Blog Re-imaginando
Hace unas semanas, un alumno (gracias Felipe) me hizo llegar un
artículo súper interesante de Marc Cenedella (CEO de The Ladders) en el
que hacía un análisis fantástico de una carta que Leonardo Da Vinci
envió al Duque de Milán en 1482. Por esa época, Da Vinci apenas tenía 30
años y era mucho antes de haber pintado la Mona Lisa o la Última Cena,
no había inventado el helicóptero ni había diseñado el Hombre de
Vitruvio.
Por entonces, Da Vinci era básicamente un inventor e
ingeniero cuya principal actividad era la creación de armas y así se lo
contaba al Duque en su carta de venta: "...Ilustrísimo Señor...
habiendo considerado aquellos que se hacen llamar hábiles diseñadores de
instrumentos de guerra... quiero ofrecerle para su mayor disfrute lo
que a continuación le detallo:"
En ese momento, Da Vinci concreta en 11 puntos lo que puede hacer por el Duque
que iba desde el diseño de puentes ignífugos, plataformas y puentes
transportables para la conquista, armas con múltiples proyectiles,
sistemas de evacuación de trincheras, métodos de excavación silenciosa
de minas, formas de pasar por debajo de ríos sin ser vistos, morteros,
catapultas, trabucos, "otras maquinas de maravillosa eficacia", sistemas para partir rocas y hacer agujeros en las paredes de las fortalezas y "...en resumen, puedo construir infinitos medios ofensivos y defensivos".
Continua diciendo que "...
en épocas de paz, puedo satisfacerle con el diseño de edificios y la
composición de edificios públicos y privados, y estructuras que lleven
agua de un lugar a otro...." además de "... realizar esculturas en mármol, bronce o arcilla y pintar lo que se preste para la eterna gloria del Duque". Termina su carta aseverando que "si
algo de lo que le he propuesto le parece imposible o no realizable,
estoy preparado para hacer un experimento en su patio o en cualquier
lugar que proponga su Excelencia desde mi más profunda humildad."
Como dice Cenedella, esto es un currículum en toda regla.
Esto es un ejemplo de hace más de 500 años de cómo un genio se vende
así mismo. Y creo que lejos de estar desfasado es un ejemplo de cómo
debe ser el currículum del futuro, donde no tenemos que vendernos por lo que hemos hecho o estudiado, sino por lo que podemos hacer
por la persona o la compañía que nos interesa. Esto es un ejemplo de
cómo tenemos que hacer una propuesta personalizada a quien nos va a
escuchar. En este caso, Da Vinci no se centra en sus logros pasados sino
en las necesidades del Duque al que te imaginas diciendo: "yo quiero
comprar lo que me ofrece este hombre" .
Por otro lado, esta semana me he cruzado con el concepto de "Portfolio working"
que parece que es un formato de relación profesional hacia el que
tiende el mercado. En el "portfolio working" la palabra "trabajo" se
convierte en "cliente" y se dejan de buscar un empleo para intentar
encontrar a alguien que necesite tus servicios más allá de tenerte
"empleado" y le interese aprovechar la flexibilidad que implica
contratar en función de resultados y basar la relación laboral en
proyectos. Estamos viendo el ejemplo de esto en los últimos años en los
que muchas compañías han despedido a algunos de sus empleados por
problemas de ajustes de plantilla para pedirles que hagan parte de lo
que hacían antes pero ahora "por fuera". La diferencia es que antes les pagaban por su tiempo y ahora les pagan por su rendimiento.
Charles
Handy escribía sobre el tema en su libro "The Empty Raincoat" y ha sido
uno de los que más han ayudado a popularizar el término "portfolio
working". Él dice que los "portfolio workers" nunca están desempleados, simplemente están descansando
porque cuando necesitan volver a trabajar se enfocan en aplicar su
propio plan de marketing para venderse de nuevo. Este tipo de actitud
ante el trabajo implica la necesidad de desarrollar muchas más y más
diversas habilidades y competencias alejándote de la especialización.
Compara esta forma de trabajar con la de los actores y prevé el auge de
los agentes o representantes profesionales que ayudarán al "portfolio
worker" a organizarse, a buscar proyectos y a gestionar incluso su vida
personal además de la profesional. Pero todo esto parece que aún está lejos porque todavía está muy arraigada la falsa sensación de seguridad que nos da un contrato fijo en una empresa.
Estamos
llegando al final de programas de Post-grado, final del año
universitario y las últimos datos de la EPA dicen que la cifra del paro
sigue siendo inmanejable. Parece claro que esto va para largo y que el
entorno económico no va a cambiar de la noche a la mañana. Cuando me
preguntan algunos por los siguientes pasos tiendo a decirles que se olviden de buscar trabajo. Que tiene mucho más sentido buscar proyectos.
Que esos proyectos pueden estar dentro de una compañía o no pero tienen
que ser propios, que tienen que tener una razón de ser. En mi opinión
la creación de puestos de trabajo no depende exclusivamente del
empresario y de la realidad económica. El demandante de trabajo también
debería tener una posición activa y más que ir a una entrevista de
trabajo debería plantearse estas oportunidades como sesiones de venta.
Steve
Jobs decía: "el cliente no sabe lo que necesita hasta que se lo
muestras". Yo creo que, en la búsqueda de talento, muchas empresas no
saben lo que necesitan hasta que se lo muestran. Hablan de talento en
general pero no entienden que el talento se muestra en su máxima
expresión cuando está haciendo lo que tiene que hacer en el sitio que
tiene que hacerlo y en el momento que tiene que hacerlo. Y es
mucho más fácil que esto ocurra cuando es un talento buscando su
proyecto que cuando es un proyecto buscando su talento. Hasta que
tengamos agentes o representantes para estos menesteres, los vendedores de nuestro talento somos nosotros mismos.
Así
que, propongo que le dediquemos tiempo a entender nuestro talento, ver
en qué proyecto tiene más sentido que ejerza su función y vayamos
directamente a decirle al responsable que corresponda (sea empresario,
headhunter o director de recursos humanos): "Esto es lo que he pensado
que puedo hacer por usted", y "... estoy preparado para hacer un
experimento en su patio o en cualquier lugar que proponga su Excelencia
desde mi más profunda humildad."
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