Déjà vu histórico

Los que digan que las inversiones se van a frenar por este escándalo, es todo lo contrario.

Si una empresa va a un país que ha sido capaz de meter a la cárcel a cuatro presidentes por rateros, significa que es un gran país. No porque haya tenido cuatro rateros en el poder sino porque ha sido capaz de meterlos presos.

Da confianza.

¿Por qué Odebrecht no fue a Chile? Ninguna empresa constructora brasilera ha ido a Chile porque ahí, no se puede coimear ni a un policía porque es cárcel en el acto.

¿Por qué Odebrecht estuvo en Argentina repartiendo “lisura” por todos lados, en Perú, en México, en República Dominicana, en Panamá, en Ecuador, en Venezuela, en Cuba?

Porque tenemos fama de ser países corruptos. Esa es la verdad.

La pregunta es: ¿Cómo nos quitamos esa porquería de fama que tenemos encima?

Pues haciendo justicia como corresponde, y castigando a quienes se tenga que castigar con todo el peso de la Ley.

Ya teníamos fama de países corruptos.  Todos sabíamos que éramos países corruptos, esa es la razón de porque vienen acá a hacer negocios corruptos.

El día que nos quitemos la etiqueta de corruptos de encima, vendrán inversiones grandes de empresas serias e inmensas.

Hasta ahora las empresas más grandes del mundo que han venido al Perú, han venido porque tenemos los recursos naturales que ellos necesitan. No porque seamos un país serio, con instituciones serias, con gente honorable y un Estado honorable.

A los peruanos nos daría mucha tranquilidad saber que trabajamos en un país que es capaz de meter a las más altas autoridad a prisión porque han sido unos coimeros.

Todo el mundo pensó que el proceso a Fujimori iba a ser un proceso profiláctico.  Pues no, hay cánceres que no se extirpan por completo y regresan, crecen, se multiplican y hacen metástasis de nuevo.

Estamos en una segunda metástasis en tan solo dieciocho años. En un sorprendente déjà vu histórico.

El problema es que a esta velocidad, vamos a hacer metástasis cada vez más rápido, si es que no resolvemos los problemas de fondo que hay que resolver.