sábado, 26 de noviembre de 2011

PAROS, LOS DE MIS TIEMPOS

Leo las noticias: “Cajamarca inició en calma su tercer día de paro contra el proyecto Conga”.  La noticia muestra una foto panorámica de la plaza de armas con poca gente circulando por sus alrededores. 

Escuchando las noticias puedo deducir que los paros del siglo XXI son tan “organizados” que hasta tienen un horario.  Y es así: durante todo el día, no hay comercio ni gente tranquila en las calles, pero a partir de las cuatro o cinco de la tarde, las calles se despejan, los negocios abren y la vida continúa.  ¡Está bien hacer bochinche, pero de algo hay que comer!!.  Cuando llega el fin de semana, se bajan los decibeles y la cosa cambia, pues hay que tomase su descanso como corresponde y el Domingo a santificar las fiestas!!.

Recuerdo cuando era pequeña, aún en el colegio; cuando había paro … era de verdad!.  Las marchas, eran marchas aunque no se tuviera muy en claro adonde ir. 

Recuerdo que una vez tuvimos que regresarnos a pie desde el colegio hasta nuestras casas porque no había transporte público y no teníamos ni un solo RIN para llamar a casa.

En estos días eso hubiera sido inconcebible, pero en aquella época no lo era tanto puesto que no existía internet, ni cable, ni celular, ni twitter, ni Facebook, ni blackberry y sólo teníamos cinco canales de señal abierta que nadie veía porque la programación era malísima, peor que la de ahora, salvo el programa del Chavo del 8 que siempre la rompió. 

Para mi mala suerte, mis papás eran “ratas de biblioteca full-time”, así que poco les importaba lo que sucedía o dejaba de suceder en el país fuera de sus libros, ya que sin interesar lo que pasara, estaban convencidos que no haría ninguna diferencia para la clase media pobre de aquellos tiempos.

Si no teníamos el talán de una tía politiquera, progre y bien informada, de ésas que no faltan en la familia (en lo que creo estoy convirtiéndome yo), que era algo así como el ojo que todo lo ve y que todo lo sabe o del vecino con algún contacto en las entrañas del gobierno, las novedades pasaban desapercibidas por parte del grosor de la población.

Con un poco de suerte, suspendían las clases.  De manera que cuando había paro, era paro!!!. Nos tomaba por real sorpresa y casi siempre tenían gran éxito.

Ahora hasta eso ha cambiado, las marchas ya ni sienten, creo que son más efectivas las denominadas “portátiles”, cuatro gatos, con cartulinas garabateadas y con buenos pulmones, vociferando el consabido: “¡Fulano, amigo, el pueblo está contigo!!!”, inventado si más no recuerdo en el siglo pasado durante la primera visita de Juan Pablo II a nuestro país.

En el Perú, la originalidad sólo se da en la cocina.

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