15 de julio de 2014 • 12:26 • actualizado a las 13:25
Por Almudena Ortega - Terra
Hay múltiples motivos reales por los que preocuparse, lo que es un sano mecanismo de defensa y protección. Pero, ¿cuándo la ansiedad y el miedo pueden ser síntoma de un trastorno?
En la vida no nos faltan motivos por los que preocuparnos, desde problemas personales, como salud, trabajo, amor… a asuntos colectivos como política, medio ambiente, derechos humanos, seguridad, etc. Pero el caso es que la ansiedad constante no solo no ayuda y entorpece nuestras decisiones, sino que puede ser el síntoma de trastorno de ansiedad generalizada, altamente desgastante. ¿Cómo saber que se tiene el trastorno? La Harvard Medical School nos da algunas claves y el Servicio Nacional de Salud de Reino Unido NHS nos da varios tips para enfrentar el miedo.
Es obvio que necesitarás un diagnóstico médico para tener alguna certeza, pero mientras otros tipos de trastornos de ansiedad — tales como fobias específicas o como el trastorno de ansiedad social — surgen de situaciones particulares, el trastorno de ansiedad generalizada se caracteriza básicamente por la debilitante preocupación y la agitación por nada en particular, o nada en absoluto.
Las personas con trastorno de ansiedad generalizada tienden a preocuparse por los asuntos cotidianos. Ellos no pueden dejar de pensar que ocurrirá algo malo y que no estarán preparados. Pueden preocuparse en exceso por faltar a una cita, perder un trabajo o tener un accidente. A algunas personas incluso les preocupa preocuparse demasiado.
Síntomas
El trastorno de ansiedad generalizada se caracteriza por una excesiva ansiedad y preocupación que es difícil de controlar y causa grave angustia o interfiere con sus actividades diarias. Suele diagnosticarse si los síntomas se mantienen por al menos seis meses, durante más de la mitad de cada semana y si van acompañados de alguno de estos otros síntomas:
- Inquietud y sensación de estar al límite
- Taquicardia, falta de aire y palpitaciones
- Cansancio, fatiga
- Alteraciones del apetito
- Dificultad de concentración
- Irritabilidad
- Tensión muscular
- Problemas de sueño.
Los síntomas físicos también son comunes y pueden incluir un corazón acelerado, boca seca, malestar estomacal, tensión muscular, sudoración, temblor e irritabilidad. Estas expresiones corporales de ansiedad pueden tener un efecto negativo en la salud física. Por ejemplo, las personas con trastorno de ansiedad generalizada corren mayor riesgo de ataque cardíaco y otros problemas cardiovasculares.
Tips para controlar la ansiedad y el miedo
1. Tiempo libre y las pequeñas cosas: es imposible pensar o resolver nada si estamos abrumados. Si sientes que la ansiedad y la preocupación te bloquean, busca unos días libres. Empieza por lo básico: dormir, alimentación sana, paseos, algo de ejercicio, música. Si no paras la máquina corres el riesgo de cortocircuito.
2. Visualizar de forma realista qué es lo peor que podría pasar- y prepararse: muchas de tus preocupaciones pueden ser dramáticas pero otras, la verdad, son seguro insignificantes. Piensa qué tan grave es lo que te preocupa y prepara un plan mental en caso de que ocurra.
3. Enfrentarse al miedo: en algunos casos hay que exponerse a lo que nos preocupa; (desde hablar en público a enfrentar fobias, etc).
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