El congresista
Alberto De Belaúnde tuvo la iniciativa de solicitar al congreso una comisión
investigadora sobre los abusos cometidos dentro del Sodalicio, una organización
religiosa que tiene casi más de 40 años en el Perú.
Se aseguró que sea
multipartidaria y consiguió 20 firmas para la moción. Parecía interesante, no
porque se fuera a judicializar a nadie, sino porque eso podría abrir una
ventana de oportunidad para hacer recomendaciones legislativas al respecto.
Esto a raíz de
varios informes que se prepararon tanto al interior del propio Sodalicio como
por el libro de Pedro Salinas y Paola Ugaz (Mitad monjes Mitad soldados) más la
ampliación del libro.
Lamentablemente, la
Fiscalía archivó en primera instancia (ahora está en la apelación) una denuncia
interpuesta por 5 ex miembros del Sodalicio solicitando que se investigue
criminalmente a la organización y a algunas personas por conductas
delictivas. Porque no solamente se trató
de abuso sexual, se trató de secuestro, servidumbre, esclavitud, es decir, una
serie de delitos no conexos pero si anexos de lo que pasó en esta institución.
En el Consejo
Directivo del Congreso tenía que votarse si la moción se iba a ver en el Pleno
o no. No la ha votado el Pleno. Sólo el
Consejo Directivo, es mucho menos gente, pero también están proporcionalmente
representadas las bancadas y hay obviamente más fujimoristas.
A la hora de votar,
unos se abstuvieron, otros se pararon y se fueron pero el asunto es que la
bancada fujimorista no votó a favor, con lo cual se archivó la moción. No pasó al pleno y nunca más se iba a votar
en el Congreso.
¿Cómo puede ser que
un grupo de congresistas fujimoristas marche en el “con mis hijos no te metas”
y justamente a los que se metieron con
los hijos de alguien, no hay que tocarlos?
Aparentemente, Keiko
Fujimori dio la orden de proteger a Figari el abusador señalado por varios ex
Sodálites como la persona que abusó sexual y psicológicamente de varios
miembros del Sodalicio.
El asunto es
bastante más complejo.
Esta no es una pelea
de Kenji contra Keiko. En el twitt de
Kenji se repite “Figari” dos veces y no es casualidad.
El problema es el
asesor de Keiko Fujimori, su mano derecha, izquierda, el que le escribe sus
discursos, miembro del círculo íntimo: Pierre Figari.
Pierre Figari, dicen
que reza con Ana Vega. Los dos, él y Ana
Vega trabajan codo a codo. Es la persona
encargada, desde la instalación del congreso, de llamar a los congresistas y
decirles cómo votar.
Ana Vega y Pierre
Figari le dicen a los congresistas “por si acaso de parte de Keiko, votar así”
Un sacerdote del
Sodalicio, Juan Mendoza Figari, es primo hermano de Pierre Figari, que ha
asistido al Congreso con Alessandro Moroni (Jefe de Sodalicio en el Perú) a
conversar con algunos miembros del Congreso.
Uno de esos
congresistas que lo recibieron, fue el Congresista Salaverry a quien le
hicieron ver la inconveniencia de esta comisión por tres razones:
1.- El lobby
gay. Alberto De Belaúnde representa el
lobby gay. (Absolutamente absurdo)
2.- Se iba a afectar
el Concordato (¿cómo puedes afectar un tratado de 1979 con una investigación
sobre un hecho cierto y real que afecta la vida de los peruanos que es un tema
absolutamente civil?)
3.- Que esto no le
iba a gustar a Monseñor Cipriani, porque Keiko Fujimori era muy amiga de
Monseñor Cipriani y él los apoyaba. Han
tomado el nombre de Monseñor Cipriani en estas conversaciones.
Entonces los han
escuchado. Pero la mayoría estaban absolutamente
a favor de formar la comisión.
Lourdes Alcorta y Úrsula
Letona estaban convencidas de que tenía que hacerse la investigación. Se habían comprometido.
Pero a la hora de la
hora los que estaban en Consejo Directivo recibieron una llamada de Pierre Figari,
de parte de Keiko Fujimori diciendo que tenían que votar en contra.
Lo curioso es que
Keiko Fujimori no le había dado la orden de que dijera eso. Pierre Figari ha
tomado el nombre de Keiko Fujimori para decirles a los congresistas que tenían
que votar en contra. De otro modo, no le hubieran hecho caso.
Ellos siempre la han
obedecido. Es la primera vez que actúa sin obedecer a Keiko Fujimori, lo cual
puede generar un terremoto porque hay dos problemas, el primero es que si vuelve
a llamar Figari, ya no le van a creer porque no van a saber si es verdad o no,
pierde toda credibilidad. Segundo, ¿cómo
puede haber desobedecido a su propia jefa?
Keiko Fujimori no ha
dicho una sola palabra.
Están queriendo
hacer creer que alguien de la bancada ha traicionado la voluntad de Keiko
Fujimori. No. Se mueren de miedo. Le tienen terror.
Entonces, que no le
echen la culpa agente de la bancada. Evidentemente, dándose cuenta de lo que ha
pasado, se reconsidera.
Como Fujimori ha
dicho que esto es nauseabundo, el grupo parlamentario anunció que lo volverá a evaluar
e iban a formar una comisión investigadora.
Pero el problema ha
sido el lobby del secretario personal de Keiko Fujimori que es primo hermano de
un sacerdote del Sodalicio, que además le consiguió si las para los miembros de
la bancada para que lo puedan escuchar y atender aunque con argumentos
deleznables sobre un tema que es de preocupación pública.
Tiene que ir a
legislativo porque una comisión investigadora no sólo sirve para conocer la
verdad, porque finalmente hay una verdad procesal que se conoce en el poder
judicial, y en esa materia, al contrario, las comisiones investigadoras hacen
poco.
Eso era lo que decía
el Sr. Galarreta ayer en la mañana “las comisiones investigadoras no sirven
para nada, no vamos a investigar todos los abusos sexuales que existen en el
Perú”.
Al contrario, sí
deberían aprovechar de abrir una comisión especial para investigar todos los
casos de violación en organizaciones.
Esto es importante
porque el congreso tiene como principal función legislar. De esta investigación
va a surgir la información suficiente para entender que hay un vacío
legislativo.
El vacío legislativo
es el siguiente:
Un niño violado de
8, 9, ó 10 años no puede denunciar.
Primero porque tendría que hacerlo a través de sus Padres y segundo
porque está muerto de miedo y tercero porque la subordinación psicológica de un
niño a un sacerdote, a un maestro, a un tío, a un superior a él es brutal, no
puede revelarse contra una persona que debe amar y respetar.
Ese chico llega a
los 18 años y el delito ya prescribió. Como dijera Augusto Álvarez que fácil es
ser un pedófilo en el Perú.
El caso Borea Odría,
es un buen ejemplo. Los agraviados ahora
tienen en 30 y 35 años. No fueron
violados, pero sí hubo ofensas contra el pudor (así se llama el delito en el
código penal). Ese delito tiene como
pena máxima 6 años.
Obviamente, desde
los hechos (cuando los niños tenían 8, 9 ó 10 años) a la fecha ese delito ya
prescribió. Todo está prescrito en este
caso. La sanción administrativa se ha dado, retirándole las Palmas
Magisteriales y echándolo de la institución.
Pero sanciones penales, no pueden haber.
En otros países, la
prescripción no corre hasta que el agraviado es adulto. La prescripción
comienza a correr cuando el agraviado está en capacidad de hablar.
De repente a los 18
años podría discutirse si es una edad en la que la persona puede denunciar lo
que le pasó. Se podría decir que no porque tiene un trauma. Podría establecerse
en límite de 25 o 30 años. La prescripción corre después de esa edad, es decir,
los 30 años.
Entonces, eso
permite que el agraviado niño, ya adulto, pueda fácilmente alegar que el plazo
de prescripción de su caso corre a partir de tener la mayoría de edad y poder
denunciar. Y lo que es más importante,
el violador iría preso.
En Estados Unidos,
violación de niños no tiene prescripción, porque se asume que el niño no puede
denunciarlo. Porque tiene miedo. Si no tiene la capacidad de ejercicio como el
Estado le va a reconocer la capacidad de enfrentar a su entorno.
En una comisión de
este tipo, se pueden escuchar testimonios, escuchando a especialistas, etc.
puede llegar a la conclusión de que tal vez los 18 años no sea la edad, sino
25, porque a los 18 no tienes la madurez necesaria para enfrentar tu entorno,
aún vive con sus padres, porque pertenece a una organización religiosa, etc.
En caso Sodalicio,
las denuncias son de personas que ya tienen más de 30 años. Por lo que se ve,
la edad promedio para hablar es entre los 30 y 40 años.
¿Cómo no va a ser
una oportunidad para discutir esto?
Estas comisiones no
sirven para perseguir a violadores, corruptos, sirven para legislar con
competencia en un asunto gravísimo que es que los pedófilos en el Perú se la
llevan de alivio, porque como agarran a estos chicos muy pequeños, no hay forma
de hablarlo y hasta que estos chicos van a un psiquiatra y se dan cuenta de lo
que les pasó, lo hablan o conversan con otros, se dan cuenta que otros vivieron
lo mismo que ellos, ya tienen 35 años.
¿Qué haces con un
chico que denuncia que el Sr. Figari lo violó en el año 1976 y estamos en el
año 2017, 40 años después?
Esto no solamente
incluiría las violaciones dentro de la institucionalidad, si no las violaciones
en el entorno más íntimo que son las más comunes.
Un asunto que se
puede hacer es definir que la prescripción a debe correr a partir de que la
víctima es capaz de poder denunciar por sí misma y eso tiene que ocurrir en
algún momento de su desarrollo y esta comisión puede ayudar a definirlo.
Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=ApNtXIhp6gc (Programa: "A pensar más" con Rosa María Palacios)
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