Pensando diferente sobre el ecosistema de sus
empresas, desde sus cliente hasta sus competidores (y poniendo sus egos a un
lado) Inkling ayudó a redefinir la relación de los estudiantes con los
contenidos educativos.
Por Lysa Evans
Cuando Matt McInnis (Gerente General) empezó
Inkling en 2009, pensó que había tenido una idea revolucionaria que iba a
cambiar la forma en que los estudiantes verían los libros de textos.
McInnis, que trabajó anteriormente para Apple,
sabía que con el lanzamiento del iPad se alcanzaría un gran potencial para el
mercado de la educación. Llevando un
aburrido y abultado libro de ciencias a una tablet en un formato fácil de
digerir que incorpore test y videos, podría hacer del aprendizaje algo
divertido.
LA INDUSTRIA QUE NO QUERIA INNOVAR
El problema era que las editoriales de libros
de texto se encontraban reacias a digitalizar sus contenidos "Ganaban mucho dinero con los libros
como estaban", indica McInnis. Para
empeorar la cosa, el pequeño número de editoriales que inventaron la industria
no sentían la presión de la competencia para innovar. A pesar de ese reto, Inkling continuó
enfocándose en su visión de digitalizar libros de texto, sin darse cuenta que
la infraestructura que edificaron podía ser aplicada para muchas otras áreas.
"Pensamos que estábamos construyendo un
sistema para libros digitales - tomando un libro que ya existía y produciéndolo
en una forma que podría funcionar en un iPad y venderlo como libro de texto a
los estudiantes." - comenta McInnis
UN MANERA DISTINTA DE APRENDER
Cuando Inkling simplemente tomó su tecnología
por delante digitalizando libros, descubrieron
que empresas educacionales estaban construyendo plataformas adaptadas de
aprendizaje, buscando bases de datos para materiales de referencia y muchos más
tipos de productos más allá de los libros.
"En realidad es ahí donde nuestra tecnología brilla." dice
McInnis. Ahora, Inkling aplica sus
tecnologías a todos los tipos de materiales de referencia, desde libros de
cocina a libros de medicina para siquiatras.
"Hay cierta dosis de arrogancia (en las
compañías de tecnología). Piensan que se
puede manejar el negocio y tener todas las respuestas porque son los expertos
en tecnología. Somos culpables de eso.” Admite McInnis. “Mientras Inkling tuvo la visión para la industria
de los libros digitales en iPad, pronto las editoriales les hicieron darse
cuenta que el futuro del mercado no eran los libros digitales en iPad, sino
sistemas adaptables de aprendizaje que redefinieron la relación del estudiante
con el contenido educacional. "Hay una visión mucho más sofisticada para
el futuro del aprendizaje de la que alguna vez tuvimos nosotros mismo."
manifiesta McInnis.
COLOCANDO EL EGO A UN LADO
Esta idea fue una experiencia de humildad para
Inkling. “La realidad es que en realidad (estas editoriales) sí conocían su
negocio mejor que nosotros, aun cuando no fueran expertos como lo éramos
nosotros. Debíamos escuchar la visión
que tenían de ellos mismos y encontrar maneras para apoyar esa visión con
nuestra tecnología”.
La mayor parte de los ingresos de Inkling
provienen ahora de las licencias vendidas a las editoriales. “Hubo un cambio en el modelo del negocio
central donde pasamos de ser consumidores minoristas a vender licencias de software
para el negocio (las editoriales incluidas),” contaba McInnis.
Al
comienzo, mientras Inkling veía a las editoriales como un mal necesario, ahora
las ven como socios comerciales, y mientras conectaban a los estudiantes como
sus clientes ahora se dan cuenta de que el cliente es la editorial. “Pensábamos que éramos una empresa B -
C. En realidad somos una empresa B - B.”
Resultado final: Aun cuando a Inkling le tomó
tres años en adquirir el conocimiento necesario y en hacer cambios a la manera en
la que operaba su negocio, ahora sabe que para desarrollar una empresa innovadora
y exitosa, tienes que estar dispuesto a adoptar una nueva visión, una que
proviene de tu idea original. “Puedes tener la tecnología más “cool” pero si no
entiendes al cliente como corresponde a una empresa, aún lo estás haciendo mal.”
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