El país del sol naciente
no deja de temblar
feroz amenaza nuclear
el desastre parece inminente.
Nadie está contento
casa, comida y sustento
todo se ha perdido,
beber agua está prohibido,
hasta las tierras de cultivo
tienen material radioactivo.
Los héroes siguen trabajando
su salud y sus vidas arriesgando.
Quedarse en la planta nuclear
la muerte les puede acarrear.
El bienestar de la mayoría
se impone al de la minoría.
Estoicos héroes nipones
trabajan día y noche sin cesar
para salvar a millones.
Nadie sabe lo que va a pasar.
En jornadas suicidas
enfrentan la radiación
en partículas esparcidas
llenas de destrucción.
Muchos están enfermando
saben que van a morir.
El gobierno lo sigue negando.
El desastre quiere encubrir.
Radiación descontrolada.
Población desconsolada.
Regresan a la zona de exclusión
porque no tienen otra opción.
Como una Casandra moderna
constante y sempiterna,
Greenpeace advierte
-“Esto es igual a Chernobyl!!!”-
Donde todo fue muerte.
El apocalipsis y sus jinetes
engendran ruinas y muertes
Yodo, Estroncio, Uranio
Zenon, Cesio, Plutonio.
Es el comienzo del final,
Es el comienzo del final,
hay dolor descomunal.
El miedo lento y largo,
deja un sabor amargo.
Vivimos en incertidumbre
no hay luz que se vislumbre.
La naturaleza ofendida
arremete enfurecida.
Civilización desfalleciente
en el país del sol naciente.
PAOLA MENDOZA LACA
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