martes, 22 de mayo de 2012

Guerra con tacón aguja



Nosotros matamos menos, fue la frase telúrica de las últimas elecciones presidenciales,la menos feliz, la que muchos agradecimos en un ataque de asombro e indignación por alejar a Keiko Fujimori de la consumación de sus pretensiones electorales. Para las siguientes elecciones habrá que esperar algo tan demoledor y contundente, y si viene de su propio partido, mejor.

Pero esta frase no debía desperdiciarse, debía ser dicha siempre y ubicada, por lo que se usó como nombre para un blog de crítica cultural, política, literaria y de todo lo demás. Ahora es un espacio web, con página propia,seguidores en aumento y que amenaza con ser un medio escrito, un programa en video y hasta conquistar el muuuundo. Quienes escriben en esta web son los periodistas y escritores Juan Carlos Méndez, Jerónimo Pimentel, Carlos Cabanillas y José Carlos Yrigoyen. Se hacen llamar monos con metralla, pero son más peligrosos, son poetas. Ellos vienen disparando balas, dardos, quizá hasta lanzando cuchillos y algunas cosas más. Cómo son, qué hacen, dónde viven y con qué se alimentan, son preguntas que serán respondidas en un próximo artículo, que además cuenta con la intervención y los arreglos del exvocero del fujimorismo ¡Jorge Trelles! ¡No lo lean! Por ahora, uno de su últimos post nos deja más de una pregunta entre tantos disparos o comentarios, que no son lo mismo, pero después de leerlos uno se da cuenta que son tal cual. ¿Se puede ejercer una crítica sin prejuicios sobre la literatura comercial? ¿Por qué vender 50 mil ejemplares de lo que la autora en cuestión llama autojoda; puede alcanzar para llamarse a sí mismo, escritor? Y claro, con lo que cuesta. ¡Habráse visto!

José Carlos Yrigoyen se hizo una pregunta similar, ¿literatura o autojoda? Perteneciente a la generación de los noventas, reconocido además por un medio criminalmente competitivo y por la misma crítica literaria; apuntó al último libro de Josefina Barrón, Yo no soy tú, a modo de una crítica o reseña que tituló Borrón y cuenta nueva. Escogida la víctima, disparó. Así escribió Yrigoyen en resumen Durante los años noventa, Josefina Barrón Mifflin (1969) se sintió poeta y publicó tres incomentables colecciones de versos. Josefina hablaba del amor como lo hubiera hecho Camucha Negrete e interpelaba a la pareja desde la apatía de la mujer burguesa, como consta en su antológico Matrisuicidio: ... haciendo origami del amor / y estadísticas del sexo / compartimos albóndigas de carne, bacilos inoportunos. Años después regresó como autora de libros dirigidos al público femenino con la intención de teorizar humorísticamente sobre su condición y sus diferencias con el sexo opuesto.

De su reciente lanzamiento, Yo no soy tú (Planeta, 2012), permítanme adelantar mi opinión: es el libro más estúpido, ordinario y prejuicioso de todos los que ha dado nuestra literatura comercial. Y es que lo que más irrita de Yo no soy tú es la manera tan grosera en la que Josefina Barrón menosprecia a sus lectores. Juzgue el propio lector Una de las señales que anuncia que hemos entrado a la adultez es que las mujeres empezamos a desarrollar una obsesión por las dietas, las tarjetas de crédito (sobre todo si alguien más las paga), los títulos de propiedad, el Botox y los potos de nuestras posibles rivales; uno lee estas cosas y se imagina a una Pilar Sordo en ácidos dándole al teclado entre risitas y aullidos en plena madrugada. No solo es insufrible que Barrón y sus editores nos quieran hacer pasar este estólido rosario de exabruptos como literatura comercial ligera, sino que se presente a su autora como una autoridad intelectual. Mientras revisaba Yo no soy tú, pensé en que este libro había logrado lo que hasta ese momento estimaba imposible: hacerme desear que Josefina Barrón retorne a la poesía. Es en serio, Josefina, por favor: ahí hacías menos daño. Josefina Barrón respondió en más de diez post, que condensamos en lo siguiente:

Por qué será que hay tantas personas que sí leen y sí compran Malabares... y Yo no soy tú, ¿serán todas ellas estúpidas, imbéciles? ¿qué será lo que hace que hayan más de 50,000 personas que lo han gozado y se han divertido? Hoy soy una más de ustedes, hoy soy una mona con metralleta (...) déjame decirte que me siento poeta y así lo siente también Gonzales Vigil, quien me antologa en sus libros. Quien quiera que compre mi libro y se cague de la risa. Y quien no, que no lo haga (...) Si vas a ser comunicador, te ruego seas más responsable con tus referencias pues puedes hacer mucho daño con tus sesgados comentarios. Y<http://nosotrosmatamosmenos.com/author/josecarlosyrigoyen/&gt; nuevamente Yrigoyen: Estimada señora Barrón: en primer lugar, mucho gusto. Solo le escribo para decirle que defender un libro por sus ventas o por la cantidad de países donde se publica es un argumento tan endeble y tan lejano a la literatura que no me parece atendible. En segundo lugar, afirmar que usted es una poeta porque la antologó Gonzalez Vigil, créame, no prueba nada. Un saludo cordial y no deje de leernos. Y finalmente, Barrón:

Malabares en Taco Aguja en este momento es un long seller y ya estará en ebook a pedido del público (...) Pertenece usted a aquel lugar común que define al escritor como el fumón perdido, pobre y aturdido que debe serlo para ser respetado... No soy Pilar Sordo, ni Chopra. Soy Barrón, soy poeta, escribo libros de autojoda, no soy periodista ni quiero serlo, me bacilo escribiendo (...) Yrigoyen, por lo que sé, se expresa mal de intelectuales y poetas de alto nivel, como el chato Quiroz (...) considero que tiene grandes vacíos literarios que debe empezar a llenar. Eso sería todo (...) todos somos distintos y para todos hay espacio en el ambiente de la literatura peruana, aunque a algunos les duela. Y para terminar con este lío o sopa de letras citamos uno de los mejores post´s en estas "importantísimas" discusiones entre lo comercial, egos asaltados o asfaltados, verdades (autojoda o no) y claro, prejuicios. Dice así: "Los escritores deberían recordar siempre que el libro más leído del planeta es la guía telefónica porque "algo tiene" que la gente está buscando. Cuánta razón tenía el maestro Cattone cuando afirmaba que no hay gremio más injusto,malnacido, envidioso, rastrero, etc... que pueda existir, que el de los escritores".

Así es, no hay gremio más competitivo que el de los escritores y por lo mismo, le damos la razón a Josefina Barrón, hay espacio para todo el que halle público. Los culpables o verdaderos autores de la literatura comercial son los editores, ahora capitalistas, empresarios, lejos de hallar verdaderas tradiciones literarias dentro de la autoayuda o autojoda. Nadie lo espera tampoco. Pequeño detalle. Las líneas editoriales son clarísimas. De publicarse Yo no soy Tú en Tusquets editores, por ejemplo, todos sabríamos que su rubro cambió completamente, que necesitan vender y ese es su único objetivo. Los 50 mil lectores de Josefina Barrón no esperan hallar en su libro más de lo que ya hay y sí, como ella misma dice, lo leen porque se divierten. Quizá Yrigoyen disparó fuera de casa y dio en un blanco fácil. Lo cierto es que llamarse escritor ahora ya no es complicado, y es verdad, nuestros círculos "culturosos" pueden ser cerrados, temibles y hasta despreciables, pero tenemos una tradición literaria que se forma en ellos y ha sido siempre igual. Eso no da señales de cambio, y no lo ha hecho en los últimos siglos. El que quiera pertenecer a esta debe sufrir el fuego de la autocrítica y del pudor antes de publicar o llamarse a sí mismo escritor.  Pocos que hagan malabares en taco aguja entrarán al infame, mezquino y deslumbrante reino de los escritores, a pesar de tener miles de lectores o de llamar prejuiciosos a sus críticos más temibles. Pero no hay peor trampa que la de subestimar o sobrestimar, por lo que nada termina de decirse. Habrá quien ingrese en taco aguja. Sus libros dirán.

Cecilia Podestá
cpodesta@diario16.com.pe

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