domingo, 29 de marzo de 2015

Tía María: plan Pi…latos

Por Marita Chappuis
A tajo abierto 

El día viernes aparecieron declaraciones del presidente y de la ministra de Energía y Minas en que aseguraban que el proyecto iba porque ahora los proyectos ya no contaminan como antes y se ha iniciado una mesa de desarrollo. Esto ante las declaraciones de un vocero de Southern que dijo: “hace ocho años estamos tratando de desarrollar este proyecto”. Declaraciones similares fueron hechas por la gobernadora de Arequipa. Todos estos anuncios fueron hechos obviamente muy lejos de Islay, donde un grupo de manifestantes habían organizado una huelga.

No vamos a mencionar qué dijo Ollanta Humala cuando era candidato, pero sí qué hizo estos últimos cuatro años. Su conocimiento sobre la minería, su impacto social y ambiental, lo aprendió leyendo todos los comunicados de las ONG antimineras. Aun cuando salió en la TV afirmando “Conga va” nunca la visitó, nunca ha visitado ninguna mina… me corrijo: estuvo presente cuando concluyó el rescate de unos mineros artesanales que habían quedado atrapados por un derrumbe (buscando emular a Piñera y los ’33’).

Si realmente estuviera convencido de que no habrá contaminación y que el uso de agua de mar es factible en Tía María debió haberse dado una vuelta por la mina Cerro Lindo (Chincha), escuchar y conocer los beneficios de esta tecnología.

Humala no sólo no ha querido escuchar a la ‘otra parte’ (las empresas), tampoco nunca quiso escuchar los argumentos de los funcionarios del Minem que era desacreditado permanentemente por el ministro del Ambiente.

Inclusive la actual ministra del sector estuvo todo el año pasado dirigiendo el Senace, la institución creada por Humala para revisar los estudios ambientales, porque a su parecer los aprobados por el Minem no gozaban de la confianza de la población… entonces ¿qué está defendiendo ahora?, ¿a quién quiere convencer que el EIA aprobado está bien hecho?

No ha pasado una semana de que el Minam haya declarado que hay una intención de limitar los recursos de la OEFA que “tiende a su minimización, limitación e incluso desaparición”… sin mencionar que pretenden recibir de las mineras 45 millones de dólares (anualmente), dizque para fiscalizar. Desinforma Pulgar-Vidal (MPV), porque hace más de veinte años se realizan fiscalizaciones a las mineras, que pagaban un arancel. Sistemáticamente MPV hace declaraciones en el sentido de que todo lo que se ha hecho está mal, y todo lo aprobado por el Minem es sospechoso.
No sólo la fiscalización ambiental tendrá un presupuesto de US$45 millones (anualmente) sino también la seguridad minera (Osinergmin) recibirá US$63 millones, de forma anual.

Si Humala cree que las mineras deben ser más supervisadas “para gozar de la confianza de la población” debiera auditar la gestión de sus supervisoras: Osinergmin y OEFA. Estas dos instituciones deberían no sólo tener indicadores de gestión rigurosamente evaluados, sino también ser transparentes con los gastos que realizan. No puede ser un ‘indicador’ el monto de las multas aplicadas, el número de eventos organizados, o cuántos calendarios/agendas repartieron.

Son indicadores: relación de personal técnico a personal administrativo. Este último no debería superar el 15%, incluidos los abogados; alta dirección compuesta exclusivamente por técnicos de reconocida trayectoria; número de profesionales con maestrías en el extranjero; y lo más importante: si los resultados de su gestión valen la pena, esto es, las minas tienen cada día mejores estándares de seguridad y ambientales.

En resumen, la solución pasa primero en convencer a presidente, ministros, gobernadora y alcaldes… no a cinco mil agricultores
 

sábado, 28 de marzo de 2015

Los mismos

 Por Salvador Sostres
28 de Marzo de 2015

Los mismos, exactamente los mismos, que han pedido una y mil veces mi cabeza -y otras partes de mi cuerpo-; los mismos que ante la discrepancia claman venganza y que acuden al juego intelectual con machetes y mordazas; los mismos que nos pasarían por las armas si pudieran, por ser católicos o de derechas -por ser inteligentes, aunque ellos no lo sepan-; los mismos, exactamente los mismos, y lo sé porque hago colección de ellos, que tienen el tic eterno de convertir cualquier espacio de libertad en una vieja checa, son los que cada vez que cesan a un periodista de izquierdas acusan al Partido Popular de censura, de atacar al periodismo y de quién sabe qué otras atrocidades, todas juntas.

Si me cesaran a mí, o a Hermann, o a Arcadi, o a Federico, e incluso si nos ejecutaran en cualquier plaza pública, sería un acto de libertad y de justicia; pero que una empresa privada rescinda el contrato de un periodista equivocado es culpa del Gobierno y un acto de infamia infinita.

Sergio Martín no puede preguntarle lo que quiera a Pablo Iglesias en una entrevista, y una mera pregunta causó aquella bronca y aquellas histéricas peticiones de dimisión; en cambio los periodistas de la izquierda pueden pasarse el día exhibiendo del modo más vulgar su panfleto, aireando su intolerancia, su sectarismo, su profundo odio a la diferencia. Para ellos hay barra libre para difundir las más perniciosas ideas, las que más hambre y muerte han causado y cuando alguien se cansa de tanta farsa, y de tanta mentira, y de tanta propaganda, entonces resulta que la libertad de expresión está siendo atacada y el presidente Rajoy es de todo culpable.

A la izquierda jamás le ha interesado la libertad, y no sólo no le ha interesado sino que es quien más la ha asesinado. A la izquierda jamás le ha interesado la libertad: ni la libertad de expresión ni ninguna otra libertad, y su indignación no es sincera sino sectaria, y su propósito no es favorable a los intereses de la Humanidad, sino que sólo busca ganar terreno para continuar machacándonos.

Y cuando digo "machacándonos" no me refiero a las personas de derechas exclusivamente, sino a los ciudadanos libres que intentamos usar la inteligencia y el humor para aproximarnos a la realidad y tratar de explicarla; a los que no nos doblegamos a la siniestra maquinaria y a los que todavía hallamos estimulante el riesgo cultural de comprender al otro.

Por lo que refiere a Cintora, yo no necesito que lo echen de ninguna parte. Me parece un mamarracho pero me basta con cambiar el canal si es que en aquellas horas mañaneras no tengo nada más deprimente que hacer que estar mirando la televisión. Nunca he pedido su cabeza ni he firmado manifiesto alguno en su contra, porque siempre he pensado que el desacuerdo e incluso el desprecio no son motivos suficientes para eliminar a mis adversarios ni a mis enemigos. Desde pequeño comprendí que en el mundo habría siempre maldad. Y que erradicarla no era la solución, porque haría falta mucha más maldad que la maldad que hay.

La izquierda tiene un problema, y este problema se llama libertad.

viernes, 27 de marzo de 2015

La bibliotecaria

Por Salador Sostres
27 de Marzo del 2015

El viernes de la semana pasada, a la salida del colegio, llevé a mi hija a una biblioteca pública, en insensato seguidismo de otros padres de la clase de Maria que así procedían. Por lo visto a las 18h un hombre iba a contar algunos cuentos. A mi hija le encantan los cuentos y pensé que estaría bien. De hecho estuvo bien, el tipo estuvo bien, y la niña salió encantada.

Pero luego pasó algo extraordinario. En la planta baja de esta biblioteca, llamada Clarà por encontrarse en el antiguo taller del escultor Josep Clarà, y situada en la esquina de las calles Doctor Carulla y Calatrava, en la zona noble de la ciudad, hay una pequeña habitación, apartada, y hasta separada, dedicada a los niños, con libros de cuentos, mesas bajas, sofás infantiles y las paredes decoradas con muñecos de Disney.

Allí estuvimos padres y niños, con el cierto caos que siempre impera en este tipo de reuniones pero manteniendo, dentro de todo, un considerable sentido de lo civilizado. Y una bibliotecaria con ese corte de pelo entre el Ensanche izquierdo y Jarrai, entre el lesbianismo y el PSUC -si es que no fue todo lo mismo-, y con el rostro impenetrable por tantas pasiones insatisfechas, iba y venía reclamándonos silencio.

Su impertinencia a todos nos impacientó pero nadie le dijo nada.

Mi hija ya no lleva pañales y como llevaba un rato jugando y habíamos merendado, le dije que fuéramos al baño, y allí, en la pared derecha del baño, mirándolo desde la entrada, en la pared del baño de la biblioteca que reclama silencio en la zona infantil de comic books y juegos, en el baño de la biblioteca de la bibliotecaria estricta, mitad Idoia, mitad chacha, había colgada una máquina dispensadora de preservativos.

Éste es el modelo de biblioteca pública: mala leche contra los niños y condones en el lavabo. Los niños no pueden jugar en la zona infantil pero pueden follar lo que quieran en el baño.

Al regresar a la sala, y cuando la empleada municipal volvió a reclamarnos silencio, pensé para mí, sin decir nada: "¡Calla, putanga!". La izquierda siempre acaba en el burdel, y por eso cree que abortar es un derecho, y una conquista social. Educar a los hijos en el concepto y la experiencia de lo público es atroz. Les vuelve cínicos y corruptos, ingresan en el club de la queja y de la excusa, y en lugar de estimular sus capacidades las atrofias.

El resumen de la izquierda es una máquina de condones en una biblioteca pública con una zona infantil en la que no se deja jugar a los niños. Como su sistema conduce a la tristeza quieren que todos estemos tristes. Como su ética trae sólo desesperación, quieren que estemos todos desesperados. Desesperados de máquina de condón. Y luego van a por nuestros hijos, para robarnos hasta la esperanza.

Yo creo que lo que a la bibliotecaria le sabía mal era ver a un padre feliz con su hija. Hay un resentimiento de fondo y es un resentimiento terrible. No hay nada que ofenda tanto a una funcionaria resentida como el sagrado esplendor de la Familia.

viernes, 20 de marzo de 2015

Mi urólogo

Por Salvador Sostres

Yo ya sólo me siento seguro comiendo con mi urólogo. A partir de los 40, y yo los cumplo en junio pero me voy acostumbrando, un hombre y su urólogo han de estrechar lazos. Doctor, almorcemos la semana próxima. Y la otra. Que el restaurante sea bueno, pero sobre todo caro. Que se note que estamos concentrados.

A partir de los 40 años, una mesa sin un médico es una mesa invertebrada. Un poco como estas bibliotecas públicas que te reclaman silencio incluso cuando estás en la zona infantil con tu hija y luego en el lavabo hay una máquina de condones instalada. ¿Dónde iremos a parar?

Médicos, médicos de todas las especialidades. Médicos por todas partes. Tantos periodistas no nos han llevado a ninguna a parte. Eso por no hablar de las putangas de la farándula. Mi abuela me educó en el tener a los médicos comprados. Su herencia más alta ha sido el ejército de médicos agradecidos que me ha dejado. ¡Qué lástima que haya cerrado El Bulli! Todavía recuerdo aquellas cenas extraordinarias con mi abuela y sus médicos, todos invitados. A veces nos enterábamos de que en el restaurante había algún otro médico que no venía con nosotros y también le invitábamos, por si acaso. Cuando los mejores médicos te quieren y se te ponen al teléfono, eres un hombre afortunado.

Un médico en la mesa te hace siempre quedar muy bien. Presentar a tu urólogo te da más distinción que un Armani. Hay que llamarles "doctor" y nunca por el nombre. Hay que darles champán todo el rato. Un médico que no fuma no suele ser un buen médico, salvo si es dentista. No hay que comer nunca con dentistas salvo si son estomatólogos. ¡Queremos sus seis años!  ¡Nada de aprendices de brujo! ¡Hay que huir como de la peste de la gente de los oficios!

Yo me salvé el día que conocí al doctor Esquena. Desde que voy con él a todo el mundo le parezco más respetable. Nos tienen cortesías y hasta nos hacen benéficas. Nadie quiere quedar mal con un urólogo, por la cuenta que les trae.

Hay que comer con tus médicos, tener tu anestesista de cabecera, y yo que mi abuela tuvo cáncer, siento al que me hace la revisión del colon a mi derecha. Hay que comer con tus médicos, y con un cura si puede ser, que dé un aire eterno a la velada. Y que de vez en cuando comparezca un torero, porque todo es trivial, y vano, si sólo hablas con gente que nunca ha matado.

CARACTERÍSTICAS DEL POPULISTA

En este vídeo podrás identificar al político populista con ejemplos de la vida real en la realidad peruana que por desgracia no ha tocado vi...