22 de julio de 2014 • 19:27 • actualizado a las 19:36
Fuente: Terra
La depresión es una enfermedad que no conoce raza, edad o género. El suicidio del defensa alemán Andreas Biermann, de 33 años, es prueba de que incluso las figuras del deporte, una actividad altamente recomendada para combatir la depresión, pueden perder la batalla.
El mundo del deporte se vio conmocionado en 2011 tras el suicidio del portero alemán Robert Enke, que perdía así su lucha contra la depresión. Hoy el fútbol vuelve a encontrarse de luto tras darse a conocer el suicidio del defensa Andreas Biermann, a los 33 años. Un hecho terrible pero anunciado: el jugador del club Spandauer Kickers ya había atentado contra su vida en tres ocasiones. En el año de la muerte de Enke, Biermann había aprovechado para entregar su testimonio sobre el mismo problema en una biografia titulada Depression: Red Card (Depresión: tarjeta roja).
Frente a esta tragedia, la pregunta que se impone es si es posible revertir la depresión. Y en el caso de Biermann, ¿podría el deporte de élite haber agravado sus síntomas en lugar de ayudar a curarlo?
Fútbol e impacto emocional
Ser blanco de la atención mundial no resulta una tarea sencilla para nadie e incluso los futbolistas protagonizan momentos de debilidad dentro del campo y frente a las cámaras. Prueba de eso ha sido el Mundial de Brasil, en el que se habló mucho del llanto y la "debilidad emocional" de los jugadores de la selección brasileña, que tras verse profundamente afectados durante el partido contra Chile recibieron, de urgencia, la visita de una psicóloga.
Anfitriones de la Copa del Mundo, los brasileños jugaban en casa bajo mucha presión, algo que quedó patente en la goleada que sufrieron ante Alemania en la semifinal. Los germanos terminaron ganando 7-1 en el Mineirao.
"El trabajo puede agravar una depresión, y el deporte es una profesión más", recuerda Dinah Akerman, psiquiatra formada por la Universidad de Sao Paulo USP. Pero además esta actividad tiene sus perticularidades, como "la presión por el éxito o la derrota". Aun así, si el jugador está con ganas y ánimo de seguir jugando no debe ser apartado de la actividad deportiva a causa de su depresión, explica la psiquiatra.
Aunque jueguen en equipos los deportistas están hoy muy solos" explica el doctor Daniel Arkader Kopiler, especialista en Medicina del Deporte y director de la Sociedad Brasileña de Medicina del Ejercicio y el Deporte (SBMEE, por sus siglas en portugués), que reflexiona sobre la carga que deben aguantar los jugadores.
Además del propio estrés del juego, si pierde, el jugador tiene la presión de la derrota; si gana, la de repetir el triunfo; también la de evitar que otro ocupe su lugar. Además tiene que entrenar a la máxima capacidad. Existe incluso el concepto de 'over training', que causa menor rendimiento y otros problemas. A las mujeres se les puede hasta retirar la menstruación".
Relacionado a estos factores está el de los calendarios demasiado intensos que provocan lesiones y desgaste en los jugadores, algo que explicaba a Terra el doctor Paulo Lobo, médico del deporte brasileño.
Pero además el negocio del fútbol no es todo alegría, fortuna y glamour. Por ejemplo, la amplia mayoría de los futbolistas brasileños (16 mil de un total de 20 mil) apenas gana 1.000 reales al mes (unos 500 dólares) y pasa desempleado más de 6 meses al año a causa de un calendario "desigual" que prioriza las contiendas de los principales clubes. Lo que ocurre gracias a este calendario es que el 85% de los clubes está inactivo durante más de la mitad del año mientras que los jugadores de los principales equipos están sobrecargados y muchos acaban lesionados.
Depresión y suicidio
La depresión es el mayor factor de riesgo para el suicidio. De acuerdo a la doctora Akerman, dentro de los diferentes tipos de ese trastorno, es más peligrosa la del paciente con trastorno bipolar, ya que hay un alto grado de impulsividad, lo que es un peligro. "Otro riesgo importante son los brotes psicóticos, de nuevo altamente impulsivos", agrega la experta.
Los deprimidos que ponen fin a su vida son una minoría, pero no por ello la depresión deja de suponer un importante riesgo: afecta a unos 350 millones de personas en todo el mundo, de las que unas 3 mil personas ponen fin a su vida diariamente, calcula la OMS.
Y la organización revela más cifras: cada año se suicidan casi un millón de personas, lo que supone una muerte cada 40 segundos. De cada 20 personas intentan suicidarse por cada una que lo consigue. El dato aún más grave es que en los últimos 45 años las tasas de suicidio han experimentado un aumento del 60% en todo el mundo.
En este sentido, los especialistas consultados por Terra coinciden en que si alguna persona da señales de estar profundamente deprimido, sea hablando de suicidio o de que "no vale la pena seguir adelante", es urgente buscar ayuda médica.
Aunque es conveniente respetar la voluntad del paciente, el tratamiento suele incluir medicación y terapia, y en casos graves puede ser necesaria la internación o que el paciente esté vigilado constantemente. "Yo misma ordené la internación de una paciente a la que tuve que retener en mi consulta hasta que llegaron sus familiares", cuenta la psicóloga Miriam Barros, especializada en psicodrama. "Estaba tan mal que parecía que iba salir de allí y lanzarse debajo de un coche".
Aunque tradicionalmente las mayores tasas de suicidio se han registrado entre los varones de edad avanzada, las tasas entre los jóvenes han ido en aumento hasta el punto de que ahora estos son el grupo de mayor riesgo en un tercio de los países. De hecho el suicidio es una de las tres primeras causas de defunción entre las personas de 15 a 44 años y la segunda en personas de entre 10 a 24 años.
¿El deporte no cura la depresión?
El suicidio no hace diferencia de raza, edad o género. Un deportista de élite, alguien en forma y aparentemente exitoso, también puede enfrentar una lucha silenciosa sin que los demás se den cuenta. Aunque el deporte ayuda a superar la enfermedad, no es la única medida que se debe tomar para combatir la depresión.
No son pocos los especialistas que se refieren a la práctica de ejercicios como el "antidepresivo más potente que existe", ya que mejora la salud en general y hace que el paciente se sienta mejor con su cuerpo y consigo mismo, recuperando la autoestima que posiblemente perdió, explican los especialistas. Por ello el ejercicio siempre es recomendado tanto para curar como para prevenir la depresión.
Es verdad que quien está deprimido no tiene precisamente ganas de ponerse a hacer deporte, pero en lo posible y a medida que mejora el cuadro, los pacientes pueden acostumbrarse y beneficiarse enormemente de la gimnasia, de acuerdo al doctor Arkader, especializado en el uso del deporte para tratamiento de la depresión en enfermos cardíacos.
Esta mejora es objetiva, no solo se mide porque la persona haga ejercicio y diga que se encuentra mejor, sino que podemos medirla con marcadores en sangre", explica el experto.
¿Qué actividad es más recomendable?
Los expertos dicen que cualquier tipo de actividad física ayuda, pero en especial aquellas que sonaeróbicas: caminar, correr, montar en bici y, aún mejor, las que se realizan en grupo, sea reunirse para jugar a deportes de equipo o bailar. Ver a los amigos supone una motivación y una excusa para socializar, algo que es fundamental para la persona deprimida.
Aunque la depresión pueda incluso ser una condición que acompañe al paciente de por vida, eso no quiere decir que la batalla no se pueda ganar más allá de las recaídas. "Cada episodio tiene cura", asegura Akerman.
No hay comentarios:
Publicar un comentario