Lo que tenía que suceder, sucedió. Alejandro Toledo ya tiene 18 meses de
prisión preventiva a partir de su captura ordenada por el juez Carhuancho, que demoró mucho en decir tratándose de un caso tan redondo como este y teniendo en cuenta que la audiencia había sido citada a las 4:00 p.m.
El abogado de Alejandro Toledo participó, habló y todo lo demás, no puede alegarse que no ha habido
un debido proceso, ni garantías ni nada de eso. Como el día de hoy lo manifestó otro abogado de Toledo (sí, otro) que indicó no haber garantías y muchas otras cosas más por la insólita razón de que no permitieron la presencia de más defensores en la audiencia junto con Heriberto Benitez. Es decir, su patrocinado está a punto de "comerse" 20 años en "cana" y tu mejor defensa es que no te dejaron ir???
En fin, Benitez hizo los argumentos que creyó suficientes pero fueron desestimados porque no tenían
ningún sentido, ante los argumentos monolíticos del fiscal Hamilton Castro, que no tenían vuelta de hoja. El fiscal Castro dijo que los presidentes pueden solicitar que les revisen sus cuentas personales las veces que quieran, pero todos sabemos que no funciona así, y lo dijo muy bien.
La corrupción funciona con testaferros. Testaferros de todo pelambre, de todo origen, de toda nacionalidad, pobres, ricos, solapas, no tan solapas, parientes, pero
todos son testaferros.
Al político de gran notoriedad no se le va a encontrar nada jamás, pero
eso no significa que no sea un corrupto. Y en este caso, no significa que no se le pueda investigar, porque tiene que ser investigado rápidamente en un proceso justo y
que va a empezar muy pronto. En este caso, el fiscal Hamilton Castro, tiene la parte
probatoria casi lista. Se podrán añadir
nuevos hechos en la medida que se encuentren nuevas cuentas o nuevos depósitos.
Hasta ahora, según Jorge Barata, son 20 millones de dólares, sólo se han rastreado 9, faltan 11.
Los puede seguir rastreando durante el proceso. Lo que importa es que es lo
que va a haceer Alejandro Toledo. Porque las cosas que ha hecho como litigante son bastante
tontas.
La primera es nombrar a un abogado que no era el indicado. Heriberto
Benitez tiene problemas de imagen pública bastante graves, él lo sabe, se le ha
vinculado con Orellana, con Alvarez en Ancash y muchas otras cosas más. No era
la persona indicada, aparentemente se ofreció (no había otro mejor) y lo
tomaron.
Lanzó una serie de adjetivos que no tenían mucho sentido. La tesis de
la venganza es una tesis absurda. El “taleonismo” judicial no existe. Benitez lo repitió a los periodistas y reporteros como diecisiete veces al salir de la audiencia, no causó más que risa en las redes sociales.
La
democracia no admite ese tipo de justicia, como si fuera exactamente retributiva, tú me
haces yo te hago, no. Se establece un sistema judicial valorando otras cosas con
éxito, pruebas, etc. De modo que eso es totalmente falso. No se puede decir que Alejandro Toledo no va a ser juzgado en un
proceso justo si no en un proceso vengativo. No. Hay 20 millones de dólares
pagados solo por Odebrecht y falta ver lo que pagó Camargo Correa, a él y a
otras personas. Esos son los hechos.
Aquí no hay ninguna venganza, aquí lo que hay es justicia. Si un Presidente roba tiene que ir a la cárcel. Ya tenemos uno que robó y está
en la cárcel. Si Alejandro Toledo roba tiene que ir a la cárcel.
Este no es el fin del liberalismo ni de la democracia. Corruptos hay en
todos los esquemas ideológicos, eso no tiene nada que ver, nada tiene que ver
una cosa con la otra. Así como hay sacerdotes pecadores, hay políticos de
derecha, de izquierda, de centro, de arriba, de abajo, todos tienen la
potencialidad de hacer el mal, porque todos nosotros los seres humanos tenemos
la potencialidad de hacer el mal, no importa nuestra ideología, no hay
ideología que no sea impermeable a la corrupción, ojalá hubiera, la
aceptaríamos, pero no la hay.
No es un problema de izquierdas o de derechas, es un problema de
hombres, de empresas privadas corruptas (que son parte de la cadena importante,
en este caso central, de la corrupción que es traída al Perú y que se ejerce dentro de un
esquema corrupto de compra y venta de funcionarios) y de instituciones débiles que no detectan esto a
tiempo.
Esto sólo se vence con más democracia.
Lo que está venciendo a la corrupción en el Perú ha sido la delación en
otros países y la democracia en otros países que ha permitido tener en Brasil
un sistema judicial sólido. Si Brasil no hubiera tenido un sistema judicial
sólido no hubieran podido juzgar a nadie y por lo tanto las delaciones no
hubieran llegado a toda Latinoamérica. Tenemos que agradecer que allá, a pesar
de toda la corrupción, la democracia en Brasil preservó su sistema
judicial. Nosotros tenemos que preservar el nuestro al máximo, porque eso es lo
que nos va a permitir juzgar a los corruptos.
¿De qué manera?
Con algo que se llama separación de poderes. Es la base de toda
democracia. Nadie tiene el poder absoluto. No queremos monarcas. Queremos
demócratas. Queremos democracia. Esto quiere decir el gobierno del pueblo. Y el pueblo
divide el poder, le da un poco de poder al Presidente, un poco de poder al
congreso y un poco de poder al poder judicial.
El poder judicial dice muchas veces que lo que está haciendo el poder
legislativo (el congreso) es inconstitucional.
El poder legislativo puede
decirle al poder ejecutivo que no puede hacer
ciertas cosas.
Y a su vez, el poder ejecutivo puede hacer que el poder
legislativo no haga determinadas cosas observando sus leyes.
Pero también, en esos tres poderes, hay que introducir mecanismos de
transparencia que son muy importantes como la Declaración de Intereses que la comisión de integridad ha presentado junto con una lista de medidas importantes.
Esta declaración no es más que la transparencia en los intereses de los altos
funcionarios del Estado. Todo el gabinete ha presentado su declaración de intereses.
Donde figuran sus trabajos anteriores, sus familiares, a donde trabajan, etc.
Esto es un avance importante. Lamentablemente, en sociedades endogámicas como la nuestra, ese tema va a resultar interesante porque tendemos a favorecer a nuestra familia, nuestros amigos, clan y tribu.
Sin embargo, aun habiendo tenido este mecanismo, hubiera sido imposible detectar lo de Toledo. Imposible. Todo el mundo dice que nadie
se dio cuenta. Pero los periodistas persiguieron a los hermanos, sacaron a la luz el tema de
las firmas falsas, el caso de la offshore Blue Bay con César Almeyda, etc. Todo eso fue perseguido y expuesto a la opinión pública.
Pero nunca una coima negociada directamente entre Alejandro Toledo, probablemente su esposa que tiene conocimiento de todo esto y es banquera, Maiman que es el
contacto con él y Avi Dan On que era el lleva y trae, más otros personajes vinculados al entorno de
Maiman.
¿Cómo detectar esto en el Perú si todo sucedió fuera?
Lo importante es que tarde o temprano la plata se gasta. Si Toledo no
hubiera gastado el dinero no nos hubiéramos enterado de la primera parte que
comienza en el año 2013. Y si la delación no hubiera venido por Odebrecht tampoco
lo hubiéramos sabido. Era muy difícil saberlo. Pero se trata de tipos muy confiados, que
creen que la hicieron linda y se chocan con un dura realidad que lo único que demuestra es que fueron unos tremendos sinvergüenzas que probablemente terminen en la cárcel.
Toledo no va a regresar al Perú. Lo cual no es lo más recomendable. En estos momentos, no
tiene ningún apoyo popular. La mayoría de peruanos cree que Alejandro Toledo
es un ladrón y que merece ir a la cárcel por ladrón donde están todos los
ladrones. Recibir sobornos por una carretera que después triplica su costo es
robarle al pueblo. Entonces simple y llanamente tiene que ir a la cárcel porque
es el lugar que le corresponde a los ladrones. La pena que puede recibir dependerá si es que el lavado de activos es
un delito que se considera como fundamental. Tiene 20 años de condena. Estamos
hablando de un hombre que puede morir en cárcel así como Alberto Fujimori.
Pero estos casos tienen que ser ejemplares. Porque se le da una lección a la
sociedad. Una sociedad que tiene dos presidentes en prisión es una sociedad
corrupta, sí. Pero que castiga a sus corruptos. Y ojalá fueran tres o cuatro, varios alcaldes y varios gobernadores que están siendo acusados por haber hecho
negocios en distintos puntos del país. Eso está siendo descuidado, hay protestas
populares al interior del país, donde la gente sabe que sus autoridades han negociado con estas empresas y no están viendo justicia.
Si Alejandro Toledo fuera realmente inteligente, debería entregarse,
hacer una confesión sincera y pedir un juicio anticipado. Eso le rebajaría la
condena incluso bajo el mínimo de ley, es decir, el mínimo de ley para lavado
es diez, podrían darle ocho. Eso es si se entrega, confiesa, se arrepiente,
devuelve el dinero, y paga la reparación civil. Eso es lo que tiene que hacer.
Así como hizo Alberto Fujimori con todos sus delitos de corrupción. Allanarse.
Y le pusieron en vez de ocho años que era la máxima, le pusieron siete. Claro,
no tenía lavado.
Alejandro Toledo no tiene nada, está a punto de perder todo. En algún momento todo se va a incautar para pagar la reparación civil. Es probable que pase a la
indigencia. Todo lo que ha conseguido y acumulado en su vida lo va a perder por
querer más. No hay honor más grande que ser Presidente del Perú, una persona que
traiciona ese honor está traicionando la confianza y la buena fe de todos los
peruanos. Tiene que ser castigado con el máximo de ley.
Alejandro Toledo ha traicionado la confianza de personas honorables que
trabajaron con él y en el ánimo de restituir la democracia en el Perú y que no
pueden ser, en estos momentos, juzgadas ni atacadas por nadie.
Nadie de los que estuvieron en las calles tratando de restaurar la
democracia se arrepiente de nada. No fue un apoyo a Alejandro Toledo fue un
apoyo a la democracia. El tenía la tarea gigantesca de crear un verdadero sistema republicano de gobierno y traicionó eso también. Y tan complicado fue que cuando llegó al poder, él y sus
ministros se molestaban mucho cuando los criticaban. Mientras el presidente estaba enredado en sus escandaletes. Decían que no los estaban "apoyando". De lo que no se daban cuenta, es que nadie los estaba apoyando a ellos. Se estaba apoyando a la
democracia, la separación de poderes, la libertad de prensa, los derechos
humanos, las libertades fundamentales, etc.
Hay que tener mucha atención a esto porque si no se va a entregar, el Estado debe buscarlo por el mundo entero. Afortunadamente para nosotros y lamentablemente para Alejandro Toledo
los países no quieren presidentes corruptos, es lógico que los expulsen.
Probablemente ni siquiera sea necesaria una extradición. Ya nadie le va a creer
esta vez el cuento. Porque Toledo es un gran cuentista. Toda las becas que ha
ganado, las ha ganado contando cuentos.
El pueblo no tienen la culpa de la elección. En ese momento
con la información que se tenía, el pueblo eligió lo mejor que podía. Se debe
ser más acucioso, sí, siempre. Pero los hechos por los cuales se le está condenando suceden
después de ser elegido, no antes. Era imposible que uno pudiera elegir, porque
estos hechos no habían sucedido. Más bien cuando se está yendo del poder en el
año 2004 es cuando le entra la angurria y entra en pánico porque vio que en el
año 2006 se iba a ir misio y sin plata. Fue tal la angurria de Toledo que le cobraba a Palacio de Gobierno hasta los calzoncillos porque no gastaba un sol de la suya, costumbre un poco rara pero en fin. Osea, el floro de tener una carretera que uniera al Brasil con el Perú y el mundo, eran patrañas.
En realidad, era un gran conchudo. Siempre fue un mentiroso. Y ahora, resultó ladrón.
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