«A ver» o «haber», «elite» o «élite», «aun» o «aún»,
«advertir de algo» o «advertir algo»... El ser humano es lenguaje. Todos los
días, se hacen discursos, se habla, se escribe y, claro, suelen surgir dudas.
¿Cómo se dice esto? ¿Cómo se escribe lo otro? Antes, se acudía a consultar
grandes tomos de diccionarios como el de la RAE o el María Moliner. Ahora, se
desbloquea el móvil y se escribe la duda esperando que el buscador de turno dé
la respuesta. El problema es que muchas veces interpretar la norma es difícil.
Puede ser que no haya suficientes ejemplos, o que una redacción oscura en la
entrada impida desentrañar el uso correcto de una palabra o una construcción
gramatical. Por esta razón, son tan útiles los sistemas de consulta y
asesoramiento en internet que proponen instituciones como la Real Academia
Española (RAE) o la Fundación del Español Urgente (Fundéu). Ambas instituciones
son un buen ejemplo de cómo adaptarse a los cambios para aprovechar las
oportunidades que estos ofrecen.
Darío Villanueva Prieto es la silla 'D' en la Real Academia
tras tomar posesión en 2008. Además, ejerce las funciones de secretario desde
2010, por lo que tiene una posición privilegiada para analizar una época de
grandes cambios que él aborda con optimismo: «Hay un dato objetivo: nunca se
había escrito tanto como ahora. Suele criticarse con frecuencia el descuido en
la escritura en medios electrónicos. Aparecen muy a menudo predicciones casi
apocalípticas sobre el deterioro causado por el uso de dispositivos móviles. No
tiene por qué ser así necesariamente. Junto a la dejadez, sin duda muy
evidente, también nos encontramos con ejemplos de lo contrario, de exquisito
cuidado, en personas de distintas edades». Ni deterioro del idioma, ni
degeneración; ninguno de estos conceptos puede aplicarse para definir la
evolución de la lengua. Ahora bien, son muchas las voces que se elevan para
denunciar la dejadez, por ejemplo, de los jóvenes a la hora de escribir en los
nuevos soportes digitales. «El lenguaje se adapta y se amolda a los nuevos
medios y estos intervienen en la evolución del idioma. La lengua está viva, se
pierden usos y surgen otros nuevos, según las necesidades», explica Yolanda
Tejado, asesora lingüística de la Fundéu BBVA. Esta institución guerrea en la
trinchera del uso diario del lenguaje. Su principal objetivo es ayudar a aquellos
profesionales que bregan con las palabras como materia prima con consejos y
soluciones rápidas a los problemas que les asaltan en el día a día. Surgida
fruto de un acuerdo entre la Agencia Efe y BBVA, la Fundéu trabaja codo con
codo con la RAE en la difusión del buen uso del español.
Internet como solución
«En contra de lo que pueda parecer, nuestra impresión es que
el número de personas interesadas en el buen uso de la lengua aumenta cada día
en todo el mundo hispanohablante», opina Darío Villanueva. Para el secretario
de la RAE, «internet y las redes sociales han contribuido notablemente a hacer
visible esta preocupación; pero la RAE sigue manteniendo la convicción de que
los dos instrumentos más poderosos que juegan a favor del buen uso de la lengua
son el sistema educativo, en sus distintos niveles, y los medios de
comunicación social». Yolanda Tejado mantiene una postura casi idéntica a la
del académico. En su opinión, «la gente escribe mucho más ahora que antes y lo
que escriben es público, por lo que va ligado a la imagen y a la reputación de
cada uno». Por consiguiente, es lógico que ante el creciente interés en el uso
de la lengua aparezcan multitud de foros
en los que se trate de dar soluciones sencillas a las dudas. El problema
es que estas páginas muchas veces carecen de la suficiente rigurosidad.
El secretario de la RAE no defiende un monopolio de su
institución en el asesoramiento lingüístico, pero pide que se mantenga una
cohesión en la lengua: «No hay nada en contra de otras iniciativas relacionadas
con el buen uso de la lengua, salvo que promoviesen, por mencionar un
hipotético caso, la fragmentación de las normas comunes que hacen del español
del todo el mundo una lengua que goza de una extraordinaria unidad. Todas esas
contribuciones pueden ser útiles porque la mayoría de ellas son
bienintencionadas y persiguen el mismo objetivo».
Respuestas rápidas
Las dudas muchas veces surgen en un momento concreto y ante
una realidad variable, por lo que se necesitan soluciones rápidas como las que ofrece
la Fundéu. Yolanda Tejado afirma: «En ocasiones, podemos adelantarnos, dar un
paso más, hacer propuestas sobre asuntos acerca de los cuales la RAE, que tiene
por lógica unos ritmos más lentos que los nuestros, aún no se ha pronunciado.
De hecho, algunas de nuestras recomendaciones han servido para incorporar
nuevos términos al Diccionario, como tuit, tuitero o tuitear».
Darío Villanueva asume la crítica habitual que se hace a la
RAE en cuanto a su lentitud a la hora de adaptar cambios, pero apunta: «La RAE
tiene sus propios ritmos, que son ajenos a las modas pasajeras o a ciertas
urgencias y presiones poco justificadas, sobre todo en los procesos de
elaboración de las obras académicas: los diccionarios, la gramática y la
ortografía».
Internet puede ser una selva en la que es complejo quitar la
maleza para ver lo que esconde. Por esta razón, son tan útiles las nuevas
herramientas que ofrecen tanto la RAE como la Fundéu y que acercan y facilitan el bueno uso del español
a los hablantes. A través de Twitter, Facebook o el correo electrónico, las dos
instituciones responden diariamente a más de 300 consultas en total. Una prueba
de que cada vez más gente se preocupa en hacer un buen uso del español y de que
internet es una buena herramienta de ayuda.
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