¿De dónde sale la inspiración?

Por Jose Salgado – que también ha escrito 237 posts en Tatxe.

Creo que tengo blog desde el año 2000 y de una forma más o menos constante he ido actualizando el blog. La ventaja que tenía antes era que el blog era realmente personal, escribía de lo que más me apetecía en cada momento y podía disertar sobre las redes sociales o porqué los ángeles celestiales suelen ir en parejas.

Desde hace unos cuatro meses opté por dejar de escribir temas personales en el blog y darle un enfoque más profesional, o como mínimo, más serio. Los motivos eran varios y no vienen al caso. La cuestión es desde ese día más o menos me obligue a mi mismo a actualizarlo una vez al día.

Si ya antes, cuando escribía lo que me apetecía, era complicado mantener un cierto ritmo constante, es bastante complicado hacerlo con temas más profesionales. Yo no vivo de escribir, es una simple afición, mi trabajo está en otros lares así que no dispongo de todo el día para darle vueltas a temas para escribir, sino que una vez que tengo esa pequeña ventana de tiempo para darle a las teclas, tengo que ir al turrón. Como suele pasar la mayoría de las veces, uno no abre el programa de turno y se pone a escribir tan ricamente. El proceso no es tan directo, antes de hablar de algo tienes que haberte empapado de información, de noticias, de anécdotas, de cualquier tipo de información que puedas usar de abono para que tu historia crezca.

Yo tengo la costumbre, tanto por manía personal como necesidad profesional, leer bastantes periódicos. También tengo un listado ingente de blogs en mi lector de RSS, y además estoy mirando cada dos por tres el Twitter, bueno, cada dos por tres no, cuando estoy en el autobús. Normalmente y si los dioses son propicios, con toda esta mezcla de información, y no solo la que lees cada día, sino las piezas que consigues conectar a lo largo del tiempo, pueden ser suficiente como para empezar a escribir.

Como no siempre puedes tener historias, o conectar historias, has de recurrir a las notas. Guardo notas sobre temas que me gustaría escribir por si un día me quedo absolutamente en blanco y no se viene a la mente nada interesante que decir. En esos días, sólo has repasar los temas pendientes y buscar cual te interesa más. Luego buscas un poco más de información, la lees, te tomas un café para reposar todo lo que has leído, y entonces te puedes lanzar a escribir.
En todo caso, creo que la inspiración se basa más en incorporar información a tu vida propia, ya sean experiencias, lecturas, noticias, tertulias, que un proceso divino y místico que te ilumina. Puede que escribas muy bien, o como yo, que seas medio disléxico y sea un suplicio leerme, pero sino te has preocupado por cultivarte, no podrás transmitir nada.

Otro punto fundamental a la hora de escribir es que te diviertas, que le des tu toque personal. Esta bien intentar imitar a alguien durante un tiempo, pero es mucho más interesante encontrar tu propia voz y decirlo con tus propias palabras. A mi me encanta Eduardo Mendoza, pero no le llego ni a la sombra de los talones y por mucho que intente darle ese toque que tiene, no lo voy a conseguir. Es más fácil y más gratificante usar tus propias palabras, tanto para ti como para los insensatos que puedan llegar a leerte.

Quizás es por esto que nunca me han gustado los blogs corporativos, no niego que aporten cierto grado de información, pero son tan fríos e impersonales que no me transmiten nada, es como leer la hoja de especificaciones del frigorífico. Un montón de datos, problablemente ciertos, pero tan aburridos que en algunos países lo recetan como eficaz somnífero.

En resumidas cuentas, si te gusta escribir lo primero que has de hacer es cultivarte y luego contarlo con tus propias palabras. Y recuerda que si tu no te diviertes, los que te leen tampoco se divertirán.

Desde hace tanto tiempo sumergido en este mundo de ceros y unos que no puedo dejar de fascinarme cuando en el fondo, al final son personas las que están al otro lado del monitor (ahora tablet o smartphones).