No se puede pasar hoy por alto el horror y la pena. Charlie Hebdo es el nombre de una revista de caricaturas satíricas que se edita en Francia. Doce de sus periodistas fueron masacrados hoy por tres delincuentes terroristas que invocaban a Alá después de matar al director de la publicación y a cuatro de los mejores caricaturistas del semanario.
Según la prensa francesa, de los tres autores, dos son de nacionalidad francesa y pertenecen a grupos integristas musulmanes que operan en Europa y reclutan jóvenes migrantes atrapados entre dos mundos. ¿Cuál fue la razón del ataque? Las caricaturas satíricas contra Mahoma que publicó la revista en una Francia libre, que tiene con la libertad de prensa un respeto institucional incuestionable.
La revista había recibido varios ataques graves y amenazas, pero siguieron haciendo lo que debían hacer y lo único que puede hacer un periodista. Mirar el mundo con libertad, encontrar un ángulo para contar una historia en una o más viñetas y lograr al menos una sonrisa del lector, o una reflexión, o hasta cólera. Cualquier emoción vale y es un triunfo del buen caricaturista lograrla.
Soy católica y puedo tolerar sátiras a mi religión como puedo reprobar alguna por ser ofensiva. Pero eso no me da derecho a quitar la vida a quien hace una viñeta que no me gusta. En el Islam sucede lo mismo. Los musulmanes no admiten el crimen. Estos actos no representan el mandato de amor y fraternidad del Islam y así lo han denunciado los líderes de la comunidad musulmana en Francia.
Quienes, en nombre de Dios o de Alá, le quitan la vida a un periodista solo representan la cara del odio a la libertad de prensa. Un odio que no puede ser pasado por alto porque existe. Las autoridades policiales francesas atraparán a los delincuentes y estos serán sometidos a juicios y condenados por sus crímenes horrendos. Pero el problema es que estas células terroristas no se agotan en este acto de horror. Hay muchas más, sembradas en toda Europa para crear ese estado de zozobra y pánico que crea el terrorismo. El costo policial de identificarlas y prevenir los ataques es enorme.
Mientras tanto los medios no pueden callar. Ese es el homenaje a los caídos por la libertad. El horror no vencerá jamás.
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