La misteriosa pérdida del proyector y la alharaca respectiva

Lima, 25 de agosto de 2011

Nadie recordaba el dichoso aparatito hasta que la joven y encantadora Administradora de la empresa, envió un “e-mail” copiado “to everybody” delicadísimo y casi suplicante a realizar la inmediata devolución del mismo.  “…quien lo haya pedido prestado favor devolverlo…” 

“¿Pedido prestado???”.  Nadie lo pidió y mucho menos prestado!!!.

A partir de ese momento, fue el tema del día.  Por un lado, aquellos que estaban segurísimos de la falta de “urbanidad” de algunos y pensaban que era mejor notificar a la aseguradora de una vez por todas y cobrar el seguro.  El “cosito” jamás aparecería.  “- Naaa`, échenle tierra y compren otro!.-” decían.  Y por otro lado, estaban los que aún creen en la bondad de la gente.  “- Por algún lado debe de estar...- ”- decían, ”- … hay que buscarlo bien, aquí no se pierde nada. -”,  aseguraban.  En realidad, yo no estaría muy segura de éso.  Han habido todo tipo de “desapariciones”, hasta el queso que uno deja en la refri.  Sí, el queso, aunque parezca mentira, con tan poca delicadeza que ni siquiera dejan un post-it con un “gracias” o una carita feliz, nada. 

Recuerdo que un lunes compré cierta cantidad de jamón ahumado de pavo, una exquisitez, me encantaba disfrutar de un buen sándwich calientito muy temprano por la mañana.  Nunca tengo tiempo de tomar el desayuno como Dios manda, en casa y con tranquilidad.  Creo que ese es el precio que tengo que pagar por media horita más de sueño.  En fin. Pasados dos días, para mi ingrata sorpresa, sólo quedaban dos lasquitas.  No podía creerlo, hasta que un amigo me dijo que eso era pan de cada día, “- Mira - ” – me indicó abriendo la puerta del refrigerador y pude ver que estaba lleno de comestibles empacados en bolsitas pero todas con un papelito pegado sobre ellas con el nombre del dueño y las palabras en letras grandotas “NO TOCAR!!!” (incluso figuraban nombres de gerentes, qué bajo hemos caído!!!).  Así que no era muy descabellado pensar que alguien lo "pidió prestado" ... mentalmente. 

Nadie se explicaba de qué manera, con más 13 cámaras de seguridad en puntos estratégicos, (menos en los baños), y grabando las 24 horas del día durante los 365 días del año, alguien podría hurtar un bien de la empresa, salir como si nada hubiera pasado y sin que nadie lo haya visto???.   Había un Houdini moderno entre nosotros.

Las respuestas por “correo light” de todo el personal no se hicieron esperar.  Cincuenta correos diciendo lo mismo: “No lo he visto”.  Por Dios!!!.   Hasta el Gerente General respondió.  Y en tono amenazante ordenó al Ingeniero de Seguridad que a partir de la fecha, debía revisar el contenido de todas las grabaciones de las cámaras de vigilancia.  ¿Sabría el caballero que eso no se puede hacer tan fácilmente?¿Sabría el caballero lo que eso significaría?. 

Haciendo memoria, cuando trabajaba en la recepción, se perdió una factura.  Nadie la pidió prestada por supuesto.  Aparentemente, la agarraron y se olvidaron de devolverla.  Se armó la alharaca respectiva y como último recurso para evitar el corte de cabezas, solicitamos justamente éso, revisar los videos de seguridad.  Sorprendentemente, un jefe encargado nos dijo que no era posible porque era "-... todo un tema, un temón!-".

Para empezar, la misma empresa que nos vendió el sistema de seguridad es la encargada de hacer esa gestión por una sarta de razones que no enumeraré.  Y al solicitar el trabajito se debe ser paciente y esperar y esperar y esperar, porque no lo hacen ni gratis ni "al toque".  O sea, que era más fácil hacerse al dolor que pedir la gestión. 

Alguien estaba “haciendo” fuera del wáter… y no era precisamente el ingeniero de seguridad.  Bien dicen que los jefes son como las nubes, cuando desaparecen se arregla el día.

Cómo puedo explicar la reacción del ingeniero?.  Se acercó a mi cubículo con una cara de autogol, más larga que un fin de semana y me suplicó que lo mantuviera informado de las “novedades”.  Ya me lo imagino pensando en dedicarle 2 horas diarias por lo menos a ver la rutina de cada día, que plomazo!!! 

A partir de ese momento lo tuve como chinche en la oreja: -"Apareció???, ya llamaste???, ya averiguaste??? qué te dijeron???."- WTF!!!!!

Por otro lado.  Debo confesar que celebro los avances tecnológicos, celebro la velocidad con que avanzan las cosas, celebro, celebro, celebro todo.  Es más, me considero amante de la tecnología.  He sido capaz de cambiar mi amor por los "trapos", por mi pasión por la tecnología, pero esto es ridículo!!!  Acaso la gente no sabe usar el correo electrónico???  Creo que no.  Y lo que más me molesta es que TODOS responden "to everybody", en lugar de responder sólo al remitente original, en este caso a nuestra pequeña "Mafaldita oriental" la Administradora (entiéndase que lo de "Mafaldita oriental" es una muestra de exceso de cariño).  Entonces tenemos cincuenta personas que tienen cincuenta respuestas idénticas cada una. ¡No!!!, me rehuso a aceptar una cosa así.

Pues bien, ya habían  tirado la toalla hasta que haciendo memoria, una locuaz ejecutiva le recordó al Gerente de Producción que éste lo había llevado a la reunión que hace quince días mantuvieron en las oficinas de un cliente.

Ahí empezó el sainete!!!.

Llamé al cliente.  Hablé con la secretaria, le expliqué el problema de forma muy tranquila y serena y le di el número de serie del aparato.  Le pedí que por favor verificara.

Después de varias llamadas, albricias!!!, La secretaria confirmó que era el objeto perdido, así que nos dijo que pasáramos por él.  Coordinamos y todo arreglado.

Lo inteligente habría sido esperar a tener el aparato en la mano para recién ahí informar “to everybody” como corresponde.  Pero no, nuestra rolliza Administradora (lo de rolliza también es con mucho cariño), se lanzó a la piscina otra vez, sin saber si había agua o no.  Escribió: “Me es muy grato informarles a todos que el proyector se encuentra en la empresa tal, gracias a la gestión de administración y de fulanita de tal.” (osea, yo).  Pum!! “Send” y se jodió la Francia.!!!

Al poco rato, la secretaria del cliente llamó para decirnos que se equivocó.  El proyector que tenía en su poder no nos pertenecía, era de su área de ventas.  Plop! y RE-PLOP!!!

¡SEÑOR DEL PERÚ! Tuve que informarle al área de Sistemas y a "Mafaldita".  Esta última casi se corta las venas con una galletita de soda.  Quería morirse.  Lo que es peor, si no se me ocurre acercarme a su cubículo y comentar el tema, no hubiese visto el correo rectificatorio "to everybody" otra vez!!!! diciendo: "- Lamento informarles, pero todo fue un error, una falsa alarma y bla bla bla ba bla bla bla...-", preparado y listo para salir ejectado a los buzones de “everybody”.  Dicen que el cerebro es un órgano maravilloso.  Comienza  a trabajar nada más al levantarnos y no deja de funcionar hasta entrar en la oficina.

Por supuesto, le dije que lo borrara de plano.  Simplemente, porque no era oportuno.  En realidad nunca me quedó claro si a ella le quedó claro que se estaba poniendo la soga al cuello, en criollo "se estaba cagando" ella misma (esto también es con cariño).  Era una torpeza mayúscula de la que no se había percatado en lo más mínimo.  Creo que el nerviosimo más la falta de experiencia dada su juventud, la superó.  Pero bueno, la vida es un constante aprendizaje.  La clave está en escarmentar ahora para no lamentar después.
Le dije que yo me encargaría.  Y así lo hice.  Insistí al primer sospechoso del "crimen", el Gerente de Producción, para que lo buscara en su auto... una vez más.  Me porfiaba, decía que no, que ya lo había buscado ahí.  Seguí insistiendo, me volvió a decir que no.  Terqueé una vez más, hasta me ofrecí a buscarlo en su auto para que no tenga que bajar al sótano del edificio por lo ocupado que estaba.  Finalmente, no sé qué nervio sensible toqué (de su paciencia o su bolsillo), y dijo que él bajaría.  Así lo hizo. 

Cuando lo vi ingresar a la oficina, pude observar que tenía un pequeño maletín color gris medio viejo, de asitas y con bordes amarillitos.  Parte de mi cerebro decía "¡SI,SI,SI!" la otra parte decía "Reza!".  Suplicándole a todos los santos y armándome de valor, le pregunté con una voz suavecita si ya lo había encontrado y me respondió: “Sí, gracias a tu compañera que hizo que recordara la cita que tuvimos en el cliente y gracias a ti, por insistir en que lo buscara en mi auto.”  UUUffff….. que alivio.

Misterio resuelto.

Cuando las cosas se arreglan, no importa lo que diga la gente, ni los chismes, ni las burlas, ni las cámaras, ni las estúpidas órdenes, ni los torpes correos electrónicos "to everybody", ni las aún más torpes respuestas.  Lo que importa es que a pesar de la alharaca, el proyector apareció gracias a la eterna y consabida intuición femenina que superó a la certeza masculina.

Y el final es lo que cuenta!!!