Se ha contratado a un concesionario para hacer el aeropuerto
de Chinchero. Pero que no tiene las espaldas financieras para asumir el
contrato. De manera que, lo asumiría el Estado y se ahorraría el costo
financiero (intereses) que es muy alto. O sea, yo te doy el dinero, y tú y yo nos
ahorramos el costo del dinero.
La pregunta es ¿a cambio de qué?
A cambio de que el concesionario asuma el riesgo. Como
es “a suma alzada”, se irá desembolsando de acuerdo con el cumplimento.
La otra pregunta es ¿por qué una concesión tan
larga?
O sea, los años de concesión de la operación, era
lo que hubiera estado en discusión finalmente.
Pero ¿Qué ha hecho el gobierno?
En lugar de discutir eso, (que hubiera sido lo más
práctico), sale el Presidente a decir que lo van a hacer de todas maneras, pero
que lo diga el Congreso.
Lo cual demuestra una gran debilidad por parte del
gobierno. El Congreso no aprueba contratos.
¿En qué parte de la Constitución dice que el Congreso puede aprobar
contratos?, o ¿que la comisión Lava Jato tiene que aprobar el contrato? o ¿que
al Vitocho Garcia Belaunde le tiene que gustar el contrato?
Lamentablemente, el Presidente es el ejecutor, su
deber es ejecutar o no ejecutar. No puede lanzarle la “pelota” al Congreso, porque
le da miedo.
Si el Presidente tiene miedo, que lo cancele, de
otro modo que lo haga o que lo cambie.
Pero no puede decir que lo haga el Congreso.
Al Congreso no le toca decidir sobre un contrato al
cual la constitución no le da competencia, y además, porque el Congreso no
conoce los detalles técnicos, no ha participado del concurso, nada. Ni siquiera, se le puede pedir una opinión.
Martín Vizcarra indica que hay un ambiente en el
que se duda de todo, (es verdad) y está bien que se socialice el proyecto para
que no quede ninguna duda de qué es lo que se está haciendo. Para que la gente no invente estupideces.
Sin embargo, el Presidente está muy confundido. Probablemente, ha visto las encuestas del día
de ayer y ha leído que el 42% de los peruanos creen que él ha recibido coimas
en el gobierno de Toledo. Y su popularidad ha caído 11 puntos en un mes. Se
asustó.
Lo dramático que el escándalo de Odebrecht más su
debilidad en el caso Saavedra, da como resultado un Presidente “corrupto” y un Presidente
débil. Para quienes votamos por él, nos queda claro que no es corrupto, pero sí
es débil. Para quienes no votaron por
él, es claro que el Presidente el corrupto y débil.
Y ayer, confirmó lo segundo.
Si estamos reclamando que el Presidente debe
demostrar firmeza en sus decisiones, no puede salir a pedirle “permiso” al
Congreso.
Es sorprendente que el Presidente anuncie la
suspensión del contrato, más tarde salga a defenderlo explicando la razón y
luego diga que van a pedirle una opinión al congreso, cuando no es su
competencia. Papelón.
Y además, temas de forma. No se da un mensaje a la
Nación…POR UN AEROPUERTO, pues!
Y mucho menos, un día lunes, a las cuatro de la
tarde, en un día de verano con calor abrasador, donde no te ve ni tu mamá (que
te quiere!) Para eso, se hace un programa en el Cusco. Bastaba explicarles a los cusqueños (primeros
interesados) qué es lo que estaba pasando.
Lamentablemente, los cusqueños recién se enteraron
de lo que sucedía cuando empezaron a desmontar el escenario!.
Un desastre.
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