Terrorismo, nunca más! – 2017-03-01
Ayer, se ha iniciado
un nuevo proceso contra el senderismo.
Contra la cúpula senderista y hemos podido ver a Abimael Guzmán, Elena
Iparraguirre y a otras personas ya mayores. Hay jóvenes que pueden creer que
son unos viejitos que están en la cárcel y que como ya pasaron 25 años desde el
atentado de Tarata deberían irse a su casa, total esos viejitos no le van a
hacer daño a nadie.
Si hay jóvenes que
piensan así, hay que decirles que estas personas nos arruinaron la vida. La
gente de 40 años para arriba, fuimos una generación que, a diferencia de los
jóvenes de ahora, no podíamos viajar al interior del país, no había forma,
porque si lo hacíamos los senderistas nos bajaban del bus o el ejército y en
ambas situaciones se estaba en un peligro latente gravísimo.
Esa fue nuestra
juventud, Sendero Luminoso mató a miles de peruanos, y miles de peruanos
murieron indirectamente por su causa porque al entrar el Ejército a reprimir a
Sendero Luminoso y al no distinguir la paja del trigo, simplemente arrasó e
hizo política de tierra arrasada lamentablemente en muchos lugares.
Estos son los
rostros del mal, los rostros que debe recordar toda la Nación, los rostros que
todo joven debe identificar, estos no merecen libertad. Quienes estamos en
contra de la pena de muerte, pensamos que estas personas no merecen libertad
porque son capaces de volverlo a hacer, no están arrepentidos absolutamente de
nada. Repito, lo volverían a hacer.
Se creen presos
políticos. Piden un acuerdo de paz como
si fueran beligerantes, cuando son delincuentes comunes, terroristas. En el
Perú no hay ningún preso político.
Estas personas eran
quienes dentro de una ideología demencial querían someter al Perú a un baño de
sangre. Esa era la ideología de Sendero Luminoso, llegar al poder a través de
un baño de sangre, a través de ríos de sangre y en parte lo lograron.
Y si finalmente
cayeron derrotados fue por un trabajo de inteligencia que duró años, que no se
puede atribuir a una sola persona, sino a un equipo muy grande que logró
identificar a la cúpula. Identificada la
cúpula y presa la cúpula el terrorismo cesó. No desapareció por completo pero
cesó, bajó su intensidad poco a poco hasta tener los remanentes de hoy día en
el VRAEM que están más vinculados al narcotráfico que al terrorismo.
El discurso
ideológico ya desfasado para ese entonces incluso del mundo de Abimael Guzmán
terminó siendo francamente ridículo a comparación con el progreso que el Perú
ha obtenido.
Y aún no hay indicio
de arrepentimiento en esta gente.
Por otro lado, hay
un tema de justicia con los muertos, con los deudos que merecen conocer toda la
verdad en todos los casos posibles y hay una lección ejemplificadora. A veces
el proceso penal es una oportunidad educativa, es decir, que los jóvenes del
Perú vean quiénes fueron los responsables del retraso del país durante 15 años,
contra quienes tuvimos que luchar mientras que éramos des-gobernados dentro de
una hiperinflación.
Nuestra juventud fue
muy dura y era realmente como una especie de guerra y luego como una especie de
post guerra, es decir, con escasez, con muy pocas cosas materiales que
disfrutar y con muy pocas posibilidades de espacios públicos.
Ahora hay unas
alternativas de espacios públicos que nosotros no tuvimos porque
lamentablemente era muy peligroso. Era
peligroso ir a Chosica a pasar el día. Cuando gente de mi generación decimos
algo así, no estamos exagerando. Porque la noche que regresábamos, estaban
detonando una torre de alta tensión. Eso
sucedía todos los días. Tampoco, podíamos ir a un cine en el centro de Lima,
porque podía estallar un coche bomba en cualquier parte.
En esa época era
dramático porque no existían los celulares, entonces no podías avisar, tenías
que correr a buscar un teléfono donde sea y llamar a tu familia para que no
creyeran que estabas muerto.
Eso es Sendero
Luminoso. Miles de muertos, la mayoría
los más pobres del Perú, quechua hablantes, andinos, mujeres, niños, esa gente
no tuvo misericordia con nadie.
Debemos tener en
claro que estamos hablando de uno de los fenómenos de terror más sanguinarios
de la historia del mundo. Estas personas, esos “viejitos” que salen en
televisión, no son unos pobres viejitos, son el cerebro de una operación de
maldad sin precedentes en la historia del Perú. Estas personas tienen que estar
en la cárcel de por vida porque no tienen arrepentimiento alguno. Son como los
fanáticos religiosos, pero estos son fanáticos ideológicos y tienen un culto a
la personalidad de Abimael Guzmán como si fuera un presidente de algo y así lo
llamaban en esa época.
No olvidar.
Terrorismo nunca más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario