tocando su instrumento se deshace de los ratones. Los aldeanos no le pagan y entonces, aflora la maldad de este “héroe”, y en venganza, encanta a los niños, incautos ellos, lo siguen y se pierden en una cueva. Nadie más los volvería a ver, excepto que 3 niños se salvan, un ciego, un sordo y un cojo, que por sus limitaciones no acompañaron a los otros niños. Curioso, los más “fuertes” fueron encantados fáciles y los “limitados” se salvaron del embrujo del flautista.

La prensa (y debo generalizar) tiene un poder, por algo se les define como el cuarto de ellos. La prensa sabe de este poder, qué duda cabe. Mi reflexión de hoy es acerca de cómo usa ese poder, como encanta, como se venga, cómo manipula y como hay ratones y niños que se dejan llevar por ella.

En los últimos meses, quizá hasta un año, primero con lo de las campañas políticas, luego las primera y segunda rondas electorales, el mundial de futbol, la desaparición de niños y turistas, la nueva invasión de nicaragüenses indocumentados a nuestro país, los reclamos al nuevo gobierno para que de algunas muestras de orientación en su gestión (aunque no es fácil hacerlo cuando lo que te entregan es el cúmulo de ruinas producidas por la corrupción), ha sido sumamente difícil emitir opiniones que no sean como las melodías del famoso flautista.

¿Por qué? Muy sencillo: porque a los lectores les agrada leer aquellas cosas en que tienen interés, por más superficial que sea el interés o el tema, o ambas cosas juntas, que es terrible.

Por otro lado, como dice Víctor Manuel Gallardo, solemos quejarnos amargamente de que tal o cual medio está politizado”; es decir, que los medios de comunicación tienden a silenciar ciertas informaciones, al tiempo que se les da más importancia de la debida a otras, de forma totalmente deliberada y en base a afinidades ideológicas. Esta definición podría ser mucho más cruel y hacer referencia a la creación de noticias falsas (o, mejor dicho, falseadas, es decir, con una base real y poco más) que aparecen periódicamente en prensa escrita, radio y televisión cada día.

Aunque muchos son los lectores, especialmente los no alineados con formación política alguna, que reclaman la aparición de una verdadera prensa objetiva, esto es muy difícil de conseguir; es más, cuanto más afirma un nuevo medio de comunicación ser objetivo e imparcial, más probable es que éste se encuentre en la lista de los que se mueven por intereses partidistas. No hay forma de evitar esto: los medios de comunicación ejercen una gran influencia sobre el público; como, por otra parte, también suelen ser empresas privadas, es lógico pensar que serán financiadas por aquellos que quieran utilizarlas para su propio beneficio. En otras palabras: cualquier nuevo medio de comunicación que surge necesita de una financiación, y ésta vendrá de empresas afines a la línea ideológica que la dirección del medio vaya a imponer. Los supuestos nuevos medios “objetivos e imparciales” no nos pueden engañar en esto: ningún nuevo medio que opte a tener una buena implantación puede ser objetivo e imparcial por la simple razón de que los inversores no son objetivos e imparciales.

La prensa escrita ya nació siendo parcial, y lo hizo más con el afán de remover conciencias que para informarlas. La expresión “cuarto poder”, que sitúa a la prensa al mismo nivel de los tres poderes tradicionales (ejecutivo, legislativo y judicial) hace referencia precisamente a este hecho, el de que los editores y periodistas poseían un instrumento de vital importancia en las sociedades contemporáneas: aparentando informar, realmente estaban formando opiniones en sus lectores. Si la verdadera función de la prensa escrita hubiera sido, simple y llanamente, la de informar, con un solo periódico habría bastado: en vez de eso, durante el siglo XIX (por poner sólo un ejemplo) hubo miles de cabeceros diferentes en toda Europa y América, algunos de los cuales sólo duraban un puñado de números para luego cambiar de denominación y volver a salir a la calle.

Por ello, cuando alguien acusa de “parcializado y manipulador” a algún medio periodístico en nuestro país, sea de la naturaleza que sea, está siendo sesgado por una visión equivocada dela naturaleza misma de la prensa, como iniciativas privadas que buscan un propósito bastante explícito. No puede ser de otra forma. La ecuanimidad y el balance no forman parte de ellos. Y lo mismo sucede cuando un articulista de opinión se expresa sobre un tema determinado, pues lo hace desde su óptica personal, y no puede ser de otra manera.

De allí que escribir “lo que a los demás interesa” puede tener dos interpretaciones bastante opuestas. Una, la de escribir sobre temas que pudieran o efectivamente interesan a los lectores. Otra, la de escribir sobre temas que a determinados sectores de la sociedad interesa, a fin de recabar apoyo a sus intereses y objetivos.  Es decir, resulta bastante difícil ser un articulista de opinión si vas “contracorriente”, porque la masa informe, inculta y manipulada por lo general busca temas que no les incomoden. Y por ello algunos escritores utilizan subterfugios literarios para atraer la atención de los mismos.


Por ello, algunos autores, sobre todos aquellos más críticos, son los que van contracorriente y solamente cuando han pasado los años se les empieza a apreciar como generadores de pensamiento. Porque la evolución social se caracteriza, precisamente, por el cambio, la transformación, la corrección de errores, y muchas veces esos autores “caen mal” porque dicen la verdad, como ellos la ven, no como es “embutida” en las mentes de la masa. De allí la importancia de las primeras ideas de este artículo: la importancia de la argumentación para la creación del pensamiento libre.

Los conflictos geopolíticos son en verdad inoportunos

Por Jorge Suarez - El Financiero

La semana pasada dije que la situación económica es más frágil de lo que parece. Es mal momento para la delicada situación geopolítica, aunque ésta no está teniendo impacto alguno en los mercados financieros. Según un análisis de JPMorgan Asset Management, esto se debe en parte a que los mercados accionarios en las zonas de conflicto son pequeños: 0.7 por ciento del valor de capitalización mundia, y 3.0 por ciento del PIB global. Incluso la producción de petróleo, que asciende a 9.0 por ciento de la producción mundial (primordialmente Irak) ha sido poco afectada.

Pero el impacto de estos conflictos va más allá de lo inmediato. Empecemos por lo que ocurre entre Rusia y Ucrania. La trágica muerte de 298 pasajeros a bordo del avión de Malaysia Airlines, recientemente derribado, nos recuerda el cinismo de Vladimir Putin. La evidencia apunta a que Rusia proveyó el misil que derribó el avión, entrenó a quienes jalaron el gatillo, escondió posteriormente el lanzamisiles e intentó por todos los medios crear una narrativa paralela de que el culpable fue un avión militar ucraniano. Según la revista inglesa The Economist, cuando resultó evidente el embuste, dado que el tipo de avión inculpado carecía de la capacidad para volar a la altura de un jet comercial, alteraron las especificaciones de éste, que aparecían en Wikipedia.

El problema real de Putin es que la economía rusa está hundiéndose por sus profundos problemas estructurales. La esperanza de vida de un hombre ruso es de 64 años (10 menos que en México), uno de cuatro muere antes de los 55. Pero Putin es quizá el político más rico del mundo. En forma descarada ha apresado –y mandado a matar– a sus opositores, mientras que poderosos oligarcas que están de su lado acumulan grotescas fortunas y compran multimillonarias propiedades en Londres y Nueva York.

En medio de esta realidad, la táctica era exaltar el nacionalismo ruso: “La OTAN se quería poner en sus fronteras”, “Ucrania era el peón en un ardid occidental para debilitar a Rusia”, “el gobierno de Kiev es fascista y oprime a su pueblo”, argumentos que están lejos de ser sustentados por la marginal importancia geopolítica y económica de Ucrania. Pero, la estrategia funcionó. Los golpes en el pecho del macho retando a su adversario aumentaron 30 puntos porcentuales su popularidad ante su desmoralizado pueblo.

Las consecuencias de la estrategia nacionalista de Putin golpearán a la endeble economía rusa, pero también permiten una narrativa de víctimas de occidente. Las sanciones impuestas por Estados Unidos a los bancos rusos –predominantemente estatales– han sido dolorosas.


Ahora, ante el asesinato de cientos de ciudadanos europeos, Alemania, Holanda y otros países que se habían hecho de la vista gorda, no tienen más remedio que agregar su propia lista de sanciones –en sectores de energía, defensa y financiero– tratando de no afectar las exportaciones de gas ruso que provee 30 por ciento de la demanda de energía alemana. La endeble recuperación europea se verá afectada y el impacto será fuerte para los países del Báltico y Europa Oriental.

En Medio Oriente la situación es alarmante. La promesa de la Primavera Árabe parece distante. La guerra civil en Siria, campo de batalla entre islamistas chiitas apoyados por Irán, Irak y Hezbolá, y sunitas apoyados por Arabia Saudita, los estados del golfo Pérsico, Al Qaeda e ISIS, pasa a segundo término ante la toma de ISIS de extenso territorio en Siria e Irak, y el conflicto entre Hamas e Israel. Otra vez, los líderes involucrados comparten la disyuntiva entre hacer lo sensato o lo popular.

Bibi Netanyahu debería poner sobre la mesa la solución de dos Estados como única vía para garantizar la estabilidad de Israel; no por riesgo militar, donde siempre serán más fuertes que sus vecinos, sino demográfico: eventualmente, los israelíes árabes serán una mayoría. 



Pero, hacerlo garantiza que la facción dura de israelíes de ascendencia rusa, comandados por Avigdor Lieberman, quien renunció al gabinete de Netanyahu probablemente buscando reemplazarlo, utilice esa “debilidad” como catalizador para el cambio. Igualmente, Hamas está en un callejón sin salida. Provocan una y otra vez a su poderoso vecino, sabiendo que cada vez que haya un civil muerto ellos serán internamente validados como la “resistencia heroica”, pírrica estrategia para evitar que grupos más radicales, como Yihad Islámico, les quiten la batuta.

Hace exactamente cien años el mundo vivió la mayor conflagración militar vista hasta entonces: “La Gran Guerra”, “la guerra que habría de terminar todas las guerras”. La Primera Guerra Mundial ocurrió porque los líderes de las potencias perdieron margen de maniobra internacional al acorralarse solos ante presiones internas.

Esta inestabilidad geopolítica es francamente inoportuna cuando la economía mundial lame las heridas de la “Gran Recesión”. Además de las evidentes crisis humanitarias, las sanciones comerciales, los nacionalismos y el extremismo son los principales enemigos del progreso. La humanidad parece no haber aprendido la lección.

Persona non grata

Por Antonio Sánchez García.
Miércoles, 30 Julio 2014 - 1:27am

Los cambios de paradigmas vividos en esos últimos 40 años en el mundo, y sus efectos devastadores en América Latina, son sencillamente descomunales, así muy pocos sean los que lo aprecian: lo que entonces era una dictadura, por ejemplo la de los generales del Cono Sur, ya no lo es.
Lo que era una tiranía totalitaria, como la de los hermanos Castro, tampoco. Todavía nadie sabe lo que son, obviamente: tampoco lo que era un presidente ejemplarmente democrático, como Rómulo Betancourt o un líder latinoamericanista como Raúl Haya de la Torre, son paradigmas democráticos. Después de cuarenta años no es John F. Kennedy, descendiente de la rancia estirpe de europeos libertarios como los llegados en el Mayflower,  el adalid de Occidente: es un descendiente de islamistas de proveniencia desconocida, por cuya sangre podría circular la cimitarra que conquistó Al Andalus. Ni en China manda un clásico líder del comunismo originario, como Mao Tse Tung, sino un señor anónimo, gris e imperceptible que se asemeja más a un capitán de grandes industrias y empresas que a un combatiente de la Guerra Larga.
 
Se acabaron los tiempos de socialistas elegantes, cultos, educados y llenos de idealismo, como por ejemplo el médico legista Salvador Allende, de la misma estirpe que Willy Brandt, François Mitterand u Olof Palme. O caudillos peinados a la gomina que no sudaban, como Juan Domingo Perón. Que por más desastres que causaran lo hacían como a pesar de ellos, por la tragedia impensada de los acontecimientos.
De los de ahora no se sabe ni dónde nacieron: son palurdos, incultos, groseros, bestiales y vacíos de todo valor interior.
Como Nicolás Maduro, Evo Morales o Daniel Ortega. Zafios, tragaldabas, ambiciosos por la minucia, la propina, el detalle, si bien capaces de engullirse un presupuesto nacional sin que se les irriten las cuerdas bucales. No se hable de las mujeres: caras de bobas o de viejas brujas, pero de dentelladas feroces.
Es un giro copernicano.
El siglo XX cambalache, problemático y febril de Enrique Santos Discépolo, queha dado paso al siglo XXI, satisfecho, rico hasta el hartazgo, cínico, liso, romo, carente de perfiles, pero cortante como una hojilla de afeitar. Marx es un cachivache.
Heidegger, un recogelatas, Sartre un viejo verde. Se murió la filosofía. Se murió la política, se extinguieron los estadistas. Viva la administración, vivan las encuestas, alabados sean los numeritos.
Venezuela es un parque jurásico. Se quedó entrampada en las redes de la fetidez cuartelera de una manga de desarrapados, ladrones, narcotraficantes, arribistas y negociantes.
La bandera es un trapo agujereado con el que ya ni se puede fregar el piso.
Sesiona, pues, el pleno de Mercosur. Atendido en Caracas por un ex chofer de Metrobus, un tirapiedras consuetudinario, un capitán ayer muerto de hambre que hoy se ahoga en miles de millones de dólares y una pandilla de mafiosos de quienes ninguno de ellos se acordará en 20 años, cuando el mundo, tal vez, vuelva a ser lo que un día fuera.
Total, para qué si ya da lo mismo. Vivimos revolcaos en un merengue y en un mismo lodo, todos manoseados.
http://nuevaprensa.web.ve/node/20315
 

miércoles, 30 de julio de 2014

Campaña contra el ''racismo sutil y cotidiano'' que sufren los aborígenes

14:46 | Son los pequeños actos los que pueden definir a una sociedad. La ONG Beyond Blue lanzó "El discriminador invisible", una campaña destinada a generar conciencia sobre las formas "sutiles" de xenofobia.

De la Redacción de Diario Registrado // Martes 29 de julio de 2014 | 14:46




A través de un mensaje claro y contundente con un "hombre imaginario" se pone de relieve la conciencia racista de la sociedad australiana en lo que respecta a su relación con los miembros y descendientes de los aborígenes locales.

El spot de la ONG Beyond Blue  busca poner de relieve como  muchas personas que probablemente no se consideran racistas tienen pequeñas actitudes de discriminación en su vida cotidiana.

Si bien en este caso las víctimas son los indígenas australianos, el racismo funciona de la misma manera en otras partes del mundo, ejercido por otras poblaciones, y sufrido por todo tipo de inmigrantes y  minorías étnicas o socioeconómicas.



"La discriminación produce depresión y preocupación entre los indígenas australianos. Nadie debería sufrir que lo hagan sentir como una basura sólo por ser lo que es", deja como mensaje final el spot cuyo hashtag es #StopThinkRespect (para, piensa y respeta).

LA es menos racista que Europa

Por: ENRIQUE KRAUZE

“Di no al racismo”, decía el letrero de la FIFA en los estadios del Mundial de Futbol en Brasil. El mensaje iba dirigido a Europa, donde los mismos jugadores de origen africano que militan con tanto éxito en equipos ingleses, italianos, belgas u holandeses, sufren acosos verbales y físicos. Pero es significativo y afortunado que ese fenómeno no ocurra tanto en América Latina. La historia de América Latina ha tenido sus propias instancias de racismo e intolerancia. Los argentinos prácticamente exterminaron a su población indígena, y nuevas investigaciones revelan que incluso en Brasil, nuestro país más integrado (que no abolió la esclavitud sino hasta 1888), la población de raza negra enfrenta aún al prejuicio social y tiene muchas dificultades en alcanzar posiciones de poder económico o político. No obstante, el racismo a la manera europea —el racismo que no solo maltrata y discrimina sino que persigue y, en última instancia, extermina a un grupo debido a su origen étnico— ha sido en América Latina más la excepción que la regla.

La incidencia de la discriminación racial varía entre los diversos países. Ahí donde, en tiempos del dominio portugués y español, prevaleció el mestizaje étnico y cultural (Brasil, México, Colombia) las aristas del prejuicio racial han sido menos pronunciadas. Ahí donde las poblaciones indígenas permanecieron física y culturalmente separadas de las españolas (Perú, Bolivia, Ecuador, el norte de Chile, Guatemala) el prejuicio contra el indígena fue mucho mayor, y en algunos casos aún perdura. Ahí donde existió una exigua población indígena, una minoría criolla y una numerosa población esclava traída de África (Venezuela) persisten los términos despectivos, referidos al color de la piel. Uno de los éxitos mediáticos de Hugo Chávez fue precisamente el de jugar la carta étnica, al grado de inventar que Simón Bolívar era afroamericano.

¿Es México un país particularmente racista? El autor estadounidense John Reed, quien cabalgó con Pancho Villa en 1913, destacó que los mexicanos parecían poco preocupados por el color de la piel (en contraste con los Estados Unidos de su época, que eran muy furiosamente racistas). Claro que Reed conoció un México en guerra y sintió la camaradería de los soldados revolucionarios. Aspectos más sutiles de la cultura (como la alta incidencia de actitudes racistas entre las familias criollas, que persiste hasta ahora) no formaron parte de su experiencia. No obstante, a quienes hablan del racismo mexicano me gusta recordarles un dato: Evo Morales es el primer presidente indígena en la historia de Sudamérica, pero México tuvo ya un presidente indígena (nada menos que Benito Juárez, figura paralela a Lincoln) entre 1858 y 1872. Y la estadística no miente: de todos los presidentes mexicanos desde esa fecha, solo tres fueron “criollos”. Todos los demás fueron mestizos.

El problema de México es la aguda diferencia de clases sociales, el clasismo no el racismo. Hay una tolerancia racial en la base de la cultura mexicana y proviene de la cultura católica. Para los fundadores espirituales de México (los franciscanos del siglo XVI, Bartolomé de las Casas) la igualdad de los hombres es una verdad irrebatible, más allá de cualquier diferencia material. Gracias en parte a ese sentido de igualdad natural y a su traducción en el mestizaje, la esclavitud en México no tuvo los rasgos agudos de deshumanización característicos de la historia norteamericana. La abolición desde la Independencia fue temprana y rápida, y las primeras constituciones reconocieron la igualdad y libertad natural de los mexicanos de cualquier origen.

México es muchos Méxicos, pero en México, las identidades locales, regionales, culturales y raciales no entran en conflicto entre ellas. Desde tiempos de la Conquista, la cultura mexicana ha sido incluyente y ha tendido de manera natural hacia la mezcla, hacia el sincretismo. En México nadie utiliza la palabra “mestizo” por la simple razón de que casi toda la población es mestiza, de origen mixto, indígena y español. Y esa inclusión cultural presente en la comida, en la nomenclatura de las calles y los pueblos, en la religiosidad y el arte, determina y fortalece la actitud con la que los mexicanos enfrentan al mundo moderno.

La convergencia cultural y étnica incluyó a los negros, importados a México para reemplazar a los indios en el duro trabajo de las tierras cálidas, donde los españoles introdujeron cultivos como la caña de azúcar. La catástrofe demográfica de la población indígena en los siglos XVI y XVII (provocada sobre todo por epidemias hasta entonces desconocidas en América) contribuyó también a esa inmigración forzada. Se calcula que cerca de un cuarto de millón de negros ingresó a México durante los tres siglos de dominio español. Pero lo notable es que luego de un episodio de violencia a principios del siglo XVII en Veracruz y algunas reverberaciones posteriores, la población negra en Nueva España vivió en condiciones de mayor libertad que la indígena. Los negros podían comprar su libertad, procrear hijos libres al unirse con otras razas, y circular por la sociedad novohispana con alguna facilidad y no pocas ventajas. Aunque padecían limitaciones de acceso a ciertos gremios, prosperaron en numerosos oficios y trabajos. Y las mujeres negras, en particular, eran muy apreciadas en el servicio doméstico tanto civil como eclesiástico, y sumamente atractivas en una sociedad que —a semejanza de la Andalucía medieval de cristianos, moros y judíos, y a diferencia de las trece colonias puritanas—, propendió a la libertad sexual.

El contraste histórico con Estados Unidos es obvio. En Mount Vernon, en el siglo XVIII, George Washington ocultaba a su amante negra. En Carolina del Norte, a fines del siglo XX, el racista senador Strom Thurmond mantuvo a la suya como un secreto de Estado. En México los hijos de esas uniones libres entre todas las razas poblaron el país: son los actuales mexicanos. Y mientras en Estados Unidos los negros tuvieron vedado el ingreso a las Grandes Ligas de Beisbol hasta 1947, acá se les recibió como héroes.

América Latina desde fines del siglo XIX fue un puerto de abrigo y libertad para quienes, en otras tierras, sufrían de hambre o persecución. Así vinieron libaneses, palestinos, italianos, españoles, armenios, judíos (de Levante o de Europa del Este y Rusia). México no fue la excepción, pero hubo una mancha infame en la historia mexicana: la atroz persecución y exterminio de los chinos en las primeras décadas del siglo XX.

Por su tradición inclusiva, América Latina —más que Estados Unidos— fue y sigue siendo el verdadero melting pot. Fuera y dentro de sus estadios de futbol predomina la tolerancia y la pluralidad, étnica y cultural. Una lección moral para Europa y Estados Unidos. El autor es periodista y escritor mexicano, director de la revista Letras Libres.


Racismo, genocidio, manipulación, odio, locura, israelíes y palestinos

Si usted creía que como mexicano era el único manipulado por los medios de comunicación y sus políticos o que en México teníamos a la clase política más absurda del mundo está en un grave error.

Lo bueno de ser vecinos de los gringos y no de los israelíes es que cuando un niño mexicano le avienta una piedra a un guardia fronterizo estadounidense desde este lado del Río Bravo, el tipo saca su pistola y dispara sobre el cuerpo indefenso del chiquillo, pero cuando eso mismo sucede con los guardias israelíes en la Franja de Gaza, la milicia responde con un bombardeo de 100 a 200 proyectiles dirigidos a hospitales, escuelas, templos y casas habitación. Parejo ¿no? Claro los dos ejemplos anteriores tienen que ver con el uso excesivo de la fuerza, la falta de equilibrio en una contienda, la estupidez y la sed de sangre provocada por el odio y la locura.

Si usted creía que como mexicano era el único manipulado por los medios de comunicación y sus políticos o que en México teníamos a la clase política más absurda del mundo está en un grave error, quizá la más corrupta sí, pero no la más salvaje y demente, esto lo podemos comprobar con el pensamiento y el actuar de la clase dirigente israelí y su milicia que sostienen una lucha totalmente dispar contra sus “enemigos naturales” los palestinos. Acá en México nos tiene engatusados con el futbol, las telenovelas y con la esperanza de un México mejor que tiene la varita mágica de la reforma energética, la de telecomunicaciones y la electoral y como los súper sesudos analistas como yo debatimos estas propuestas que bien sabemos no va a pasar nada con la mayoría de los mexicanos, salvo quienes obtengan licencias de televisión o explotación de hidrocarburos que se volverán más ricos aún, pero los israelíes son manipulados con criterios mucho muy diferentes a nosotros.

Para un mexicano común, la manipulación por medio del odio hacia una raza o un país no es muy funcional porque estamos hechos como dicen algunos de chile, de dulce y de manteca, somos el producto de la mezcla de unas razas europeas con otras del Medio Oriente que después llegaron a América y se mezclaron con las aborígenes dando pie a lo que hoy somos los mexicanos, un pueblo mestizo y devaluado, pero que debido a estas razones, no somos proclives a odiar a otras razas porque estaríamos odiando a pequeño porcentaje de nuestro propio ADN, en realidad, somos más bien clasistas, en donde para nosotros es más importante tener dinero o posición socio económica y política que ser de raza pura por eso es que muchos políticos y sus hijos lucen sus viajes, lujos y excesos en las redes sociales y otros los alaban, aunque estén muy feos y nacos. (Y este comentario es clasista).

La pureza como manipulación.

Unificar la locura es más fácil cuando los manipulados son muy afines entre sí y los israelíes presumen de ser una raza milenaria “la judía”, en la que no es muy bien visto que se casen o tengas hijos con otros fuera de su grupo étnico, por lo que en su gran mayoría terminan casándose entre ellos para conservar su “pureza” al mismo tiempo tienen su propia religión “la judía” que no comparten con nadie por lo que no se les ve de puerta en puerta tratando de convertir a nadie a su religión ni convencerlos de que su dios es el verdadero, que por cierto es la raíz y base del catolicismo y en donde no cualquiera puede entrar a sus templos conocidos como sinagogas sumado a que tienen su propia lengua “el hebreo”.

Su funcionamiento como religión y raza para algunos (y me incluyo) parece más una especie de grupo secreto a lo “Iluminati o Masón” y esto da pie a un cierto sectarismo provocado por ellos mismos del cual los propios dirigentes políticos y religiosos que no distan mucho unos de otros, utilizan para promover entre los judíos de todo el mundo una especie de misterio y misticismo a su raza y unificación contra los demás, aunque a los demás nos importe poco lo que ellos piensen o hagan con sus costumbres o dentro de sus templos, pero sirve y les sirve muy bien para manipularlos y hacerles creer a muchos, pero no a todos, que son envidiados y enemigos de otras razas o religiones por sus costumbres e ideologías pervirtiendo a muchos en sus mentes, haciéndolos creerse “diferentes” al resto de la humanidad.

No todos los judíos están de acuerdo con los ataques a Palestina.

No todos los judíos están a favor del pretexto genocida contra los palestinos, hay muchos en muchas partes del mundo que difieren y están en contra de los ataques israelíes contra el pueblo palestino y que los ven como una masacre ventajosa contra un pueblo pobre y humillado, eso lo debemos entender muy bien porque en muchas partes del mundo se comienza a dar un antisemitismo por las salvajes acciones en la Franja de Gaza, son los dirigentes y la milicia israelí quienes están masacrando al pueblo palestino no los judíos del mundo, pero en esa estrategia por “cuidar su territorio” se comienzan a ver acciones en algunos países en donde les están negando el acceso a lugares, ofendiendo y discriminando a cualquiera que sea judío y eso es un daño colateral que en poco tiempo va a darle un dolor de cabeza a muchos gobiernos por conflictos entre sus propios ciudadanos que podrán utilizar el estúpido pretexto nazi para saciar su sed de sangre que ya comienza a verse en algunas partes del mundo sobre todo en Europa.

@edwardsolmié 30 jul 2014 10:38


martes, 29 de julio de 2014

WOULD YOU HIRE THESE FAMOUS PEOPLE BASED ON THEIR FORMER JOB APPLICATIONS?

COULD YOU BE PASSING OVER THE NEXT HUNTER S. THOMPSON OR MADONNA? THESE FAMED ARTISTS AND WRITERS HAD TO START SOMEWHERE.

BY JANE PORTER

Everyone has to start somewhere. Even the rich and famous often come from humble beginnings. Jennifer Hudson worked at Burger King. Jon Bon Jovi made Christmas decorations. Demi Moore was a debt collector. Before they were famous, they were just trying to make a buck.

Without the credibility of success, one can't help but wonder what the best and brightest minds might have looked like to potential employers. Would you have hired them? You be the judge.

Below are excerpts from four job applications from famous people before they made it, with some hiring expert insight into what they're doing right and wrong.


Image: JoJan via Wikimedia Commons

LEONARDO DA VINCI
Our first job application dates back to the 1480s. A 32-year-old Leonardo da Vinci was trying to get a job working for Ludovico Sforza, the then ruler of Milan.

"My Most Illustrious Lord," he begins--not exactly the kind of language you'd find on a cover letter these days. But da Vinci goes on to offer a numbered list of 10 skills ranging from: "plans for very light, strong and easily portable bridges with which to pursue and, on some occasions, flee the enemy" to " methods for destroying every fortress or other stranglehold unless it has been founded upon a rock or so forth" to "means of arriving at a designated spot through mines and secret winding passages constructed completely without noise, even if it should be necessary to pass underneath moats or any river."

Only after his exhaustive list of 10 almost superhuman skills, does da Vinci mention his biggest strengths: "I can execute sculpture in marble, bronze and clay. Likewise in painting, I can do everything possible as well as any other, whosoever he may be."

Da Vinci was hired and eventually commissioned by Sforza to paint "The Last Supper." But what can we learn from his job application?

"The problem with it is that it's not targeted," says Dan Schawbel, author of the book Promote Yourself and managing partner of the New York-based consulting firm, Millennial Branding. Still, adds Schawbel: "Bullet points and numbering is actually pretty effective," especially since people spend about eight seconds on a resume.

Even 500+ years ago, da Vinci was onto something when it came to resume writing.

EUDORA WELTY
In 1933, an inexperienced 23-year-old Eudora Welty wrote to The New Yorker asking for a job. She would go on to become a Pulitzer Prize-winning novelist, but at the time she was just another hopeful looking to break into the magazine world. From her cover letter:

"I suppose you’d be more interested in even a sleight-o’-hand trick than you’d be in an application for a position with your magazine, but as usual you can’t have the thing you want most," she opens the letter. She then offers a rundown of her background and time in New York – "six weeks on the loose."

Welty goes on to list some of what she's got to offer:

"As to what I might do for you--I have seen an untoward amount of picture galleries and 15¢ movies lately, and could review them with my old prosperous detachment, I think; in fact, I recently coined a general word for Matisse’s pictures after seeing his latest at the Marie Harriman: concubineapple. That shows you how my mind works--quick, and away from the point. I read simply voraciously, and can drum up an opinion afterwards."

And a shot of her enthusiasm for the job:

"How I would like to work for you! A little paragraph each morning--little paragraph each night, if you can’t hire me from daylight to dark, although I would work like a slave. I can also draw like Mr. Thurber, in case he goes off the deep end. I have studied flower painting."

The New Yorker didn't hire Welty. What did she do wrong? "She talks about herself too much and not enough about the employer," says Schawbel.

Of course, The New Yorker did go on to publish Welty's stories down the line and she won much recognition for her work, including a 1973 Pulitzer Prize.

HUNTER S. THOMPSON

In 1958, Hunter S. Thompson applied for a newspaper job at the Vancouver Sun. If you've read any of his work, the brazenness of his cover letter should not surprise you. Still, is it the kind of thing that could score him (or anyone for that matter) a job?

Thompson's cover letter is unabashed in its frankness:

"Since I haven't seen a copy of the 'new' Sun yet, I'll have to make this a tentative offer. I stepped into a dung-hole the last time I took a job with a paper I didn't know anything about (see enclosed clippings) and I'm not quite ready to go charging up another blind alley.

By the time you get this letter, I'll have gotten hold of some of the recent issues of The Sun. Unless it looks totally worthless, I'll let my offer stand. And don't think that my arrogance is unintentional: it's just that I'd rather offend you now than after I started working for you."

What's more, he isn't afraid to fess up to his bad rep with former employers:

"I didn't make myself clear to the last man I worked for until after I took the job. It was as if the Marquis de Sade had suddenly found himself working for Billy Graham. The man despised me, of course, and I had nothing but contempt for him and everything he stood for. If you asked him, he'd tell you that I'm "not very likable, (that I) hate people, (that I) just want to be left alone, and (that I) feel too superior to mingle with the average person." (That's a direct quote from a memo he sent to the publisher.)

Nothing beats having good references. Of course if you asked some of the other people I've worked for, you'd get a different set of answers. If you're interested enough to answer this letter, I'll be glad to furnish you with a list of references--including the lad I work for now."

He's also not afraid to badmouth the industry:

"As far as I'm concerned, it's a damned shame that a field as potentially dynamic and vital as journalism should be overrun with dullards, bums, and hacks, hag-ridden with myopia, apathy, and complacence, and generally stuck in a bog of stagnant mediocrity. If this is what you're trying to get The Sun away from, then I think I'd like to work for you."

From the perspective of a hiring manager today? "There's too much rambling," says Schawbel. "He put down the industry he wants to get into, which comes down as very negative."

Of course it's that very attitude that earned Thompson his writing fame. But for a first impression job applicant--maybe not the best approach.

MADONNA

Before she made it to icon status, Madonna Ciccone was a drummer from Detroit. When she was 20, she handwrote a three-page letter, applying for a role in the low-budget erotic thriller A Certain Sacrifice.

"Please excuse the informal resumé," she wrote in her bubbly cursive. "I have been out of the country for several months and upon returning discovered many important papers misplaced. My resumés included."

She then goes on to detail the story of her life from birth to fifth grade to being a college dropout. And ends:

"After 2 months of restaurants & nightclubs everyday, being dragged to different countries every week and working with business men and not musicians I knew this life was not for me. I hung out in Paris for one more month, feeling miserably unproductive, but I couldn't bear the Parisian sterility or my homelessness any longer, so I came back to N.Y. I've been here 3 weeks now, working with my band, learning to play the drums, taking dance classes and waiting for my 20th birthday.

Is this all?"


Good thing for her career, the answer was a resounding, "No."

HOW TO BUILD A FEMINIST WORKPLACE

THESE COMPANIES ADAPT TO THE NEEDS OF WOMEN, SO EMPLOYEES AREN'T REQUIRED TO LEAN IN TOO FAR.


BY ELIZABETH SEGRAN

Jane Park, CEO of the Seattle-based cosmetics company Julep, is fired up about the recent Hobby Lobby ruling.

I can tell it’s on her mind because one minute we’re talking about the design of nail polish bottles and a second later, she shifts gears, taking us in an unexpectedly political direction. “Last month, the Supreme Court reaffirmed that companies are people but I really don’t think that’s true," Park says, out of the blue. "A company is not one human being; if anything, it’s a mini-society. There are many ways that rules of a company impact our lives more than the rules of a government."

Park has spent decades thinking about the policies that affect women’s lives--it was the focus on her public policy degree at Princeton and her law degree at Yale--and today, as a businesswoman, it remains one of her biggest concerns. "As a head of a company, I see a huge opportunity to create the kind of society we want," she tells me.

Her timing is great--we're in a moment when company heads such as Sophie Amoruso of the online retailer Nasty Gal are proving that strong female leadership can be good for both morale and the bottom line.

It's been a little over a year since Sheryl Sandberg’s Lean In hit bookstore shelves, sparking a nationwide discussion about gender in the workplace. While many praised the book, calling it an invaluable manual for women keen to assert themselves at work, critics argued that Sandberg was urging women to adapt to a broken system rather than demanding that corporate America adapt to women's needs. The good news for Sandberg detractors is that business leaders across the country are busy building a feminist workplace that allows women to thrive in their careers without having to lean in too far.

The nuts and bolts of building a feminist workplace can be complicated, as Julie Falk, executive director of the feminist magazine Bitch, based in Portland, Oregon, tells me. It often involves financial gymnastics that can be particularly challenging for a small organization like hers. Still, Bitch manages to give full-time and part-time employees--all of whom are women--health care, maternity leave, and the "Bitch minimum wage" of $15 an hour. "If Bitch can do it, why can’t you?" Falk asks.

While these policies benefit employees of both genders, they are particularly pertinent to women who, at a national level, earn only 77% of what their male counterparts do and have far more health care needs. "As a business leader, you get to create the model then organize your financial planning around it. Most organizations don’t think twice about paying the rent, but if you wanted, you could require all your staff to work from home so that you could afford to give them health care," she says.


Falk says it is crucial to put policies into writing whenever possible, but many aspects of workplace culture are difficult to codify. "Culture has to do with all those small and incremental messages you get as an employee," she says. For instance, she points out that tackling the gender gap means making a habit of supporting young female employees so they can rise through the ranks. This is crucial in male-dominated fields like journalism, where women are still underrepresented on mastheads and in newsrooms. (The coverage of Jill Abramson’s firing from the New York Times threw this problem into stark relief.) Falk says that part of her company's culture involves helping Bitch interns launch their careers in the media industry by writing them recommendation letters and preparing them for interviews.

There are also policies that cannot be generalized because they can only be applied on a case-by-case basis. Julep's Park points out that women’s concerns vary at different life stages--from breastfeeding to looking after sick children--which makes it difficult for them to conform to a fixed work schedule. If companies are inflexible, they risk losing these employees altogether. In her book, Sandberg points to the statistic that 43% of highly qualified women with children drop out of the workforce. She encourages women to be more ambitious and stick with their careers, painful though it might be; conversely, Park suggests that companies make it easier for women to balance their work and family responsibilities. And she has firsthand knowledge of exactly how taxing pregnancy and motherhood can be, since she has had two children while balancing a high-powered career.

"One of the biggest pieces to retaining women in the workforce is thinking of them as individuals," she says. If fact, her experiences as a mother have helped her fine-tune this part of her management philosophy: “You can do the same thing for two kids but get completely different results because they are just different people.”

On an organizational level, Park encourages managers to clearly communicate with their team members about what their goals and priorities are, then give them the autonomy to manage their own time and take time off as necessary. Lise Quintana, founder of the San Francisco tech startup Narrative Technologies, has a similar approach with her workers. "If an employee needs to leave early to take care of a child or a parent or their own self, they should do that,” she says. “It is about treating them like grown-ups and trusting that they will complete their work.” Quintana also makes the case that it is downright sinister for employers not to accommodate the particular situations of their workers. “That’s treating your employees as products,” she says. "If your employee is suffering some kind of personal crisis, it is not acceptable to get rid of her and replace her with a shiny new employee."

However, it is not enough to tell employees they have these rights. Falk says that workplace culture will not change if women do not feel like they can take advantage of these benefits without managers thinking poorly of them. "If no one is taking vacation, then of course you are going to think twice before taking family leave," she says. She argues that business leaders should reinforce the culture by speaking up, urging employees to go home when they are unwell or have family issues. “This feeds into the idea that the organization cares about you as a person; the little steps build up to making employees feel more comfortable taking advantage of those bigger policies." Park says that senior management also has a responsibility to serve as role models and take advantage of these policies themselves. When Park’s co-founder and COO gave birth to twins, she had to take extended maternity leave and currently works part time. “We’re making it clear that we are keen to hang on to our employees during tricky periods in their life,” she says.

But perhaps the hardest part of creating a feminist workplace is ensuring that women’s perspectives are respected. In many offices, women’s voices are undermined in subtle ways that are hard to address. Quintana tells me that she worked for several large technology firms where she was one of a very small number of female employees. "It felt like I was working two jobs: doing whatever work I already had to do, then playing the 'token girl' role in PR efforts," she recalls. In meetings away from the public eye, meanwhile, her comments would often be ignored; when a male employee made the same point five minutes later, senior management would be all ears. She started her own company, in part, to escape this ongoing marginalization.

Quintana is not alone in her desire to launch her own business after a lifetime of unsatisfying experiences in workplaces where men set the culture. A report last month noted that one in 10 women in the U.S. is starting or running her own company and that these women entrepreneurs are three times happier than women who work for someone else. This bodes well for women desperate to escape staff meetings where they might as well be invisible.

For her part, Park deliberately chose feminine language to describe the corporate culture at Julep, defying the conventions of male-dominated business speak. She has built the company’s messaging around "girlfriends" and the power of female friendships. "I am inspired by what girlfriends can do for one another," she says. "I’m not expecting my employees to be best friends, but I want to infuse our culture with the best parts of female friendships: the sense of supporting each other, taking risks and ongoing growth." With this kind of female vernacular, Park sets the tone for her organization, making it clear from the outset that the female point of view--which is so often dismissed as silly--is valid and worth taking seriously.


Ultimately, Park wants to shift the conversation away from how businesses can help women, because she says that retaining female employees helps businesses even more. By having a corporate culture that is welcoming to women, organizations have the opportunity to find and hold on to the best talent on the market, regardless of their gender. “I am interested in how we become a fantastic and enduring company,” says Park. "Our goal has always been to find phenomenal people who are making a great impact and doing whatever it takes to retain them. In the practice of doing this, we have come up with strategies to hold on to women longer."

CARACTERÍSTICAS DEL POPULISTA

En este vídeo podrás identificar al político populista con ejemplos de la vida real en la realidad peruana que por desgracia no ha tocado vi...