miércoles, 23 de mayo de 2012

El humor en la migración


El hecho que el colombiano José Ordoñez hubiera logrado el Record Mundial del Chiste, ha hecho que miremos de otra manera la crisis.
En la migración hay muchas cosas para reír y llorar. Difundo fragmentos de la conferencia que brindé en la Casa de América de Barcelona el 28 de de noviembre del 2007, las “Jornadas sobre el Humor en Iberoamérica”, el que participaron prestigiosos periodistas, humoristas, dibujantes, caricaturistas de España y Latinoamérica. (el texto completo está en www.aquilatinos.info)
Aproveché esa tribuna, no solo para arrancar una sonrisa, sino para denunciar cosas que hoy están igual o peor… Es difícil tener buen humor cuando hay miles de latinos en Europa y EE.UU. indocumentados o con una situación poco clara de refugio o asilo.
En diciembre, cuando nace el Niño Jesús, tampoco es muy gracioso que niños de padres con documentos recibirán 3.000 euros del Estado y los que no tienen papeles, nada. Hay madres que por la imposición del visado de la UE, no podrán ver a sus hijos o esposos en tres o cuatro años. Escuchar la frase “pisos patera” es tan común, que casi ya no llama la atención el hacinamiento y promiscuidad que implica.
Parece una broma de mal gusto que en países donde aparentemente han evolucionado los DDHH, se dé prioridad al tránsito de mercancías y no al de personas. Ahora el mundo está dividido entre los documentados y los “sin papeles”.
 
Del drama a la risa
Hay hechos que provocaron dolores de cabeza a migrantes que en su primer día de trabajo quieren mostrar que están muy despiertos, pero que por no entender el idioma o costumbres parecen fuera de foco y corren el riesgo de perder el empleo. En Cataluña, si nos dicen que empezaremos a “dos quarts de nou” alguno no entenderá que son las 20.30 y llegará tarde. No se imaginan la cara que puso una latina cuando su jefa le dijo que cocine unas “judías verdes”. Como era nueva en la ciudad, no sabía dónde estaba la comunidad israelí, hasta que su jefa le explicó que las judías son lo que nosotros llamamos “vainitas”.
En Italia, la que cuidaba a los “nonnos” o”abuelos” le dijo a su jefa que había terminado la jornada y ella le dijo “va benne, ven a guardar el televisor”. La trabajadora empezó a desconectar el aparato para ponerlo en una caja… hasta que su jefa le explicó que en idioma italiano “guardar”, significa “mirar” la TV.
Pregunté en Milán a una linda africana en qué trabajaba: “Io lavoro en la pulizzia”. Yo, que andaba una semana sin visa en Italia, me asusté porque tal vez era un agente civil de policía. Casi me entrego a ella, hasta que me di cuenta que pulizzia en italiano significa “limpieza”. En una finca de Londres la jefa mexicana le dijo a su nueva empleada peruana que fuera a traerle el burro. La peruana tardó media hora y le dijo a su jefa que el burro ya no estaba en el jardín y que tal vez se había escapado. La mexicana le dijo que el “burro” era la “mesa de planchar”.
 
Chistes machistas
Los antiguos viajeros aconsejan a los que llegan a un país europeo o a EE.UU. que para aprender el idioma deben conseguirse un “diccionario con faldas” y pasar el examen de virilidad. Como en los tiempos antiguos, una profesional que tiene que trabajar como interna debe llamar, según el país en que está, a sus jefas como “patrona”, “señora” o “madame”. La trabajadora puede ser muy eficiente, pero si el niño que cuida se despierta de mal humor, ese puede ser su último día. Una dominicana me dijo que no pudo trabajar porque el niño austriaco decía que esa “negra” le daba miedo. En Suiza un indocumentado desempleado quería volver a como dé lugar a su país. Alguien le dijo que si quería irse sin pagar el pasaje de avión y más bien ser expulsado, debía golpear a un policía. Un día, él golpeó a uno, pero en vez de un pasaje de avión se ganó un mes de atención psicológica para saber por qué tenía esa conducta violenta.
Los artistas y músicos son fuente inagotable de anécdotas . Los de apariencia más morena conquistaban europeas diciendo que eran descendientes directos de los jefes incas y aztecas… Hubo grupos folklóricos a los que en los aeropuertos se les revisaba bombos, charangos o guitarras buscando drogas o armas. Como los agentes no creían que eran artistas en plena frontera se ponían a tocar una canción hasta convertirla en un concierto aplaudido por los mismos policías y demás viajeros.
Poco después de la guerra en la ex Yugoslavia traté de ingresar como periodista, pero en el consulado en Budapest me dijeron que mi trámite iba a demorar un mes. Un funcionario en secreto me sugirió que ingrese como artista. Cogí unos dvd y un par de chullus o gorros y llegué hasta Belgrado y Saravejo, no como periodista sino como un artista de la calle. En Alemania, país amante del silencio, una vez se publicó una caricatura que mostraba a un hombre muy rico que lanzaba monedas a un músico para que no cantara. En Zurich en los buses y tranvías se puso dibujos de prohibición de tirar basura al suelo, comer dentro del bus o de cantar. El cantante llevaba un sombrero de “charro mexicano” lo que provocó la reacción de la Embajada porque así se asociaba al latino con la mendicidad. El sombrero fue borrado.
En Nueva York me contaron que el lider de una delegación de latinos que visitaba por primera vez EE.UU. luego del aterrizaje se paró en medio del avión para dar un discurso de agradecimiento al piloto y las azafatas por el buen viaje y les prometía volver a volar con la compañía. Por supuesto, casi nadie le aplaudió.
Otro miembro de esa delegación, que nunca había subido al Metro, al verlo llegar levantó la mano como si fuera un taxi. Los Gringos Por supuesto los que recién llegamos a otro país cometemos algunos errores. Sólo el que no viaja nunca puede criticarnos, porque él no sabe lo que es desenvolverse en medios o idiomas extraños. Curiosamente, ellos son los más racistas.
 
Pero ¿qué pasa con los que van a Latinoamérica?.A veces en nuestros países decimos en voz baja “gringo tonto”al que no entiende nuestros códigos, cuando decimos que el pueblo “está aquí a la vueltita” (cuando está a 10 km ) o que el jefe vuelve “ahorita” (cuando ya se fue para almorzar) o no entiende nuestros profundos valores del “ama sua, ama llulla o amakella”, que significa “No seas flojo, no seas mentiroso y no seas ladrón” Hace poco, EE.UU. se tambaleó cuando los migrantes no fueron a trabajar por un día, en defensa de sus derechos. Sabemos que lo mismo puede ocurrir en Europa. Pero, un poco en serio y en broma, yo me animaría a plantear que los latinos hagamos una huelga de 24 horas sin risas ni buen humor. El rostro de la Europa de hoy, arrugado por el frío invernal, seguro que perdería más brillo. Si en nuestros propios países por un día dejáramos de sonreír, cantar o piropear a los turistas… de dónde ellos recogerían energía para volver a su vida monótona, que tiene todo arreglado?.
 
¿Cómo podrían curarse de su depresión o de sus ganas de suicidarse porque están gorditos o calvitos?
Entre el miedo y el humor Hoy creo que el mundo es bi-polar: el de la industria del miedo (que nos manipula para que miremos con recelo al extraño), y la industria del humor, que ahora hemos conocido más. Parafraseando a Martín Luther King puedo decir: I have a dream (yo tengo un sueño ): Llegará el día en que los agentes de Migración no nos mirarán con soberbia creyendo que somos delincuentes o terroristas.
Que la sonrisa estilo “Ronaldiño” en la foto de nuestro pasaporte sea una señal más de identificación.· Que los jefes y obreros nos sentemos juntos en una mesa para planificar futuras obras y usar todos nuestras potencialidades, sin importar nuestro acento extranjero.
* Que los medios de comunicación europeos y norteamericanos paguen lo que yo llamo la “deuda informativa” con Latinoamérica y no sólo describan la pobreza, corrupción, el llanto y la desolación de nuestra gente, sino nuestras ganas de vivir y el fuego de nuestra pasión.
* Que las bromas de los niños latinos sean comprendidas por los niños europeos, árabes y africanos y que aprendan juntos a descubrir el mundo y bañarlo de sonrisa y fraternidad. Que se rían a carcajadas de algo, pero no de alguien. En este seminario en esta Casa de América, que es la casa común de españoles y latinoamericanos, hemos entendido que el humor rompe fronteras, nos pone en igualdad de condiciones y nos vuelve más tolerantes. Hay que entender de una vez por todas que el humor puede y debe ser amor. El humor es amor..
 
Por Edwin Pérez Uberhuaga-Director
Esito sería
Fuente: aquilatinos.info

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