sábado, 31 de enero de 2015

Mujeres en un gobierno

Por Salvador Sostres

No entiendo por qué tiene que haber mujeres en un gobierno. Tampoco entiendo por qué tiene que haber hombres. Tiene que haber talento, capacidad de sacrificio, imaginación y esa fiabilidad que muchos denostaban no hace tanto tiempo y que ahora Rajoy nos recuerda hasta qué punto es fundamental.

El discurso feminista es tan perverso, tan sectario, y tan de perdedores, que ahora resultará que el problema que hay en Grecia es que no hay mujeres en el gabinete y no que los hombres que lo integran son unos auténticos majaderos. ¿Dónde iremos a parar?

Las cuotas son un atraso tercermundista. Lo que tiene que prevalecer es el valor de cada cual y las mujeres no son un colectivo. No conozco a ninguna mujer orgullosa, y realmente válida, que acepte ser incluida en el saco genérico como una minoría marginada.

El feminismo es el modo de vida de las feministas, el refugio donde mediocres e incapaces evitan medirse con el mundo y exigen por decreto lo que no saben ganarse. Una mujer es una mujer tal como un hombre es un hombre. Existen hombres que matan a mujeres pero la violencia de género no existe y un hombre no es un asesino en potencia. El determinismo de género ha cruzado la línea totalitaria.

El feminismo es tan ridículo que pone el grito en Grecia por la ausencia de mujeres en su gobierno en lugar de escandalizarse por lo que muchas mujeres y hombres sufrirán si Syriza aplica su programa.
¿Alguien en su sano juicio dejaría que mujeres así cuidaran de sus hijos?

La cuota es siempre una cobardía.

domingo, 25 de enero de 2015

La Mochila

Por Salvador Sostres

Mi mujer antes de salir de casa, aunque sea para dar un paseo, llena una bolsa o pequeña mochila con cosas de la niña en previsión de cualquier contingencia. Y cuando digo cualquier contingencia quiero decir realmente cualquiera. En mis 40 años no he vivido tantas cosas como las que mi mujer piensa que podrían ocurrirle un domingo por la mañana a la niña, y así llena la mochila.

Naturalmente nunca ocurre nada, pero yo no creo que mi mujer sea una exagerada. Yo creo que no nos ocurre nada precisamente porque ella ha pensado en todo y para cualquier eventualidad tiene su remedio en la mochila. Las desgracias les suelen ocurrir a quienes no son capaces de imaginárselas.

Yo me casé con una gran madre para poder ser exactamente el tipo de padre que quería ser. Con mi hija nos reímos de las previsiones de mami, y a veces la hacemos rabiar, pero yo sé que ella ordena el mundo para que yo pueda jugar con la seguridad de tener la intendencia asegurada.

Luego hay que marcar los límites, hay que hacer llorar y hacer reír, permitir y reprimir, sentir el peso de nuestra fragilidad y el abismo de todos los desafíos. Luego el mundo continúa siendo un lugar -Valentí Puig lo dice- bellísimo y terrible. Pero si el pequeño cotidiano acto de salir de casa, acudir a un almuerzo con otras familias o ir de viaje puedes hacerlo sabiendo que alguien lo ha previsto todo, y que a ti te basta con la ilusión y la alegría para ser la fuerza y el destino, es mucho más agradable dejarse llevar por la vida, seguirle la corriente, confiar en ella, cerrar los ojos como en el gran salto de la fe, seguro con tu pequeña mochila.

Yo no creo que haya ninguna mujer en el mundo, ni la más histérica, ni la más satanizada por el feminismo, ni la más vegetariana, ni la más rabiosa okupa, que en el fondo más puro de su corazón no desee hacer mochilas y ocuparse de sus hijos. Ha sido mucho más cruel, descarnada y perversa la dominación a la que el feminismo ha sometido a la mujer que las injusticias del machismo. Porque contra el machismo una siempre puede rebelarse, pero nada puede hacerse contra esta lenta intoxicación feminista, contra el goteo permanente de este veneno atroz que poco a poco destruye el carácter y anula la voluntad, y todo lo vuelve resentimiento y misandria.

El feminismo no es lo contrario del machismo. El feminismo es lo mismo que el machismo, sólo que en el otro extremo. Lo contrario del machismo, y del feminismo, es la libertad. Y si el machismo obligó por la fuerza a las mujeres a cumplir con determinados papeles, el feminismo pretende obligar a las mujeres, mediante mecanismos menos evidentes pero igual de reprochables, a odiar lo que son, a enfrentarse a sus instintos y a su naturaleza, y a imitar a los hombres. Lo contrario del machismo no es el feminismo. El feminismo es una burda venganza, y con el odio, a la larga, no se consigue nunca nada.

Hay una mochila moral que no implica ninguna humillación, ni dejar de trabajar, ni renunciar a ninguna dignidad. Hay una mochila moral, natural, instintiva, esencial, que habla por todas las mujeres y por todas las madres, y es una mochila feliz, y es una mochila exultante, y es una mochila sobre la que orgullosamente esta construida la más alta empresa conocida jamás, que es la Humanidad.

El feminismo es un reproche, una enmienda a la totalidad a esta mochila y a la madre que ha sido feliz imaginándola y preparándola. El feminismo ha sembrado el mal en lo más hondo de las mejores entrañas, retorciéndolas hasta violentarlas, y sembrando de odio la convivencia, e inoculando ansiedad y angustia a tantas mujeres que se sienten extrañas en relación a su propia naturaleza.

Hay una mochila que es el resumen del mundo y en ella está el principio y el final de lo que podría salvarnos. El feminismo es la conspiración para que no la sepamos encontrar.

viernes, 23 de enero de 2015

Bono y Podemos

Por Salvador Sostres

José Bono ha dicho que volverá a reunirse con Podemos porque los prefiere a la extrema derecha. El espantajo de la extrema derecha ha hecho mucho daño. La extrema derecha no existe en España, y en Europa es y ha sido muy minoritaria. La extrema derecha es la liebre de trapo que nos ha distraído mientras la extrema izquierda nos masacraba.
Podemos pertenece a la tradición del fascismo, el falangismo y el nacionalsocialismo. Naturalmente hay matices y grados, pero la tradición es la misma. Son movimientos obreristas, simplistas, de la masa contra el sistema, que se aprovechan de las imperfecciones de la democracia para expandir su populismo totalitario. Son movimientos de dos velocidades, que se hacen los garantistas para llegar al poder y luego anulan paulatinamente -y no tan paulatinamente- todas las libertades.
Yo no sé a quién se refiere Bono cuando nombra a la extrema derecha, pero Podemos son los herederos del falangismo y entroncan con la tradición fascista italiana aunque de momento -de momento- no hayan tenido ocasión de cometer sus crímenes. El peor totalitarismo que ha conocido el mundo ha sido de base obrera y de masas, y Venezuela y Cuba son las referencias estéticas de Pablo Iglesias, pero sus predecesores son José Antonio y Mussolini.
Bono puede reunirse con quien quiera, pero que no se haga el moderno, ni el puro, ni el inocente, porque Podemos no es ninguna casualidad, ni ninguna broma, y tienen su estrategia perfectamente definida y delimitada, y su primera víctima, como ya ocurrió en el pasado, será la libertad.
Podemos continuar jugando a que viene el lobo de la extrema derecha, pero es un lobo falso. Lo que viene es la extrema izquierda, esta vez como antes, con su mensaje de miseria, con sus teorías equivocadas, con el mal como estandarte.
En España la extrema derecha es y ha sido anecdótica, y Felipe González fue muy valiente al desmantelar el socialista Estado del Bienestar de Franco para arrimarlo al centrismo homologable. ¿Extrema derecha, Pepe? Pero qué dices, hombre.
También el fascismo, el nacionalsocialismo y el falangismo parecieron de buena fe, liberadores frente a las cansadas oligarquías. También las masas les secundaron, y también los que creían que nada tenían que perder se dieron cuenta, ya muy tarde, de todo lo que perdieron. Podemos entronca con los sanguinarios idealismos del siglo XX y poco puede hacerse por evitar que así sea porque el mal existe y existirá siempre.
Lo terrible es que no hayamos aprendido nada, que tantos cayeran por nada, y que la ignorancia continúe siendo la característica de personas que como Bono han alcanzado cotas de poder no poco importantes. Lo dramático es esta dejadez intelectual, este nulo sentido de la Historia, este analfabetismo político que tanto daño ha causado y causa a La Civilización; estos romanos frívolos e inconsistentes haciendo el mamarracho mientras en las puertas de la ciudad, aguardan, con el machete entre los dientes, los bárbaros.

miércoles, 21 de enero de 2015

Ora cosa

Por Salvador Sostres

Yo entiendo que la gente quiera otra cosa. Primero porque siempre queremos otra cosa y segundo porque no son tiempos que nos permitan tener grandes expectativas. Yo entiendo que la gente quiera más y mejor porque éste es el deseo que hace que el mundo avance y la Humanidad tiene que vivir en la tensión permanente de la víspera del milagro y la maravilla. 
Pero como escribió hace unas semanas Hermann Tertsch, este legítimo sentimiento no puede llevarnos a cargárnoslo todo. Por mucho que traten de disimular haciéndose los socialdemócratas, y equiparándose al Felipe González de 1982, la alternativa que Podemos es y representa la destrucción de cualquier esperanza de prosperidad para España. Por mucho que traten de disfrazar su populismo, ya Pablo Iglesias ha advertido, en este sentido, que "no jugaremos igual el primer tiempo que el segundo".
A parte de que España quedaría sumida en la más brutal crisis económica, el modelo productivo y de Estado de Pablo Iglesias nos dejaría sin las herramientas, físicas y morales para recuperarnos.
Y siendo cierto que muchos catalanes -yo creo que la mayoría-, entre Cataluña y España, se inclinan por España; yo sería el primero que entre Cataluña y Venezuela me quedaría con mi país y procuraría salir corriendo de una España hugochavizada, como tantos españoles de todos los rincones de la península, que se vendrían sin duda a Cataluña y se harían más independentistas que Oriol Junqueras.
No es que Pablo Iglesias odie a los pobres, pero sería quien más daño les haría porque con sus recetas no sólo empeoraría sus actuales condiciones, cargándose nuestro sistema social, sino que les condenaría a la pobreza para siempre.
No es que Pablo Iglesias sea independentista, pero de una España gobernada por él, todo el que pueda saldrá corriendo. Si gana Podemos, veremos independentistas de Madrid, de Cáceres y de Sevilla, y Cataluña no sólo se separará de España sino que duplicará y triplicará su número de habitantes.
Yo entiendo que la gente quiera más, y mejor, y que tenga prisa. Lo entiendo y lo celebro, porque significa que estamos vivos. Pero sin inteligencia estamos perdidos. Si no somos capaces de calcular con precisión y con sentido de la Historia lo mucho que tenemos y podríamos perder si no lo cuidamos, nosotros mismos seremos los principales enemigos de nuestros deseos y en lugar de avanzar retrocederemos.
Armani dice siempre que los cretinos nunca son elegantes y yo creo que lo más peligroso que hay en el mundo es un imbécil.

sábado, 17 de enero de 2015

Falta Comunicacion

Por Angel Sanz
Blog "Re-imaginando"

Bernhard Peters es un total desconocido para nosotros los "mortales". Incluso para la gente del deporte en España, Peters no es una referencia. Sin embargo, entre otras cosas, Peters fue entrenador del equipo nacional alemán de hockey más exitoso de la historia. Ganó dos copas del mundo en 2002 y 2006. Pero eso no es lo único que le hace especial.
En 2006, cuando Jürgen Klinsmann fue elegido seleccionador nacional del equipo de fútbol alemán propuso a Peters como Director Deportivo de la Federación Alemana de Fútbol. En ese momento, Klinsmann declaró: "El fútbol alemán ha estado durmiendo en los últimos 10 o 15 años. Necesita abrirse y evolucionar. Bernhard Peters es el hombre que lo puede conseguir". A partir de ahí, Bernhard Peters cambió de deporte y ha pasado por la Fundación de Fútbol Juvenil formando entrenadores basándose en su desarrollo técnico, personal y educativo, y ha liderado por la Dirección Deportiva de clubes como el FSV Mainz 05, el TSG 1899 Hoffenheim y el Shalke 04. En el país de Merkel, algunos le consideran el autor intelectual del fútbol alemán.
Desde el verano de 2014, Peters es el Director Deportivo del Hamburgo que está en la primera división y, aunque lleva poco tiempo en el cargo, ya hay medidas que marcan un estilo propio. Y lo más sorprendente es que ha empezado en la cantera porque su prioridad es el fútbol base:
- No se fichan a jugadores jóvenes que no sean de la ciudad. Entiende que el objetivo del club es desarrollar el talento autóctono e integrarse lo más posible con la comunidad que debe tener talento suficiente.
- No hay equipos menores de 12 años. Entiende que esos niños deberían estar jugando a muchos deportes, no sólo fútbol.
- No hay ningún jugador que no vaya al colegio. Entiende que para sacar el mejor futbolista posible es imprescindible el desarrollo intelectual.
- No se aceptan métodos tradicionales y estáticos. Entiende que la innovación es parte clave del proceso de desarrollo y que hay que exponer al talento a retos diferentes desde un punto de vista físico, técnico, mental y emocional. Por eso tiene un plan de formación para los entrenadores donde se trabaja en todos esos aspectos y cada semana se incorporan ideas nuevas y variantes en los procesos de entrenamiento.
Además de su labor como Director Deportivo, Peters es conferenciante sobre trabajo por objetivos, liderazgo, comunicación y motivación en empresas cotizadas. Pero, en mi opinión lo más interesante de este personaje es que es un ejemplo de cómo alguien ha entendido de verdad para qué sirve el fútbol. Mejor dicho, ha entendido claramente para qué sirve el deporte y lo ha aplicado al hockey en su día y al fútbol ahora. Lo que está haciendo es poner el fútbol en su lugar. El club de fútbol del Hamburgo tiene sentido si está orientado a varios objetivos: 1) servir a su comunidad 2) formar a jóvenes a través del fútbol y 3) ser una alternativa competitiva que permita disfrutar del deporte más importante del país. El éxito deportivo y económico será la consecuencia de un proceso bien hecho, pero sin sacrificar la esencia. Y para eso está centrado en la formación de formadores.
Esta semana me he encontrado en una conversación muy interesante en la que me contaban cómo a una jugadora de baloncesto de último año de bachillerato, su club le prohibe terminantemente que juegue con su colegio una competición de baloncesto colegial por los riesgos de lesión. Esto es un ejemplo claro de la cortedad de miras y la incompetencia que reina en algunos de nuestros gestores deportivos. Decir a un joven que no juegue a baloncesto con sus amigos del colegio es como prohibir a un chaval que vaya al parque porque se puede dañar con un columpio. Los riesgos de lesión están ahí, te puedes lesionar en cualquier momento dentro y fuera de la cancha. Es más, tienes menos posibilidades de lesionarte en un partido de este tipo donde ya has calentado y tu cuerpo responde con firmeza.
No dejar que juegue con sus compañeros de colegio es quitar a un chaval una de las funciones básicas que tiene el deporte: educar. Que una niña sea una referencia deportiva en su colegio y no pueda ejercerla es privarla de una experiencia educativa que difícilmente va a poder repetirse. Es privarla de ejercer como ejemplo a otros más jóvenes, de ser apoyada por niños pequeños, de sentir la admiración de compañeros y profesores, de sentir la responsabilidad, de implementar el liderazgo, de gestionar la ilusión de otros, de canalizar emociones, de disfrutar del baloncesto en su esencia... todo esto en el colegio que te ha visto crecer. Pero al del club le da igual. Porque el directivo del club cree que su objetivo es que juegue sus partidos y el resto de su desarrollo, entiende que no le aporta nada más allá que un riesgo de lesión. Y no es capaz de interpretar el ratio de riesgo de lesión contra el beneficio de tener una jugadora más motivada, más feliz, que se ha desarrollado en liderazgo, que asume más responsabilidad y que está, si cabe, más comprometida con un club que entiende su realidad. Pero sobre todo, no es capaz de ver más allá de sus narices.
Tengo la sensación de que en España, el mundo del deporte y de la educación tienen un serio problema de comunicación. Los dos saben que se necesitan pero no se hablan mucho y ninguno toma la iniciativa de manera contundente. En algunos casos coinciden y hasta se solapan. Parece que no aceptan que están condenados a vivir juntos. Pero no sólo en la misma casa, es que tienen que entender que su relación necesita ir más allá de compañeros de piso. Creo que el mundo de la educación y el mundo del deporte necesitan enamorarse, hablar, comprenderse, compartir sus objetivos, apoyarse, co-invertir, trabajar juntos, darse oportunidades, desarrollar miles de proyectos, ser referencia, introducirse hasta la médula en nuestra sociedad y tener un impacto positivo que trascienda hasta las familias y el mundo de la empresa. Por eso es obligatorio que esta relación vaya en los dos sentidos: desde la educación hacia el deporte y desde el deporte hacia la educación.
Peters es un ejemplo positivo de alguien que lo ha entendido. El directivo del equipo de baloncesto es un ejemplo de lo contrario, de alguien que no entiende para qué sirve el deporte. Creo que nuestra obligación es remar hacia el primero y quitarnos de encima los segundos. En la medida que lo consigamos, evitaremos que la pareja educación-deporte, que podría ser perfecta, nunca llegue a nada más que a lo que es hoy: unos conocidos que coinciden el la calle

Cocaína

Por Salvador Sostres

El otro día en casa de un mi amigo, dos amigos en común prepararon y esnifaron dos rayas de cocaína cada uno. Nuestro anfitrión no dijo nada, yo los habría echado.

Ya sé que el alcohol es una droga, también, con un incalculable poder destructivo, y qué decir del tabaco ordinario. Pero hay un orden social, y una jerarquía que establece las categorías y la cocaína no sólo es dañina sino que es una horterada de muy mal gusto. Existe, además, el placer de fumar y el gusto de la ginebra o el whisky, mientras que la coca sólo propicia un estado que es mediocre intentarlo obtener mediante una substancia.

Yo nunca podría confiar en quien no bebiera, pero mis amigos que esnifan coca me decepcionan. No dejo de quererles, pero me decepcionan, porque les veo débiles, superados, incapaces de la superación personal que marca la diferencia. ¿Esto es todo lo que sabéis hacer? ¿Una raya?
Yo les  habría echado. Yo te habría echado. Pero no por mí: por ti, para que te vieras en el espejo de tu turbio derrumbarte y volvieras a empezar de cualquier otro modo, con cualquier otra esperanza.

viernes, 16 de enero de 2015

Preguntas

Por Aldo Mariategui - Peru21

¿Me pregunto qué dirían los franceses si sus rojos y caviares locales sostuviesen que los recientes ataques terroristas en Francia contra los caricaturistas de Charlie Hebdo son “un conflicto armado interno”? ¿O que una conocida gestora cultural los describiese como una “guerra interna”, tal como aquí lo hace la gestora cultural Chela de Ferrari en un folleto teatral para referirse al terrorismo en nuestro país? ¿Los franceses considerarían como “una violación sistemática a los derechos humanos” que su Policía no haya podido –o querido, como sospecho– capturar vivos a esos tres terroristas? ¿Alguna escultora francesa haría un monumento donde figuren juntos los nombres de los terroristas y de los caricaturistas que mataron, tal como aquí la escultora Lika Mutal lo hizo con ese mamarracho tan insultante que es el Ojo que Llora? ¿Cómo reaccionarían los franceses si una corte de justicia internacional les ordenara indemnizar a las familias de estos terroristas fundamentalistas? ¿No se indignarían los franceses si Alemania les diese cobijo a sospechosos de terroristas fundamentalistas y la Fundación Gruber les entregase un premio, tal como sucedió con Mónica Feria? ¿Los franceses aprobarían que todos los juicios hechos a los terroristas se realicen de nuevo porque se lo ordena una corte internacional que está capturada claramente por la ideología izquierdista?
¿Y qué dirían los rojos y caviares locales si en el Perú se publicase una revista de caricaturas donde en la portada se dibujase a un dios o líder indígena siendo sodomizado para así criticar “artísticamente” a las ONG ambientalistas? ¿Respetarían esa libertad de expresión?

jueves, 15 de enero de 2015

Dos lógicas electorales

Por Juan Jose Garrido - PEru21

Alejandro Toledo quedó segundo en las elecciones del 2000; ganó en el 2001. Alan García quedó segundo en las elecciones del 2001; ganó las del 2006. Ollanta Humala quedó segundo en las elecciones del 2006; ganó, como sabemos, en las elecciones generales del 2011.
Esta secuencia, como en un juego de lógica, ha llevado a muchos a conjeturar que quien ganará las elecciones del 2016 será quien quedó segunda en las elecciones del 2011: Keiko Fujimori. Es una forma de verlo: si salió el sol antes de ayer, ayer y hoy, saldrá mañana. Desde un punto de vista formal, es lo que en lógica (una de las ramas de la filosofía) llamamos inducción: ir de observaciones particulares a leyes generales.
El razonamiento inductivo tiene, lamentablemente, una serie de limitaciones. Primero, siendo tan sencilla la prueba (señalar una serie de observaciones particulares) y por la forma como razonamos los humanos, nos invita a saltar a conclusiones. El segundo problema es el llamado “cisne negro”, que es –al final– el principal problema de esta lógica: en la antigua Europa, cuando se hablaba de algo imposible, se decía que era “un cisne negro”; todos los cisnes vistos en Europa eran blancos… ¡hasta que en 1697 un explorador europeo llamado Hesselsz observó un cisne negro! El pensador David Hume anotó, a partir de esto, lo siguiente: “Ningún número de observaciones de cisnes blancos nos permite inferir que todos los cisnes son blancos, pero la observación de un cisne negro nos basta para refutar dicha conclusión”. Aplicado a la inferencia electoral, que Toledo haya ganado en el 2001, García en el 2006 y Humala en el 2011 no garantiza nada.
Otra forma de pronosticar el 2016 sería a través de la oposición. A fines del fujimorismo, quien lideró la oposición fue Alejandro Toledo (Marcha de los Cuatro Suyos); Alan García lideró la oposición frente a Alejandro Toledo, y Ollanta Humala lideró la oposición ante Alan García. Este razonamiento, también inductivo, llevaría a considerar a Alan García como potencial ganador del 2016; para muchos, es quien representa a la oposición actualmente. ¿Cuál de estas dos lógicas tiene mayor sentido? La primera es como el eco, pero la segunda como el murmullo. Por supuesto, siempre puede aparecer un outsider u otro candidato que gane terreno y entierre todas estas suposiciones. Veamos qué depara el 2016.
director@peru21.com

El Fonavi de Morales

Por Aldo Mariategui - Peru21

Esta historia del Fonavi es un ejemplo más de cómo la “ingeniería social” o el dirigismo estatista que nuestro país trató de imponer con el modelo velasquista no solo fracasó estrepitosamente, sino que aún nos quedan secuelas, como este fósil. El Fonavi fue una “genial” idea de Morales Bermúdez, que la recogió del constructor aprista Ramón Ponce de León, que, a su vez, la importó del México del PRI. Típica ideología socialista: les quito (o robo) dinero a muchos aportantes para beneficiar a unos pocos afortunados subsidiados (y a los grandes constructores). Aquí vale la pena una aclaración histórica: miente la izquierda cuando afirma que con el general Francisco Morales Bermúdez se inició una “contrarrevolución derechista”.
¡Ojalá! Este inútil no solo mantuvo casi intacto el esquema económico velasquista (solo retrocedió un poco en cuanto a relaciones laborales, proteccionismo y tenencia de divisas), sino que hasta lo profundizó en dos aspectos: redujo a unas mínimas 25 hectáreas el límite expropiable de tierras por la reforma agraria y, con su ministro de Vivienda marino Cafferata (este aconsejado por su viceministro De Martis), promulgó una absurda ley del inquilinato, que congeló las rentas y complicó los desalojos, lo que generó que la oferta de viviendas para alquiler desapareciese completamente hasta la liberalización de Fujimori.
Con la inflación, miles de ancianos propietarios vieron licuarse sus ingresos por alquileres, mientras los sinvergüenzas que les alquilaron vivían casi gratis en sus viviendas. Y Morales Bermúdez fue, por largos años, ministro de Economía de Velasco. ¡Ahora de viejo le ensalzan algunos cuando fue tan nocivo e inoperante!

Los ministros que no amaban a las mujeres

Por Martin Santivañez - Correo


Siempre hay que desconfiar de la incontinencia política. El incontinente político pertenece a la especie de los sicarios sin filtro, esos asesinos pródigos en generar problemas porque no meditan el calado de sus actos y palabras. La demagogia es un vicio peligroso porque se expande por todo el Estado. Ciertamente, es un vicio efectivo en el corto plazo, pero en el mediano y largo, los demagogos beben y hacen beber a los que sonríen con ellos la amarga cicuta de la decepción.
Nuestra historia está plagada de demagogos de antología, demagogos de exportación. Los ha habido de todas las raleas. Los unos, autoritarios. Los otros, populistas. Algunos de izquierda, otros de derecha. Todos peligrosos para la República. La demagogia efectista tiene un límite: carece de inteligencia y sentido de Estado. Un estadista evita la demagogia. Las mujeres y hombres que han construido países fuertes siempre han tenido un proyecto nacional reñido con el populismo. No nos engañemos. Hay una diferencia esencial entre lo popular y lo populista.
Por eso, si el demagogo encarna lo peor de un país (el machismo, la prepotencia sin el contrapeso de la auctoritas, el poder sin frenos morales), la demagogia, que deslumbra en un inicio, pronto muestra su entraña macabra y su ánimo vulgarizador. El estadista eleva o intenta elevar el nivel de la política hasta la seriedad. El demagogo aplana, cosifica, degrada y sonríe.
Querida Presidenta Nadine: ¿de verdad vas a unir tu destino a un pelele misógino? ¿Tan grandes son los flancos que vas a dejar a tus enemigos el 2016? Los hombres que no respetan a las mujeres, no respetan nada. Y no van a cambiar. El poder los empeora, profundiza sus vicios, maximiza sus taras. El ministro, tu ministro, tarde o temprano, te va a traicionar. Este es peor que la Trivelli: es ineficaz y tiene metralleta.

miércoles, 14 de enero de 2015

El Islam no llora

Por Salvador Sostres

Yo no creo que haya un Islam bueno que llore por los atentados de París, como refleja la próxima portada de Charlie Hebdo, ni creo que lloren los imanes en las mezquitas ni muchos de sus fieles discípulos que son llamados a la destrucción de Occidente y de nosotros mismos.
Sé que Jesús llora por cada asesinato y es como si por cada hombre caído le volvieran a clavar en la Cruz. Y estoy seguro de que Golda Meir fue sincera cuando dijo: "Podemos perdonar a los árabes por matar a nuestros hijos. Pero nunca les vamos a perdonar el hacernos matar a los suyos".
A partir de ahí, qué quieren que les diga. La turba izquierdosa se movilizó mucho más por el perro Excálibur que por los asesinados en Francia, y desde luego es mucho más comprensiva con el islamismo y con sus causas, de lo que fue con el exconsejero de la Comunidad de Madrid que decidió sacrificar al animal.
No creo que un Islam piadoso llore por los asesinados en Francia. Más bien creo que en muchas mezquitas y madrazas se enseña a odiar, y que así halló uno de los terroristas el comercio judío. Ya está bien de buscar excusas, de hacer ver que no vemos, de perdernos en matices exculpatorios, falsos, y que sólo buscan criminalizarnos.
 ¿Cuándo ha llorado el Islam por nosotros? ¿Cuántos de nosotros hemos sido acribillados en su nombre? ¿Qué luz ha florecido alrededor del Islam -ya ni digo islamismo-, qué sociedad libre y democrática?
 Aquí lloramos los de siempre, y lloramos porque Dios es amor y nos hizo a su semejanza. No buscábamos la confrontación con el mal, ni la deseábamos. Y seguro que tarde o temprano aprenderemos a perdonar, pero no lo olvidaremos jamás.
 Yo no creo que ningún tipo de Islam esté llorando, ni que se sienta Charlie, ni que sufra por nosotros. ¿Por qué tendría que pensarlo? Si alguien o incluso algunos, en su nombre, quieren convencernos de lo contrario, que salgan de sus aposentos y vengan a contárnoslo. Pero de momento terroristas es todo lo que nos han mandado.

Chichas de ahora

Por Aldo Mariategui - Peru21

-Muy interesante que el propio abogado boliviano de Martín Belaunde Lossio haya declarado allá que este es virtualmente propietario del oficialista Diario 1 (antes La Primera), que dirige Lévano.
-El mayor enemigo del empresariado local grande es el sociólogo zurdo Francisco Durand. ¡Cómo les odia cuando le describe!
-Dos medios de la “concentración oficialista” celebran la sentencia por los diarios ‘chicha’. Me pregunto cómo estos pueden circular con menos de 10 mil ejemplares diarios y sin publicidad (a veces les cae una estatal, sospechosamente generosa)… En el próximo gobierno va a ser muy interesante que el Congreso investigue eso…
-Veo que un amargado “escritor” de pacotilla no solo no sabe escribir, sino tampoco leer y razonar: es lógico que no me ocupe de parlamentarios musulmanes en el Congreso peruano, pues no existen allí, dummy. Y Charlie Hebdo no criticaba a los fundamentalistas musulmanes: se burlaba –escatológicamente– del Corán y de Mahoma, de una religión que ni siquiera tolera imágenes, dummy. Y fui enjuiciado varias veces por senderoides al criticar a SL. Y también amenazado por SL, dummy.
-Hace años tenía un profesor que paradójicamente gritaba “¡no digan lisuras, carajo!”. Rocío S. S. me llama “sociópata” e inmediatamente sostiene que la “injurio” (¿cuándo?). ¡Jua, jua, jua! ¡Me hizo la mañana!
-¡Qué curioso que el gobernante argentino sea una mujer y que ahora allá casi no haya mimosas ni tampax por escasez de importaciones!
PD: Mi solidaridad con las mujeres vejadas por un ministro mussoliniano y que pronto se va de embajador a Italia. Se portó como un real puerco con ellas.

martes, 13 de enero de 2015

Terrorismo en perspectiva

Juan José Garrido - Peru21
La semana pasada despertamos con el brutal ataque terrorista a la revista francesa Charlie Hebdo, en el que murieron 12 personas. Pero el fundamentalismo islámico cobró estos días otras víctimas, en el lado más pobre y menos conocido del mundo: Nigeria. Boko Haram, grupo terrorista que busca instalar un Estado islámico en la zona, asesinó a más de 2,000 personas en lo que, se cree, constituye la masacre más grande de su historia. Uno creería que frente a dicha barbarie no hay nada que se le parezca, hasta que revisa la data comparada internacional.
En efecto, investigando, llegué a la página web de Periscopic, una organización que almacena la data global sobre terrorismo desde 1970 (terror.periscopic.com). La base de datos, la más amplia y profunda en el tema, según constata su web, cubre 25 grupos terroristas alrededor del mundo, cuya acción es responsable del 48% del total de víctimas conocidas. Encontramos en el listado, entre otros, a ETAIRAFARC, Al-Qaeda, Estado Islámico, Hezbolá y –claro– Sendero Luminoso.
Desde 1970, estos 25 grupos son responsables de la muerte de 100,953 personas en 33,274 incidentes. ¿Cuál es el grupo más letal? Créanlo o no, es Sendero Luminoso, con 11,581 víctimas (lo cual, bajo distintos cálculos, es una estimación menor, pero esa es la data que arroja la organización); los talibanes, por ejemplo, registran 10,086 muertes; las FARC, 5,513, y el temible Boko Haram ya va, en su corta vida, por encima de las 6,000.
En perspectiva, lo realizado por Boko Haram, la semana pasada, está fuera de cualquier comparación, solo equiparable con la barbarie del atentado perpetrado por Al-Qaeda en el 2001 en suelo norteamericano. Y, sin embargo, la cobertura mediática ha sido mínima, por no decir inexistente.
De las 100,953 muertes desde 1970, al fundamentalismo islámico se le adjudica cerca del 35%; no obstante, las víctimas del terrorismo de grupos comunistas representaron más del 39%. Con ese terrorismo nos enfrentamos los peruanos.

Urresti: Artola con twitter

Por Aldo Mariategui - Peru21
- Este domingo se dio el rompimiento definitivo de la izquierda peruana con Humala, a juzgar por un durísimo comunicado de Ciudadanos por el Cambio, el grupo apadrinado por ‘Siomi’ Lerner: “traidor” era lo más suave que le decían a Humala. ¡Ya creo que ni con embajadas los reconquista! ¡Solo le han quedado Lévano (Diario 1) y Aida García Naranjo!
- Jamás voy a estar de acuerdo con la censura y nunca pienso entablarle un juicio por injurias o difamación a nadie (que varios los tenía muy fácilmente ganados), pero ya algo se tiene que hacer con los impunes insultos en redes sociales, que a menudo son generados por pobres diablos que se esconden tras seudónimos, como “El Comerrio”, “Brian WilsonVaderetro666”, “Poco Vicio”, “Tímpano”, “Aiapaec”, “Compa Moisés Mobeca”, “angel@lito404” y otros infelices que se ocultan en la cobardía del anonimato. ¡A ver si mañana colocan sus nombres en sus cuentas de Twitter!
- Y ayer ya vimos cómo el cada vez más infame ministro del Interior, Daniel Urresti –o su uniformado equipo en web–, retuiteó una bajeza machista que había mandado antes un tal Luis Alberto Cohello, un diseñador gráfico que, por lo menos, se identificó y al que seguramente algunos terminarán comparando con Charlie Hebdo cuando, más bien, le deberían poner a limpiar el zanjón como sanción penal (no creo en la prisión para delitos de honor). Uno lee algunas reacciones a favor de este Twitter y comprueba que el nivel cultural del país es digno de los neandertales, que el odio a García puede llevar a amparar cualquier barbaridad y que, finalmente, es muy posible que tengamos en el popular Urresti al tipo de ministros que nos merecemos: un Artola con Twitter.

lunes, 12 de enero de 2015

David

Por Salvador Sostres

Una vez más se intenta disimular la base judeofóbica de cualquier ataque islamista. Lo primero que hicieron los terroristas para reivindicarse y protegerse los unos a los otros fue atacar un comercio judío y matar a cuatro de sus clientes. No es casualidad ni anecdótico. Israel es un dique de contención contra la barbarie y cada vez que les discutimos su política de seguridad damos alas a la maldad organizada y al terrorismo internacional. Cada vez que Europa intenta vivir la ficción de que no tenemos enemigos, o de que el mal no existe, despertamos ensangrentados de tan ridícula ensoñación. Nuestra incomprensible y peligrosísima ingenuidad nos hace cada día más vulnerables, y aunque nos sintamos tan buenos pensando que la guerra del mundo árabe contra Israel -y contra todos nosotros- se resume presentando a los palestinos como víctimas indefensas, somos unos idiotas por creerlo. Merecemos una cierta compasión por ello, porque pagamos con nuestras vidas el precio de tan siniestra equivocación; pero tal vez sería hora de plantearnos no dar tantas facilidades a nuestros asesinos, que están en todas partes pero bajo un solo rezo.

Israel trata de defender su territorio físico y nuestro territorio moral, ese territorio que La Civilización comparte y en la que nosotros estamos, aunque parezca mentira a juzgar por la mezquindad de unos cuantos.

Lo primero que hicieron los asesinos en Francia, una vez completada su misión concreta, fue atacar un comercio judío, porque es lo que hace el islamismo, lo que siempre ha hecho y hará: tratar de destruir a ese David esencial que todos los hombres libres somos y da sentido a nuestra vida y a nuestra libertad.

No a la islamofobia

Por Aldo Mariategui - Peru21

Gracias al Instituto de Libertad y Democracia (ILD), años atrás tuve la suerte de vivir seis meses en Egipto, donde conocí a gente absolutamente buena, tan normal como cualquier otra del planeta. Cómo no recordar con cariño al gracioso traductor Yasser, a las esforzadas secretarias Mervan y Alia, a la asistente hispano-egipcia, al diligente chofer Karem, al siempre amable procurador Jaled y a todas esas personas que nos abrían tan gentilmente sus casas y negocios para nuestras investigaciones, siempre abrumándonos con tanta hospitalidad de té, café, pastelitos y golosinas. Y la gente en la calle siempre cortés, donde uno caminaba sin ningún temor al crimen y entre sonrisas.
También visité Túnez por un buen tiempo, el más avanzado socialmente de los países árabes, muy afrancesado y con una vasta clase media, con gente asimismo encantadora.
Sí, el islam es una religión totalizadora y expansiva. Sí, falta mucho para que la mujer se libere. Sí, hay costumbres que no entendemos o nos parecen arcaicas. Pero lo más estúpido que podríamos hacer es igualar a todos los buenos musulmanes con una sarta de locos terroristas (que allá también son muy repudiados).
Los musulmanes solo quieren progresar, ver crecer a sus hijos y vivir tranquilos, como cualquiera de nosotros. Y a ser más respetuosos: lo que a nosotros nos parece una simple libertad de expresión con respecto a su religión, para ellos es un gratuito insulto inmundo (y que yo juzgo irresponsable).
Ayer me preocuparon Rospigliosi y otros: no caigamos en la islamofobia. Ese policía francés que el terrorista ultimó en el suelo era musulmán y ya su pobre madre pidió un “NO” al odio entre creencias. A oírla.

domingo, 11 de enero de 2015

Es la guerra santa, idiotas

Por J. Eduardo Ponce Vivanco


Es la furibunda advertencia del intelectual español Arturo Pérez Reverte a raíz de los ataques terroristas en París. Si estamos frente a una guerra - sigue - debemos afrontarla como tal: “…que diablos vamos a negociar. Y con quién”, se pregunta. Recordando actitudes terminales de la civilización romana, afirma que “es contradictorio, peligroso, y hasta imposible, disfrutar de las ventajas de ser romano y al mismo tiempo aplaudir a los bárbaros”. Porque bárbaros son los terroristas que en nombre de cualquier fanatismo asesinan y esclavizan a hombres y mujeres, como en Medio Oriente o en Nigeria. “Es una guerra…Y la estamos perdiendo por nuestra estupidez. Sonriendo al enemigo”. “Europa, donde nació la libertad, es vieja, demagoga y cobarde; mientras que el Islam radical es joven, valiente, y tiene hambre, desesperación, y los cojones (…) muy puestos en su sitio”, protesta con hiriente lucidez.

Sufrimos las guerras contra la Libertad que, con mil pretextos, la Civilización Occidental evade. Que los islamistas se autoexcluyen porque son marginados, que una cultura superior no puede emplear las mismas armas, que los países víctimas no participan paritariamente en las acciones, que la agresión anticristiana debe enfrentarse con el diálogo, que la violencia solo engendra violencia, que la guerra de civilizaciones debe oponerse una alianza con las civilizaciones agresoras, en fin... Es obvio que no se escucha a los estrategas enemigos cuando dicen “utilizaré tu democracia para aniquilar la democracia” o “no conviene formar estados porque el terrorismo es una táctica más eficaz contra los estados”, según recomendaba Bin Laden.

El discurso sobre democracia solo hace sentido cuando tiene claro que el valor supremo que se defiende es la Libertad. Que la democracia es importante por ser el sistema político en que la Libertad del Ciudadano es respetada y garantizada por el Estado a través de un orden jurídico que la autoridad hace cumplir. Cuando la libertad y los derechos fundamentales de todos son atacados por fanáticos terroristas que se proclaman islámicos, los gobiernos de Occidente tienen la obligación imperiosa de defendernos con eficacia. Edward Snowden demostró que la privacidad es un mito cuando se trata de seguridad. Pero la realidad evidencia que la información acumulada por sofisticadas tecnologías no se utilizan debidamente. Sacrificar la intimidad de los ciudadanos para no defenderlos de morir en manos terroristas es una broma insoportablemente pesada e indignante.

Si el terrorismo es la III Guerra Mundial, como se afirma, los gobernantes occidentales deben pasar de la condena retórica al planeamiento concertado de una estrategia inteligente y adecuada a las características de un enemigo no convencional que busca las ventajas de la guerra asimétrica y la propagación selectiva del terror asesino.

Occidente tiene la obligación perentoria de vencer al oscurantismo de los fanáticos que atacan nuestra libertad y matan inocentes. Los musulmanes ya lo condenaron y se distanciaron de la perversión terrorista. No ha servido de mucho. El desafío pendiente es para las fuerzas de Occidente.

Entre fugas y delirios, nueva condena al recluso Fujimori

Por Luis Rey de Castro - Correo


Un envejecido y ansioso Fujimori se presentó ante la justicia para reclamar contra la última sentencia: ocho años adicionales a su colección, en el proceso por “la compra de titulares” en la prensa. Le sumaron, en vez de restarle como era su esperanza; seguramente reclamará ante algún otro tribunal de calidad internacional.

Como los lectores están ya hartos de acusaciones y condenas, me parece de pleno interés ofrecerles una diferente colección de sentencias que valdrá la pena recordar, aún cuando algunas no tengan autor conocido:

* “La igualdad en la riqueza debe consistir en que ningún ciudadano sea tan opulento que pueda comprar a otro, y en que ninguno sea tan pobre que se vea necesitado de venderse”. (Jean-Jacques Rousseau).

* “Los pañales y los políticos han de cambiarse a menudo y por los mismos motivos…” (Sir George Bernard Shaw).

* “Un derecho no es lo que alguien te debe dar. Un derecho es lo que nadie te debe quitar”. (Anónimo).

* “No es saludable estar bien adaptado en una sociedad profundamente enferma”. (Jiddu Krishnamurti).

* “¿Cómo quieres que el Estado solucione tus problemas, si el Estado es el problema?”. (Anónimo).

* “¡Triste época la nuestra! Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio”. (Albert Einstein).

Ellos se juntan

Por Ricardo Vasquez Kunze - Peru21


Mientras Francia sigue convulsionada por el desencadenamiento de una vorágine de violencia terrorista sin precedente —luego del ataque al semanario satírico Charlie Hebdo—, ya han comenzado a alzarse algunas voces que, aunque “condenan” la violencia, justifican sibilinamente el crimen con el argumento de que resulta inadmisible burlarse de la fe de los demás sin sufrir las consecuencias. Así, se señala que la tolerancia a las creencias ajenas debería pasar por una prohibición autoimpuesta de expresarse sobre cualquier manifestación religiosa que pueda “herir la susceptibilidad” de una comunidad determinada. A eso le llamarían “respeto” para vivir en paz.

La premisa de tal argumento parte de que el concepto de libertad no puede ser reducido a una patente de corso para ofender las creencias (en este caso religiosas) de otros en aras de una absoluta “tolerancia” para el agravio. Así, se afirma implícitamente la idea de que la religiosidad y sus diversas manifestaciones no ofenden a nadie, quizá en el presupuesto de que nada que venga de Dios ofende. Esto, por supuesto, es una visión egocéntrica y fanática del mundo.

Conozco a muchos, a contrario sensu, a los que podría parecerle agraviante para la “razón humana” el hecho de pasear en andas una imagen morada (en el siglo XVIII había varios de esos). O persignarse. O arrodillarse frente a un crucifijo. ¿Y por qué alguien no podría tomar por ofensivo un culto divino presidido por una mujer que imparte sacramentos cristianos? Entonces, ¿cuál es la medida del agravio? Seamos bien claros. Es gracias a una sociedad democrática que no se adscribe a ningún credo que fulano se puede persignar, mengano arrodillarse tres veces al día hacia la Meca, zutano cruzarse de brazos en el sabbath y perencejo despotricar contra todos los anteriores. Y para las ofensas existe, por supuesto, la justicia. No la divina, sino la de la Constitución y las leyes del Estado republicano.

Pero son esas leyes las que repugnan precisamente a aquellos que ponen sus creencias religiosas como centro del “respeto universal” y que, aun sin tratarse de musulmanes, consideran que los que se burlan de Dios están bien muertos. Y eso es a lo que llamamos fanatismo, poco importa que sea musulmán, judío, católico o evangélico.

Por ejemplo, ¿en qué ofende la minoría cristiana copta la sensibilidad del islam en Egipto para que sus miembros sean perseguidos o asesinados? ¿Cuál es la provocación de los sunitas contra los chiitas —grupos musulmanes ambos— en Iraq o en Siria para morir decapitados? La respuesta es muy simple. La ofensa, la provocación es EXISTIR. Porque así es el fanatismo. No pide respeto: exige sumisión absoluta o la aniquilación total.

En ese sentido, poco importa cuánto “respeto” presentemos al fanatismo para vivir en “paz”. Nunca será suficiente si ese respeto no significa, a la larga, abjurar de todas nuestras creencias para someternos a las suyas, exclusivas y excluyentes.

El fanatismo es, pues, el enemigo jurado de esa cultura de la libertad bajo cuya protección florecen mil credos. Y precisamente para los fanáticos, de lo que se trata es que no existan mil, sino uno solo. Por eso no deben pasar, sea que adoren la media luna, la cruz, una estrella, una vagina o un pene.

¿Somos Charlie? Atentado provoca debate sobre libertades

EL COMERCIO - Sábado 10 de enero del 2015 | 16:17

Para algunos, el semanario Charlie Hebdo había publicado caricaturas groseras y de mal gusto que se burlaban de todos

Londres. Y bueno, ¿ahora todos somos Charlie?

"Yo soy Charlie" fue el lema que recorrió el planeta a raíz del mortífero atentado contra la publicación satírica francesa Charlie Hebdo. El original en francés, "Je suis Charlie", se ha desplegado en carteles, en grafiti y fue compartido millones de veces en los medios sociales.

Sin embargo, pronto hubo una respuesta: "Je ne suis pas Charlie" —Yo no soy Charlie— cuando la tragedia provocó un debate sobre la libre expresión y sus límites y si siempre debe ejercerse el derecho a ofender a alguien.

Para muchos libertarios civiles, el tema es claro. Charlie Hebdo había publicado caricaturas groseras y de mal gusto que se burlaban de todos: el Papa, los políticos y el profeta Mahoma. La revista considerada su misión impugnar tabúes y vacas sagradas. La mejor forma de rendir homenaje a los 12 masacrados y defender la libertad de expresión era imprimir de nuevo las caricaturas.

El grupo Índice de Censura publicó en internet una selección de caricaturas de Charlie Hebdo y exhortó a otras publicaciones y portales de internet a seguir su ejemplo, "para mostrar que no se debe permitir que el temor sofoque la libertad de expresión". El historiador Timothy Garton Ash dijo que si los periódicos no publicaban las caricaturas "los asesinaos habrán ganado".

Algunos portales de internet y periódicos imprimieron las caricaturas de Mahoma, pero muchos, especialmente en Estados Unidos y Gran Bretaña, no lo hicieron, alegando que ello infringía normas editoriales contra ofender a sabiendas.

The Associated Press ha decidido no publicar las imágenes, explicando, en parte, que "la AP hace un esfuerzo por no ofrecer imágenes y acciones dirigidas a burlarse o provocar a personas sobre la base de razones religiosas, raciales o de orientación sexual... Aunque publicamos muchas fotos que son política o socialmente provocadoras, son áreas muy cercanas a expresiones y acciones de intolerancia en que creemos que lo correcto es tener cautela".

Alan Rusbridger, director del diario británico Guardian, dijo: "Defendemos completamente la ética y los valores de Charlie Hebdo y el derecho a ofender en la forma que ellos lo hicieron".

Sin embargo, agregó: "hay muchas caricaturas ofensivas que el Guardian nunca publicaría en situaciones normales" y sería erróneo cambiar en respuesta al terrorismo.

Otros señalan que en todas las sociedades la libertad de expresión tiene límites.
En Francia, varias personas han sido arrestadas esta semana por glorificar los asesinatos en los medios sociales. Incluso defensores a ultranza de la libertad de expresión quizás se alarmen de saber que #Jesuiskouachi —que se identifica con los hermanos que realizaron el ataque a Charlie Hebdo— es ya un hashtag en Twitter.

"Yo no soy Charlie", afirma un líder político francés

EL COMERCIO - Sábado 10 de enero del 2015 | 15:26

Jean-Marie Le Pen indicó que no peleará por defender el espíritu del semanario satírico, "que es anarco-troskista"

París. El fundador y presidente de honor del ultraderechista Frente Nacional (FN), Jean-Marie Le Pen, se desmarcó hoy del mensaje de homenaje a las víctimas del atentado contra el semanario francés Charlie Hebdo y aseguró: "Yo no soy Charlie".


Le Pen hizo esta afirmación en una intervención grabada en video y colgada en su página web, pese a "lamentar" la muerte de doce personas en el ataque este miércoles en París contra "Charlie Hebdo".
"No voy a pelear por defender el espíritu de 'Charlie', que es anarco-troskista", indicó el padre de la actual presidenta del FN, Marine Le Pen, quien criticó que su formación no haya sido invitada a la gran manifestación en contra del terrorismo organizada para mañana en París.

El fundador de ese partido de extrema derecha vinculó a la inmigración los recientes atentados de Francia, en los que murieron un total de 17 personas, además de los tres yihadistas responsables de los ataques.
Estos atentados, en su opinión, son representativos de "la evolución de la inseguridad en el país", lo que, a su juicio, pone en el punto de mira la gestión gubernamental durante los últimos 20 o 30 años "porque es evidente que ese fenómeno terrorista está ligado en primer lugar a la inmigración masiva".



Nuestros Charlies criollos, por Aldo Mariátegui


EL COMERCIO - Domingo 11 de enero del 2015 | 06:00

Esa matanza es execrable, pero tampoco voy a festejar las portadas de esta revista ideologizada

Lamento profundamente lo ocurrido en París y rindo homenaje a los colegas que fueron bárbaramente asesinados por el terrorismo integrista. Pero a mí no me gusta seguir la corriente; me gusta ser abogado del diablo o, por lo menos, explorar otras perspectivas más difíciles, porque lo fácil ahora es ser 100% políticamente correcto en cuanto a la masacre de los caricaturistas franceses, y ese camino me aburre.
¿Qué dirían ustedes de una revista muy ideologizada (esta es de extrema izquierda) que continua y sistemáticamente se esté burlando de los negros en sus portadas, con caricaturas sumamente crudas? ¿Que pongan a Mandela desnudo y con una estrella entrando por su ano, como con Mahoma? ¿A Luther King sodomizando a Pelé, como Jesús a Dios, según “Charlie Hebdo”? O también imaginen ese mismo escenario con los gays: ¿Que saquen caricaturas con pedazos de excremento representando a ese colectivo, como también hacía “Charlie Hebdo” con la derecha gala? ¿Hasta dónde algo es libertad de expresión y hasta dónde ya es un insulto? Les dejo esa duda.

Esa matanza es execrable, pero tampoco ahora, como algunos, voy a festejar esas portadas, que simplemente hay que aceptar con una sonrisa porque la libertad de expresión es un valor máximo, aun cuando se bordeen el insulto, la intolerancia y la provocación.

A mí aquí me crucificó la izquierda por cuestionar años atrás en una portada el hecho de que una congresista no tuviera el manejo elemental del español, que el diario “Correo” opinaba –como era su derecho y como se decidió en un consejo de redacción– era un requisito mínimo para desempeñar un cargo. ¿Se defendió nuestra libertad de expresión? ¡Noooo! Se nos acusó de “racistas” (por más que se dejaba claro que aquí no importaba si era rubia o indígena, sino sus capacidades en castellano), y hasta el Congreso –jalado de las narices por el entonces radical humalismo– demagógicamente votó una moción de condena, salvo las intervenciones valientes de Martha Hildebrandt, que los dejó calladitos a todos, y del ahora tan satanizado Aurelio Pastor, a quien su “pluralista” partido obligó a callar. ¿Acaso no teníamos la absoluta libertad de opinar –y de graficar con una dura foto– que considerábamos que para ser congresista se necesita por lo menos dominar el idioma mayoritario del país, que cuando menos se debería exigir secundaria completa, o mejor aun, estudios universitarios (que, es cierto, no garantiza nada, pero por los menos alguna valla pone)?
Es repelente ahora ver a todos esos hipócritas de entonces rasgarse las vestiduras por la indudable libertad de expresión de estos franceses para vejar sistemáticamente a una religión y de provocar así a un colectivo de creyentes con unos valores muy distintos a los occidentales (pero no por eso no respetables). Les apuesto que un grupo de extremistas indigenistas entraba a “Correo” y nos masacraba por esa portada y más de uno de estos hipócritas rojos, caviares, fujicaviares y sus tontos útiles hubieran relativizado el ataque, incluso aduciendo que “nos lo merecíamos” (con aplausos y sonrisas, ya entre sus amigos).

 

viernes, 9 de enero de 2015

No es lo mismo

El salvaje asesinato de 12 personas en la publicación satírica Charlie Hebdo ha provocado una ola de repudio mundial, solidaridad con Francia, alertas de seguridad y pronuncia­mientos de altas autoridades musul­manas señalando que estos hechos van contra la esencia misma del Islam y deben ser reprobados.

Las reacciones en Lima han sido de rechazo pero al mismo tiempo, de cuestionamiento al “libertinaje”. Resumo lo que recibo: “¿para qué los provocaron?”, “si ya estaban advertidos, ¿por qué siguieron publicando?”. Estos comentarios, sumados al de Kenji Fujimori a raíz de la condena a su padre por el des­vío de fondos públicos para crear una prensa “chicha” de ataque a sus adversarios muestra una confusión enorme –no extraña en el congre­sista– sobre lo que es la libertad de expresión.

Ninguna libertad es absoluta. El límite de la libertad de expresión es el derecho a la intimidad, o el dere­cho al honor y la buena reputación. Cualquiera que se sienta agraviado puede ir al Poder Judicial y lograr una sentencia favorable o desfa­vorable. La solución jurídica no es agarrar a tiros al director de una publicación porque no gusta el con­tenido, cosa que, en nuestra historia republicana sí ha sucedido. Más de una vez. ¿Y cuál es la defensa de la prensa libre? Seguir publicando. No hay otro camino.

La revista Charlie Hebdo fue lleva­da a los tribunales franceses por ca­ricaturas vinculadas con Mahoma. Y las cortes los absolvieron por no encontrar una burla a una religión en particular, sino a las actividades de grupos integristas que no la representan.

Nada tiene que ver crear, desde el Estado y con dinero del Estado, una “prensa” (no creo que a esa activi­dad pueda llamársele periodismo, sino más bien contrapropaganda) para denigrar a los enemigos del autócrata que quiere reelegirse. ¡Kenji Fujimori cree que una revista independiente editorialmente que se ha jugado la vida por defender su publicación es lo mismo que un robo estatal!

¿Por qué podría creer eso y hablar de “doble moral”? Porque en los dos casos, cree, el contenido es ofen­sivo. El problema no es el conteni­do –puede gustar o disgustar– el asunto es la defensa de la libertad de expresión, cosa que, en el caso de la “prensa chicha” jamás existió.

Si ese es el nivel moral de la se­gunda generación política Fujimori, ya estamos avisados.

“¡No, Charlie Hebdo no es racista!”

Por Santiago Pedraglio - Peru21
09-01-2015

A fines del 2013, la redacción de Charlie Hebdo publicó en el diario Le Monde un artículo que define su identidad. Luego del asesinato cometido por un comando terrorista, hoy lo mejor es escucharlos directamente, sobre todo cuando el islamismo radical y, por efecto de rebote, la extrema derecha quieren aprovechar la tragedia para socavar la libertad y la pluralidad, bases de la democracia:
“¿A dónde ha ido a parar la conciencia moral, si las villanías se tornan habituales? Casi nos da vergüenza recordar que el antirracismo y la pasión por la igualdad entre todos los seres humanos son y seguirán siendo el acto fundacional de Charlie Hebdo. […] Creada después de la prohibición de Hara Kiri Hebdo por parte del ridículo poder gaullista de 1970, Charlie Hebdo es hijo del Mayo del 68, de la libertad, de la insolencia […].
”El Charlie Hebdo de los años 70 ayudó a formar el espíritu crítico de toda una generación, burlándose, ciertamente, de los poderes y de los poderosos. Riéndose, a veces a mandíbula batiente, de las desgracias del mundo, pero siempre, siempre, siempre defendiendo a la persona y los valores humanos asociados a ella. […] Ninguno de nosotros se atrevería a defender a la derecha, a la que combatimos a fondo. Y consideramos los fascismos, el fascismo, como un enemigo definitivo, que jamás se privó, por otro lado, de llevarnos ante los tribunales.
”Nos negamos a escondernos detrás de nuestro dedo índice y, lógicamente, seguiremos adelante. […] Seguiremos riéndonos de los curas, de los rabinos y de los imanes, por mucho que guste o disguste. ¿Que somos minoritarios? Quizás, pero, en cualquier caso, orgullosos de nuestras tradiciones” (Versión en español en El Mundo, 7.1.2015).
“El lápiz estará siempre por encima de la barbarie”, afirman al anunciar su próxima edición (la de “los sobrevivientes”) para el cercano miércoles 14 de enero. La fuerza del humor los acompaña y los sostiene.

Humor negro

Por Carlos Melendez - Peru21
09-01-2015
El asesinato de los integrantes del semanario francés Charlie Hebdo, ejecutado por fundamentalistas islámicos, ha dejado en shock a Francia (en palabras del presidente Hollande) y a gran parte del mundo. La mofa sistemática del magazine en contra de las religiones (especialmente del islam extremo) provocó este condenable atentado terrorista. Sin embargo, ¿cuál es el debate detrás de esta tragedia?
Un caricaturista es un columnista elaborado. El humor es su vehículo preferido para transmitir sus argumentos, su crítica, su molestia, sus anhelos. Es mucho más que un dibujante; lidera la opinión mediante la parodia, la cual algunos pueden considerar un discurso ofensivo. Pero precisamente, como diría Ronald Dworkin, tiene todo el derecho de ridiculizar.
La sátira puede llegar a agraviar, sobre todo cuando se hace a partir de creencias religiosas, orígenes raciales, adscripciones clasistas. Los principales conflictos en la historia se han gatillado, precisamente, en nombre de estas identidades: religión, raza, clase. De hecho, los totalitarismos suelen basarse en tales estructuras para justificar sus opresiones. Dado que son enemigos de la pluralidad, dividen a la sociedad y toman partido por un lado: matan por una religión, consideran una raza superior a otra y ‘revolucionan’ la sociedad para imponer la dictadura de una clase. Desestiman la tolerancia, desaparecen al ‘otro’.
Por eso las tiranías violentas de la religión, la raza y la clase se hallan en las antípodas de los principios de la democracia: el respeto a la vida y a las libertades; principios que resguardan contra el sacrificio humano, aunque el humor dañe. Por los hechos de ayer en París, no solo el humor político se viste de negro, también la democracia.

De todo un poco

Por Aldo Mariategui - Peru21
09-01-2014

– Me preguntan por qué considero “suicidas” a esos recientes héroes franceses del periodismo. Bueno, si te dedicas –todo el rato– a caricaturizar al profeta y al credo de una religión tan agresiva, medieval y poco tolerante como la musulmana, es obvio que te van a dar el vuelto, tarde o temprano. Métete a jalarle a cada rato los testes a un tigre y te irá mal. Eso no quita mi homenaje por valientes y por defender la libertad de expresión.
– Brutos estos terroristas islámicos en Francia: lo que están por conseguir es que el islamófobo Frente Nacional termine ganando las próximas elecciones.
– (La ex alcaldesa Susana) Villarán insufrible hasta el final: antes de largarse le dejó un tremendo lío laboral al sucesor (Luis Castañeda Lossio) y una Costa Verde todavía inconclusa para el verano al resto. ¡Y también nos legó a Pilar Freitas como actual regidora por la izquierda, jua, jua, jua! Ese 10.5% que votó el año pasado por ella sí que debe tener algún daño cerebral…
– Las columnas de ayer de los dinosaurios rojos César Lévano y Sinesio López relativizando las acciones de Martín Belaunde Lossio para defenderle pasaron a la galería de la infamia… Si no eres rojo, durísimos contigo. Si sí, eres para ellos un muchacho algo descarriado nomás.
– Me aclaran desde el Gobierno que jamás se va a permitir que se use la especie del bonito para procesar harina de pescado. Me alegro.
– La UNI figura en el “honroso” puesto 161 del ránking QS para las ya rezagadas universidades latinoamericanas y ni aparece siquiera en las mil primeras a nivel mundial… Veo en la web que a un estúpido “escritor” y a –sus también estúpidos– corifeos les cuesta entender esto… ¡Con razón enseña en una universidad gringa de quinta!

jueves, 8 de enero de 2015

Con las armas de la libertad se puede ganar la guerra

La libertad no es natural. Es una la­boriosa y prolongada conquista de la civilización, arrebatada a los impul­sos autoritarios que la naturaleza del hombre contiene y que buscan imponerse al menor descuido posible.

Occidente ha sido, con altibajos y paréntesis a lo largo de su historia, el teatro de operaciones en el cual se ha podido plasmar en mayor me­dida que en otras partes del mundo esta visión liberal de la vida individual y de la sociedad.

Y ha sido justamente en Francia –la nación que hoy sufre el ataque simultáneo del fanatis­mo religioso y de las cavernas ultranacionalis­tas– donde se empezó a pensar en la necesaria separación de la Iglesia y el Estado y luego entre el Estado y el individuo, el pensamiento de la Ilustración que luego irradió al mundo haciendo de la libertad un emblema cultural de toda una civilización.

Esta conquista ha sufrido di­versos embates, unos terribles y espantosos, como sucedió en la época de los fascismos y el comunismo. Y logró derrotar­los subrayando su esencia libertaria, antes que cediendo a quienes clamaban por asemejarse al enemi­go para poder combatirle mejor.

“Una democracia no se define por su reli­gión sino por la libre expresión de las ideas”, dijo Gérard Biard, el redactor jefe de Charlie Hebdo, la publicación que ha sufrido el ataque, en una entrevista dada al diario español El País en setiembre del 2012, a poco de las primeras amenazas fundamentalistas, recordándonos que Occidente enfrenta un golpe a sus cimien­tos (“han asesinado a Voltaire”, ha dicho luego del atentado el sociólogo francés, tan vinculado a nuestro país, Alan Touraine).

En un mundo donde un individuo puede asesinar a otro por diferencias en sus ideas políticas, en su fe religiosa o hasta por la soberana estupidez de una camiseta de fútbol –como sucede en el Perú todos los días–, hay que enarbolar con mayor fuerza el credo de la libertad, el único modo de evitar que la oscuri­dad se pose triunfal.

Francia debe distinguir, para empezar, a la mayoría inmensa de musulmanes de su terri­torio y del mundo que profesan la paz, de los grupos terroristas que merecen toda la severi­dad penal y militar que corresponda. El inmen­so desafío de Occidente es declararle la guerra a los terrorismos sin arriar las banderas de la libertad, la democracia, la tolerancia, la justicia legal y la racionalidad laica.

El horror no vencerá

No se puede pasar hoy por alto el horror y la pena. Charlie Hebdo es el nombre de una revista de caricaturas satíricas que se edita en Francia. Doce de sus periodis­tas fueron masacrados hoy por tres delincuentes terroristas que invocaban a Alá después de matar al director de la publicación y a cuatro de los mejores caricaturis­tas del semanario.

Según la prensa francesa, de los tres autores, dos son de nacio­nalidad francesa y pertenecen a grupos integristas musulmanes que operan en Europa y reclu­tan jóvenes migrantes atrapados entre dos mundos. ¿Cuál fue la razón del ataque? Las caricatu­ras satíricas contra Mahoma que publicó la revista en una Francia libre, que tiene con la libertad de prensa un respeto institucional incuestionable.

La revista había recibido varios ataques graves y amenazas, pero siguieron haciendo lo que debían hacer y lo único que puede hacer un periodista. Mirar el mundo con libertad, encontrar un ángulo para contar una historia en una o más viñetas y lograr al menos una sonrisa del lector, o una reflexión, o hasta cólera. Cualquier emoción vale y es un triunfo del buen cari­caturista lograrla.

Soy católica y puedo tolerar sátiras a mi religión como puedo reprobar alguna por ser ofensiva. Pero eso no me da derecho a qui­tar la vida a quien hace una viñeta que no me gusta. En el Islam suce­de lo mismo. Los musulmanes no admiten el crimen. Estos actos no representan el mandato de amor y fraternidad del Islam y así lo han denunciado los líderes de la comu­nidad musulmana en Francia.

Quienes, en nombre de Dios o de Alá, le quitan la vida a un perio­dista solo representan la cara del odio a la libertad de prensa. Un odio que no puede ser pasado por alto porque existe. Las autorida­des policiales francesas atraparán a los delincuentes y estos serán sometidos a juicios y condenados por sus crímenes horrendos. Pero el problema es que estas células terroristas no se agotan en este acto de horror. Hay muchas más, sembradas en toda Europa para crear ese estado de zozobra y pánico que crea el terrorismo. El costo policial de identificarlas y prevenir los ataques es enorme.

Mientras tanto los medios no pueden callar. Ese es el homena­je a los caídos por la libertad. El horror no vencerá jamás.

Atentado contra todos



Por Iván Slocovich
Imposible dejar de escribir hoy sobre la matanza ocurrida ayer en París, en que tres terroristas islámicos vestidos de negro y provistos de fusiles, cometieron un brutal atentado contra la vida y la libertad que tenemos todos los seres humanos de expresarnos, al ingresar a las oficinas del semanario Charlie Hebdo y matar a 12 personas, entre periodistas, dibujantes y efectivos de seguridad en venganza por ilustraciones que supuestamente ofenden al profeta Mahoma.
Lo visto ayer a través de la prensa ha sido la forma más brutal de atentar contra un ser humano por su forma de pensar y expresarse. Hay formas más sutiles, claro. Ahí está la censura, la deportación, el sabotaje material o electrónico, la requisa de ejemplares y otras también condenables. Pero la perpetrada por los asesinos de París ha sido la más salvaje, al meterle balazos a un grupo de personas como castigo por lo que manifestaron usando papel y tinta.
En pleno siglo XXI, no se puede permitir ningún tipo de atentado contra las libertades, y menos de este calibre, provenga de gobiernos o de fundamentalistas religiosos. Y acá no se trata de sacar cara, como periodista, por el derecho a expresarse sin cortapisas a través de un medio. Lo señalo porque en estos tiempos el mejor indicador de democracia y libertad ya no son las elecciones cada cuatro o cinco años, sino la facilidad o dificultad con que los ciudadanos pueden manifestar lo que piensan.
Pero aparte del atentado contra el semanario Charlie Hebdo, la situación vivida ayer en París resulta casi inédita y muestra un grave problema de seguridad en Francia, pues a diferencia de otros atentados cometidos contra blancos occidentales, en que se recurría a explosivos colocados con anterioridad, esta vez hemos tenido a unos sujetos provistos de fusiles AKM que han actuado con total libertad en las calles, con los rostros cubiertos y conduciendo un vehículo.
El mundo libre está de luto y debería estar muy preocupado, pues lo sucedido en la capital francesa ha sido un brutal ataque contra Charlie Hebdo y también contra la libertad de expresarse no solo de los periodistas, sino de todos los ciudadanos del mundo, que incluso a través de una cuenta en Facebook, Twitter u otras redes sociales, podrían difundir contenidos que a cualquier fundamentalista de por ahí podrían no gustarle.


Por Renato Sandoval
Defino así a la religión, como la más grande pasión del ser humano, pero también la más grande causa de derramamiento de sangre en el mundo. Lo ocurrido ayer en Francia contra la revista satírica Charlie Hebdo, en donde 12 personas murieron acribilladas por tres extremistas musulmanes, es la última muestra del arma letal en que se convierte un apasionamiento radical. Esta vez, las balas estaban dirigidas a periodistas y dibujantes críticos con el extremismo islámico.
La libertad de pensamiento, de prensa, no difiere de otras libertades. El ataque perpetrado contra el semanario francés podría haber ocurrido en otras latitudes, donde cualquiera de los periodistas profese esa libertad de criticar una idea. Sin embargo, la agresión del fundamentalismo islámico, que se ve afectado por las sátiras hacia su profeta Mahoma y sus creencias, va más allá de un disparo a la libertad de expresión.
El hecho de que con balas los extremistas quieran silenciar las ideas, se centra en la religión. Ahí está la creencia de que cualquier pensamiento distinto debe ser exterminado de cualquier forma posible, mostrándose como la manera más cobarde, apretar el gatillo. Para esta parte del continente, nos puede resultar extraña la forma de arreglar las cuentas de parte de seguidores de religiones extremas, como el Islam, pero el mundo lleva años siendo escenario de esa práctica.
La condena mundial a esta masacre -perpetrada por musulmanes, según la prensa europea- no debe germinar solo de parte de los periodistas sino, también, de quienes creen en toda libertad de pensamiento, en sus múltiples expresiones, sean idealistas o materialistas. Porque en la Francia no solo se ha atacado a un medio de comunicación, se ha colisionado con todo el contexto de lo que significa la libertad de pensamiento.
Conmueve mucho la forma como extremistas intentan acabar con las ideas desiguales, cuando lo que originan es que quienes pensamos distinto fortalecemos nuestra convicción de que la libertad nunca muere, menos en nombre de un dios inexistente. “Ninguna muerte, en el nombre de ningún dios, debe ser tolerada” (Charlie Hebdo).

El quinto, no matar


Por Martín Santivañez
Repugna especialmente al ser humano que abraza la trascendencia tener que contemplar cómo se banaliza lo más importante de la vida (la relación entre la criatura y el Creador) y, en su lugar, se desata la violencia más irracional, totalmente opuesta a lo que representa la auténtica religión: el logos, la solidaridad efectiva, la paz entre los hombres de buena voluntad.
Por eso, lo sucedido en París acontece cuando la Verdad religiosa, la forma más alta de conocimiento, es reemplazada por un fanatismo expansivo que rebaja cualquier atisbo de trascendencia hasta convertirla en un pretexto para la destrucción de un Occidente debilitado por el relativismo. No nos engañemos: existe una gran diferencia entre la religión construida por un puñado de mártires que nunca hicieron daño a nadie y el sucedáneo de los falsos profetas que solo aspiran a martirizar lo que queda de la Cristiandad.
No faltarán, por supuesto, los pregoneros del pensamiento progresista, los tontos útiles de siempre, dispuestos a ensayar en su fofa monserga alguna explicación sociológica al terrorismo islámico. O a minimizarlo. Tampoco escasearán los cobardes “activistas” de la posmodernidad que callarán en todos los idiomas, absteniéndose de condenar lo indefendible, aprovechando este episodio violento para dirigir su odio enfermizo al objetivo de siempre: la Iglesia de la que son apóstatas. La matanza de París y la persecución de los cristianos en Oriente comparten la misma raíz, el odio al cristianismo, la persecución a la religión que construyó la libertad de Occidente, una libertad que hoy, pobres ilusos, hemos hipotecado al rojo hedonismo y a la más absurda levedad.

Agua y bonito

Por Aldo Mariategui - Peru21
08-01-2015 
- Como bien señalaba Abraham Levy el otro día, aquí se prefiere dilapidar miles de millones de dólares en estupideces superfluas como la “modernización” de la refinería de Talara –algún día Ollanta, Mayorga y Campodónico responderán al país por ese oneroso desaguisado; uno por velasquistoide ignorante, el otro por tecnócrata sabido y el otro por rojo irresponsable– en lugar de construir represas para evitar que el agua dulce de nuestros escasos ríos costeños se pierda en el mar. Indigna observar cómo las importantes crecidas actuales del Rímac, Chillón, Lurín o Mala se desperdician así en lugar de almacenarse para agua potable o irrigar. Por eso, el ex premier israelí Shimon Peres sostuvo que lo que más le llamó la atención del Perú era cómo se malgastaba el agua. ¡Y perdemos riquezas por mineralizadas lagunas estériles como las de Conga!
- Leo que van a autorizar la utilización de la especie del bonito –un pez de carne rojiza y precios bajos– para harina de pescado. ¡Qué crimen sería eso! Entiendo la desesperación de las pesqueras harineras, que han tenido un año espantoso por falta de anchoveta y que están con serios problemas de caja, pero ‘quemar’ así una especie más comestible y menos abundante que la anchoveta es una locura. ¿Vamos a volver a los años en que se procesaba también pejerrey, caballa y jurel para harina de pescado?
P.D.: Mi homenaje a los colegas franceses asesinados ayer por el fanatismo religioso medieval. Valientes, aunque tontamente suicidas al incordiar así a los musulmanes. Como le escribió el antimorisco Quevedo a Góngora: “Yo te untaré mis obras con tocino/ para que no me las muerdas, Gongorilla”.

CARACTERÍSTICAS DEL POPULISTA

En este vídeo podrás identificar al político populista con ejemplos de la vida real en la realidad peruana que por desgracia no ha tocado vi...