Si te casas, hazlo templadazo
porque si no lo estás
como diría un ché amigazo:
-¡Para qué diablos te casás!!!-
Cuando el amor es una comedia
el matrimonio deriva en tragedia.
Si al desposorio llegas feliz
pues al sol levanta tu nariz.
Si infeliz te sientes luego
hazte filósofo, intelectual o ciego.
Uno no se casa por la plata
nada justifica tal medida.
Oportunidades da la vida,
sólo… no hay que meter la pata.
Pensando con el corazón,
qué nos diferenciaría de la prostitución?.
Casamiento y mortaja,
del cielo baja.
Tómate el tiempo que necesites
para que evalúes y medites.
No te cases tampoco por recelo
a quedarte sola en el mundo .
No “chapes” al primer arañuelo
que se te cruce por tu fundo.
Cuando a la vejez hayas llegado
con el mismo bulto al costado,
un esperpento verás a tu lado
con el pantalón empapado.
El matrimonio no es un mandamiento
a veces merece un descansamiento.
No te cases por pena tampoco,
verás que después de poco
a “tirar” sin ganas llegarás
y por un “polvo” tu matrimonio perderás.
Si ya te casaste una vez
piénsalo una, dos y tres.
Casarse por segunda vez
el triunfo de la esperanza es,
pero sobre la experiencia
y sobre tu supervivencia.
El amor es corto de vista
el matrimonio su oculista.
La perfección es mentira
el que lo niega delira.
Con cariño, confianza y respeto
la unión puede ser de concreto.
El matrimonio es de larga duración
lo tendrás con buena comunicación.
Resuelve el acertijo,
y vivirás con regocijo.
PAOLA MENDOZA LACA
PAOLA MENDOZA LACA
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