Alejandro Toledo quedó segundo en las elecciones del 2000; ganó en el 2001. Alan García quedó segundo en las elecciones del 2001; ganó las del 2006. Ollanta Humala quedó segundo en las elecciones del 2006; ganó, como sabemos, en las elecciones generales del 2011.
Esta secuencia, como en un juego de lógica, ha llevado a muchos a conjeturar que quien ganará las elecciones del 2016 será quien quedó segunda en las elecciones del 2011: Keiko Fujimori. Es una forma de verlo: si salió el sol antes de ayer, ayer y hoy, saldrá mañana. Desde un punto de vista formal, es lo que en lógica (una de las ramas de la filosofía) llamamos inducción: ir de observaciones particulares a leyes generales.
El razonamiento inductivo tiene, lamentablemente, una serie de limitaciones. Primero, siendo tan sencilla la prueba (señalar una serie de observaciones particulares) y por la forma como razonamos los humanos, nos invita a saltar a conclusiones. El segundo problema es el llamado “cisne negro”, que es –al final– el principal problema de esta lógica: en la antigua Europa, cuando se hablaba de algo imposible, se decía que era “un cisne negro”; todos los cisnes vistos en Europa eran blancos… ¡hasta que en 1697 un explorador europeo llamado Hesselsz observó un cisne negro! El pensador David Hume anotó, a partir de esto, lo siguiente: “Ningún número de observaciones de cisnes blancos nos permite inferir que todos los cisnes son blancos, pero la observación de un cisne negro nos basta para refutar dicha conclusión”. Aplicado a la inferencia electoral, que Toledo haya ganado en el 2001, García en el 2006 y Humala en el 2011 no garantiza nada.
Otra forma de pronosticar el 2016 sería a través de la oposición. A fines del fujimorismo, quien lideró la oposición fue Alejandro Toledo (Marcha de los Cuatro Suyos); Alan García lideró la oposición frente a Alejandro Toledo, y Ollanta Humala lideró la oposición ante Alan García. Este razonamiento, también inductivo, llevaría a considerar a Alan García como potencial ganador del 2016; para muchos, es quien representa a la oposición actualmente. ¿Cuál de estas dos lógicas tiene mayor sentido? La primera es como el eco, pero la segunda como el murmullo. Por supuesto, siempre puede aparecer un outsider u otro candidato que gane terreno y entierre todas estas suposiciones. Veamos qué depara el 2016.
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