Por Susana Andrade -
Atabaque
2014-07-22
El Decenio Internacional
de los Afrodescendientes declarado por Naciones Unidas será del 2015 al 2024.
La Asamblea General estableció la celebración con el lema “Afrodescendientes:
reconocimiento, justicia y desarrollo” ya que a pesar de los esfuerzos
realizados, millones de personas siguen siendo víctimas del racismo, la
discriminación, la xenofobia y la intolerancia.
La situación de
desigualdad del género femenino sumada a ser afrodescendiente es cartón lleno.
Ni que hablar si además somos practicantes de alguna religión de origen
africano. El epíteto “La negra bruja o la bruja negra” cuestiones que para mi
criterio son cualidades, el lenguaje vulgar las trastoca en calificativos
insultantes.
Como te ven los demás es
o no es importante depende de cómo te pares.
Podrían herirte si en la
conciencia social existe un prejuicio degradante contra lo que eres.
Muchas veces antes de
vernos hermanos de humanidad, actúa la censura irracional, el preconcepto,
aquel clasismo derivado de la trata esclavista y la cosificación de las
personas africanas. Un horror esa verdad histórica que no tenemos derecho a
ocultar ni a olvidar si queremos construir el futuro con valentía y fraterna
honestidad.
Ojalá pudieran estar en
mí unos minutos y observar las expresiones de gente que me ve por primera vez
personalmente; y sé que respetan y aprecian nuestro trabajo social; ¡debatiéndose
entre quererme y tenerme miedo!
Esto mismo que me
provoca risa y una especie de ternura hacia quienes así se comportan, a otros
podría doler.
Como cuando preguntan si
nuestra religión hace daño…
¡A ningún credo se le
cuestiona éticamente pues por definición buscamos el bien!
Eso también es
discriminación.
Internacionalmente y a
nivel local desde el 2005, se propicia la equidad con instrumentos legales e
institucionales.
Las leyes no arreglan
todo, sin embargo, son una herramienta poderosa de justicia social si hay
voluntad política. Y ahora la hay.
Contamos con un marco
legal e institucional que paso a paso va delineando una política pública,
mostrando la puesta en valor de la población afrouruguaya que comienza a
empoderarse de sus reivindicaciones, a recuperar autoestima y tradiciones y en
definitiva, a sentirse igual en las oportunidades y derechos desde su identidad
ancestral, aportando al ser colectivo multicultural.
La resolución de la ONU
busca combatir los prejuicios y señala que la década de relevancia africana
será tomando en cuenta que todos los seres humanos nacen libres, con igualdad
de derechos y dignidad. Parece retórica pero hay que decirlo para que se afirme
y se concrete en los hechos. El mundo está plagado de arbitrariedades y las
generadas por la etnia o la línea de color, son tan antiguas como la existencia
de los países que se hicieron a imagen y semejanza de las clases dominantes
blanco-europeas, monárquicas, esclavistas y latifundistas
Lamentablemente el
racismo y la intolerancia son una herencia que alcanza a territorios y gentes
diversas que padecimos la sangrienta colonización y sus consecuencias eternas
de menoscabo de la identidad, desarraigo, falta de educación, pobreza,
arrinconamiento y aculturación entre otras desventajas derivadas de genocidios
y etnocidios.
Aunque sean difíciles de
vencer estructuras clasistas y jerarquizadas, las administraciones progresistas
han demostrado sensibilidad a los reclamos de la sociedad civil en estos
sentidos y la propia colectividad negra del Uruguay va tomando poco a poco
lugares de relevancia política desde donde organizar los cambios necesarios que
brinden garantías de democracia plena a las personas, sin importar su color de
piel o raíz étnica. Solidaridad, integración, respeto, felicidad. ¡Que sean
verdad! ¡Feliz Día Mujeres Afrolatinas y Caribeñas!
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