lunes, 22 de agosto de 2011

A mí con fantasmas!

Recuerdo que cuando era “más” chiquita, en tiempos festivos y apagones, mi  papá nos entretenía contando historias y peripecias de su infancia a las que nosotros les llamábamos “sus aventuras”.  Terminamos por conocerlas todas de memoria, de tanto y tanto que las contaba.  Pero tenía tal gracia al narrarlas, que nunca tuvimos el corazón ni las ganas de hacer un mal gesto o poner una mala cara, porque lo queríamos mucho y además porque a quién no le gusta reír a mandíbula batiente!!!   Pasábamos momentos realmente hilarantes, nos encantaba compartir lo que ahora los sicólogos llaman “tiempo de calidad”...
Es curioso, cuando pienso en ello, recién reparo en algo; después de haber partido hace más de trece años,  jamás nos atrevimos a recordar sus aventuras otra vez.  No sé porqué.  Tal vez porque en el fondo siempre supimos que eso nos entristecería mucho más.  Mirándolo en perspectiva, creo que era un privilegio que reservábamos inconscientemente sólo para él.   Era su momento, de nadie más, disfrutaba ser el protagonista y narrador de sus propias correrías infantiles y de juventud y más cuando éstas nos hacían reír.  Pero creo que no sólo se trataba de las historias que por naturaleza ya eran fascinantes sino por el hecho de compartir, de estar en familia y de reír juntos.  Algo tan simple como eso. 
Y que en estos tiempos de aceleración involuntaria, eso se ha convertido en una suerte de lujo.  Compartir una sobremesa es casi casi una utopía.  Puesto que todos los miembros de la familia trabajan, la familia de sangre fue desplazada por la familia laboral.  Ya es algo que nadie dice pero que está incorporado en todos.  Por esa razón en las empresas es muy común leer y escuchar algo como esto:: “Feliz Día fulano, pásala lindo, de parte de la gran familia de (empresa)”. 
Viene a mi memoria algunas de sus historiasy varias eran de fantasmas, las famosas “penas”.  “¡Cuenta penas, papá, cuenta penas!”- le pedíamos.  Y claro, nos daba gusto.  Y terminábamos muertos de miedo y con los esfínteres aflojados.  Pero eran sólo eso, cuentos de fantasmas.
Traigo esto a colación porque en el diario salió una noticia bastante pintoresca.  En el Museo Arqueológico de Nápoles han descubierto fantasmas,  y  los “cazafantasmas” (en serio???) enviados por el Ministerio de Bienes Culturales de Italia llegarán en septiembre para “aclarar extraños sucesos que se suceden en ese centro”. 
Realmente se lo han tomado en serio.  Es ridículo.  Es que alguien en su sano juicio puede creer una cosa así en pleno siglo XXI???  Los obreros ya no trabajan porque dicen estar aterrados.  Por favor hay que temerles a los vivos no a los muertos.  Creo que eso tiene que ver más con flojeritis aguditis que con fantasmitis. 
Dicen también que hay una foto que captó a un fantasma.  Bueno, por más que la veo y sigo viendo, no logro ver nada, no, ninguna aparición.  Aún si apareciera nítidamente,  ya no puede confiarse en nada y mucho menos en una foto, por esa herramienta maravillosa que puede hacer que Madonna con pinta de sicópata recién salida del manicomio luzca como una diosa griega, el Photoshop!!!.  Hasta se ha convertido en un verbo… “estoy photoshopeando”, “photoshopeame, por favor”, “nosotros photoshopeamos”, “el photoshopea”… y así ad infinitum.
Creo que la gente es así, nos atrae lo desconocido, lo que no se puede explicar… estoy segura que a cualquier persona que se le pregunte si tiene una historia de fantasmas, de hecho tendrá no una sino una veintena para contar.  En lo personal, podría hacer un libro de cuentos con todas las historias que he escuchado al respecto.
… no parece mala idea, verdad?.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

CARACTERÍSTICAS DEL POPULISTA

En este vídeo podrás identificar al político populista con ejemplos de la vida real en la realidad peruana que por desgracia no ha tocado vi...