lunes, 27 de abril de 2015

Abordo del "caca bus"



Por Carlos Fresneda
El Mundo
 
Unos leen el periódico. Otros se entretienen con una revista o un libro. Los que hay se llevan el teléfono móvil o el iPad para hacer tiempo. Y hay quienes se ponen incluso a hacer punto mientras llega el momento.


    Todos ellos, sentados pacientemente en la taza del váter, nos saludan desde el anuncio exterior, que explica sin rodeos cómo funciona el Bio-Bus de Bristol...
   "Este autobús está propulsado por vuestros desechos, por un futuro más sostenible"...
    Dentro, los pasajeros viajan sin olores y como si tal cosa, ajenos a la curiosidad que despierta a su paso el "caca bus" de la línea dos (va con segundas, por aquello del "number two"). El vehículo funciona en realidad con el gas biometano que se produce por digestión anaeróbica en la planta de tratamiento de aguas residuales de Avonmouth, en las afueras de la ciudad.
     Haciendo honor al título de Capital Verde Europea del 2015, Bristol se dispone a demostrar el "poder" oculto de nuestros excrementos, descubierto hace más cinco año por la ciudad de Oslo, por donde ya circulan más de un centenar de "caca buses".
     En la capital noruega, eso sí, son algo más discretos. Un cartel informa como mucho a los pasajeros que el autobús funciona con biogás, pero sin entrar en más detalles. El Bio-Bus de Bristol, sin embargo, va creando conciencia ecológica (y escatológica) a su paso. De alguna manera nos invita a meditar muy seriamente sobre el largo viaje de los excrementos, hasta convertirse en gas inodoro y mucho más limpio que el petróleo que quemamos.
    "Los vehículos de gas son básicos para mejorar la calidad del aire en las ciudades", presume Mohamed Saddiq, gerente de la compañía GENeco, impulsora del Bio-Bus. "Nuestro autobús emite entre un 20% y 30% menos de CO2, el 80% menos de dióxido de nitrógeno y prácticamente ninguna partícula en suspensión".
    "Estamos además ante una manera de generar combustible estrictamente local", advierte Saddiq con cierta sorna. "Hasta los propios pasajeros pueden haber contribuido posiblemente".
     En la planta de Avonmouth, y gracias a los biodigestores que aprovechan la liberación de gases en ausencia de oxígeno, los excrementos sirven para producir hasta 2.000 metros cúbicos de gas en una hora. Auténtico "fracking" humano, sin necesidad de perforar ni de inyectar químicos a grandes profundidades...
    Allí se abastece a diario el Bio-Bus, con una autonomía para 300 kilómetros y con 40 pasajeros a bordo. Se estima que para llenar un solo tanque hace falta el equivalente a la "descarga" anual de cinco humanos. Con casi medio millones de habitantes, la ciudad de Bristol tendría capacidad para una flota como la de Oslo si se lo propusiera.
    De Bristol sale precisamente hoy el autobús del Partido Verde, dispuesto a recorrer la geografía británica en el sprint final para las elecciones del 7 de mayo. Quién sabe si de aquí a cinco años los políticos saldrán a hacer campaña a bordo de sus respectivos "caca buses", con perdón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

CARACTERÍSTICAS DEL POPULISTA

En este vídeo podrás identificar al político populista con ejemplos de la vida real en la realidad peruana que por desgracia no ha tocado vi...