“Golpe” de Estado

El Presidente retomó el poder, que veía que se le escapaba entre las manos por tanto izquierdista que lo minaba por dentro.

Siempre he dicho que mi país puede ser todo, menos aburrido.  Entre goles catalanes, se desmoronaba el gabinete.  El Premier Salomón Lerner renunció y con él todos los ministros.

Ratificaron a siete, diez fueron cambiados. 

Se veía venir básicamente por las torpezas de la izquierda que siempre ha sido mucha bulla y pocas nueces con un discurso estúpido y trasnochado, que ha despertado una crisis de confianza en Humala y así, imposible seguir.

Muchos malintencionados andan diciendo que Lerner se va por una militarización del gobierno, o porque no está de acuerdo con el indulto a Fujimori, y otras cosas más. 

Por lo pronto, su aliado político (Perú Posible) ya no lo es más.  El ex-presidente quería su cuota de poder, pero no se la dieron por ser políticamente inviable.  Demostró que el país no le interesa demasiado, sólo el poder importa.  Parece ser que la alianza será con el Fujimorismo, con quienes no convergen pero no divergen tampoco.  Así que son mayoría de todos modos.  Aquí los que pierden, ganan.

El Presidente quiere gente de su confianza, porque ya está viendo que se le vienen muchos conflictos sociales y ahora más que nunca necesita gente que lo apoya eficientemente.

Me gusta, el Presidente sigue siendo un hombre de izquierda pragmático en la acción, hará políticas económicas de derecha en la medida que le sirvan. 

Me gusta la autoridad, no diré más que la libertad, pero por ahí van.