Ahora el Cardenal Cipriani
se reunió con Phillip Butters en su programa de radio.
Como siempre, este es
controvertido, no por el tema de conversación (a nadie le importa la
conversación de dos conservas operadores políticos) sino por el respaldo a una
persona que ha sido sacada de una radio, no por sus opiniones, eso hay que
tenerlo en claro, sino por difamar e insultar a personas a las cuales, a
algunas les ha pedido disculpas, a las propietarias de medios de comunicación
por ejemplo (a los niños de algunas familias) pero no a los hijos de los
ministros que ha mencionado, ni a la hija de Presidente, etc.
Sí ha dicho que eso
fue un error garrafal y eso está muy bien, pero hay que reiterar que no ha sido
sacado de Radio Capital por sus opiniones, sino por su conducta, que es algo
diferente. Fue muy fuerte lo que dijo, realmente grotesco.
Y eso denota una
actitud discriminadora, homofóbica, misógina que no es correcta en un medio de
comunicación.
Y ahora el Cardenal,
una semana después está sentado con él. Hay dos posibilidades, o es muy amigo
del Cardenal (porque el Cardenal nunca da entrevistas) o le está dando un
respaldo que no es el más indicado sobre todo en Cuaresma, donde hay que hacer
penitencia.
No hay que ir a
respaldar a una persona que ha ofendido a personas inocentes, como son los
niños de familias de los cuales ha dicho que tenían que estar en orgías y mil
obscenidades más.
Una cosa es opinar y otra cosa es difamar.
Ayer René
Gastelumendi ha mandado una carta a todos sus conocidos para demostrar que
Phillip Butters es un mentiroso, que lo ha acusado de ser un “mermelero” (en el
argot de los periodistas, quiere decir recibir plata a cambio de una opinión, o
hacer un reportaje a favor de alguien.)
En esa carta indica
que CUARTO PODER (no él) había recibido un premio el 2016 de IPYS cuando
Odebrecht no auspiciaba a nadie. Luego
ha pedido que la Cámara de Comercio de Lima, que también le dio un premio, le
aclare quienes son los auspiciadores del premio. Y la CCL responde con una
carta que Odebrecht no es auspiciador del premio.
Entonces, Phillip
Butters ha mentido una y otra vez y no le pide disculpas.
Eso es complicado.
Luego el Cardenal va
y se sienta junto a él.
Si el Cardenal, no
da entrevistas a nadie, que sea coherente con su actitud.
Es cierto que
Phillip Butters insulta sistemáticamente a todo el mundo que tenga algún
problema con el Cardenal, pero ser su defensor no lo hace ser su engreído,
menos después de haber tenido la conducta que ha tenido en los días pasados.
La marcha del sábado
no fue una marcha católica. La
Conferencia Episcopal del Perú, no ha dado su aval a esa marcha, no participa en
esa marcha, no tiene que ver nada con la Marcha por la Vida (25 marzo)
Es una marcha
convocada por pastores evangélicos que ni siquiera representan la totalidad de
los evangélicos del Perú, representan a una minoría.
Por eso en Lima
solamente fueron 25,000 personas, a nivel nacional 68,000. Después de un despliegue espectacular de
gigantografías, paneles, etc. Y
señalando mentiras como de lo que acusan al Presidente de “homosexualizar a los
niños”.
Eso es lo que avala
Phillip Butters y eso no es correcto. No se puede apoyar a una persona que ha
tenido una conducta indebida.
Hay gente que cree
que como tienen 80,000 personas que te escuchan no importa lo que haga, con tal
de que te escuchen. Y eso es una falta
ética. El rating no lo es todo.
Phillip Butters
tiene rating. Juan Carlos Tafur también
tenía y más que él. Ya no trabajará más
en Exitosa, absolutamente confirmado.
Porque Phillip Butters sistemáticamente ha acusado a su cuñado de ser
testaferro de Burga, lo cual es absolutamente falso y es un disparate.
Entonces, ¿por qué
va a sentarse al lado de una persona que insulta a su familia? Además, no
solamente la insulta, miente. Miente
sistemáticamente. La difamación sí es
delito en la constitución.
Hay que tener clara la explicación de las cosas para
formarse un juicio
Nadie lo ha
censurado por sus opiniones. Es más,
durante años (desde el 2008) a Phillip Butters lo han dejado decir lo que le ha
dado la gana. Ha insultado a medio
mundo.
Marco Sifuentes sí
le puso una denuncia en la Comisión de Ética de la Sociedad de Radio y
Televisión y él tuvo que rectificar y Capital tuvo que pagar una indemnización.
Sí se puede combatir
la difamación a través de esos comités que él detesta, obviamente porque son los
que le ponen sanciones.
Su conducta no es la
conducta que el público quiere ni que las marcas quieren, por supuesto, y no lo
quieren auspiciar. Pero Radio Capital creó
ese monstruo. Nadie le dijo durante
todos eso años que no podía difamar al prójimo.
En cuanto a la publicidad
que se retiró, la familia Capuñay no tendrá ningún problema. Esta familia tiene otro esquema de negocio. La radio Karibeña es la radio más fuerte de Lima
y vive más de las fiestas que organiza, que del auspicio. Hacen fiestas todos los días y todos los fines
de semana y en esas fiestas se cobra la entrada, se sirve mucha cerveza, etc.
Otro negocio de la familia
Capuñay es una imprenta, son imprenteros.
Es decir, tienen otros negocios, no sólo la radio.
De tal manera que, si
tiene mucho o poco rating, les da lo mismo. Viven de otras cosas. Pero tienen un actor político más afin a sus necesidades
y eso es lo que han buscado con Phillip Butters.
El problema con Phillip
Butters es que no acepta que difama,
Y como no tiene freno
y no tiene límites, le pasan estas cosas.
Para Phillip Butters,
el único problema es que no le van a pagar.
En Exitosa pagan, tarde,
mal y nunca. Es imposible hacer una planificación
familiar.
Otra perla de Phillip
Butters es que él dice que lo ha censurado el Gobierno. Es terrible afirmar una cosa así… la soberbia
no es buena consejera.
La culpa la tiene la
misma familia Delgado que le permitió hacer lo que le dio la gana, por mucho
tiempo, ofendiendo a mucha gente. Y como
nunca le pusieron un freno, le ha pasado lo que le ha pasado.
El gobierno no tiene
ningún interés en el programa de Phillip Butters que escuchan 60,000 personas. Cero interés en censurarlo. El que se censuró, fue él que dijo cosas realmente
horribles sobre los hijos de muchas personas. Y eso no es correcto.
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