La
comunidad internacional parece haber olvidado que los palestinos no
sólo viven en la Margen Occidental y en la Franja de Gaza, sino en
diversos países árabes, sobretodo en Siria, Jordania y el Líbano.
Los periodistas occidentales que cubren el conflicto palestino-israelí se centran habitualmente en el drama de
los palestinos afectados por las políticas de seguridad israelíes,
mientras ignoran lo que les sucede a los que viven en los países árabes
de la zona.
Esos
periodistas, por ejemplo, suelen hacer la vista gorda ante los
asesinatos de palestinos que se cometen a diario en Siria, y ante el
hecho de que los que viven en el Líbano y en otros países árabes son
sometidos a un régimen de apartheid y a leyes discriminatorias.
Un
palestino que sea abatido tras apuñalar a un soldado israelí en Hebrón
recibe más atención en la prensa internacional que una palestina que
muera de hambre en Siria.
La
historia y las fotografías de Mahmud Abu Yeisha , abatido tras apuñalar
a un soldado en Hebrón, suscitaron la atención de muchos medios
occidentales, cuyos reporteros acudieron a la localidad para cubrir la
noticia.
Pero
el mismo día del entierro de Abu Yeisha, una mujer palestina que vivía
en Siria murió por falta de alimentos y de medicinas. La mujer,
identificada como Amneh Husein Omari, vivía en el campamento de
refugiados de Yarmuk, cerca de Damasco, que lleva asediado por el
Ejército sirio desde hace 670 días. Su muerte hace que el número de
refugiados palestinos fallecidos en el campamento por falta de comida y
medicamentos ascienda a 176.
El
caso de Omari no ha despertado la atención de ninguno de los
periodistas occidentales desplazados a la región. Por lo que a ellos
respecta, su historia no interesa, porque murió en un país árabe.
Si
Omari hubiera muerto en una localidad o en un campo de refugiados de la
Margen Occidental o de la Franja de Gaza, su historia habría ocupado
las portadas de la mayoría de los principales periódicos occidentales,
porque habrían podido atribuir su muerte a las medidas aplicadas por
Israel en la Margen o al bloqueo de Gaza. Los mismos periodistas que
informan de las duras condiciones económicas en los territorios
palestinos no parecen estar interesados por los palestinos que mueren de
hambre o son torturados hasta la muerte en países árabes.
Dichos
periodistas tampoco informan a su audiencia o a sus lectores del hecho
de que más de 2.800 palestinos han muerto en Siria desde el comienzo de
la guerra civil, hace cuatro años. Un informe publicado esta semana por
una organización de defensa de los palestinos revela que más de 27.000
de ellos han huido de Siria a diversos países europeos en los últimos
cuatro años. El informe señala, además, que el campamento de Yarmuk
lleva sin electricidad más de 730 días, y sin agua 229.
A
comienzos de este mes, otro informe señalaba que ocho palestinos habían
muerto torturados en una prisión siria. Tres de las víctimas eran
mujeres, entre ellas Nadin Abu Salah, de 22 años, que estaba embarazada.
El informe revela que 83 palestinos murieron torturados en prisiones
sirias durante el pasado mes de marzo.
Esos
palestinos tuvieron la desgracia de no vivir en la Margen Occidental o
en la Franja de Gaza: la comunidad internacional sólo presta atención a
los palestinos que son víctimas de Israel.
Asimismo,
los medios internacionales siguen ignorando el sufrimiento de los
palestinos gobernados por la Autoridad Palestina en la Margen Occidental
y por Hamás en la Franja de Gaza.
En
la Margen, las fuerzas de seguridad de la AP siguen deteniendo a los
palestinos que publican comentarios críticos en Facebook o que hablan en
contra de los dirigentes palestinos.
La semana pasada, por ejemplo, el Servicio General de Inteligencia palestino detuvo a Jalil Afaneh, un empleado del Waqf (el Departamento de Patrimonio Islámico), por difamar a Yaser Arafat en su página de Facebook.
El
25 de abril la Autoridad Palestina hizo arrestar al periodista de
Yenín Ahmed Abu Elaiya cuando se dirigía a una conferencia en Jordania.
No se explicaron los motivos de la detención, que no es la primera de
este tipo de la que han sido objeto periodistas y blogueros palestinos.
Otra
historia ignorada por los medios internacionales es la de Yihad Salim,
miembro del Bloque Islámico –organización vinculada a Hamás– en la
Universidad Bir Zeit de la Margen Occidental. Salim fue detenido por
agentes de la seguridad palestina después de que el Bloque ganara las
elecciones al consejo estudiantil de la Universidad.
Tras
ser liberado, explicó que había sido agredido físicamente por sus
interrogadores, que le preguntaron acerca de los motivos por los que el
Bloque Islámico había ganado las elecciones. "La Autoridad Palestina no
quiere democracia", dijo su madre tras su puesta en libertad. "¿Por qué
están deteniendo a estudiantes y a quién benefician con ello?".
La
situación en la Franja de Gaza no es muy diferente. La mayoría de las
noticias que aparecen en la prensa internacional ignoran las prácticas y
delitos cometidos por Hamás contra los palestinos. Consideremos, por
ejemplo, la reciente decisión del movimiento de establecer un nuevo
impuesto sobre una serie de productos, lo que ha suscitado fuertes
críticas por parte de muchos palestinos; algunos de ellos llaman
abiertamente a rebelarse contra Hamás.
Una
vez más estamos ante una noticia que no interesa a la mayoría de los
periodistas occidentales desplazados a Oriente Medio, sobre todo porque
Israel no está implicado.
Al
hacer la vista gorda ante el drama de los palestinos en los países
árabes y el de los que viven bajo el Gobierno de la AP o de Hamás, los
periodistas no sólo perjudican a su público, sino a los propios
palestinos. La constante obsesión de los medios con Israel permite que
los países árabes, la Autoridad Palestina y Hamás prosigan con su
sistemática violación de los derechos humanos y de la libertad de
expresión.
Fuente: http://www.religionenlibertad.com/los-palestinos-de-los-que-nadie-habla-por-khaled-abu-toameh-42161.htm
No hay comentarios:
Publicar un comentario