El Presidente baja de 43% a 35% en un mes. Su falta de liderazgo no deja de pasarle factura. Eso sumado a la retahíla de torpezas de las cuales es principal protagonista, como decir "mis ministros no me hacen caso", o dejarse embaucar por Keiko Fujimori y el Cardenal Cipriani, o hacer frivolidades cuando el país no está en frivolidades, o decir en plena tormenta de Odebrecht "no todo lo que hizo Odebrech es malo", pues bazuca en el pie!. No transmite un mensaje claro de lucha anti corrupción.
Y sobre todo dejó caer a su ministro de educación. No debió mostrarse débil. Ni siquiera tiene una bancada importante para que lo defienda. Su bancada es minúscula. Nunca debió permitir que el Congreso hiciera lo que le diera la gana sin justificación alguna (inventaron lo de las computadoras) premiando de paso a unos evangélicos fanáticos religiosos que nos están volviendo locos a la gente cuerda de este país,
Eso demostró que es un presidente débil, y si es un presidente débil, también lo es con la corrupción.
La gente percibe que el Presidente no va a ser duro con la corrupción. Eso está muy mal.
Se vuelve a un círculo complicado de no creer en lo político, porque los políticos son corruptos y viven en la impunidad, y al vivir en la impunidad, vuelven a delinquir y nadie hace nada.
Aquí unas preguntas de la última encuesta de GfK.
Ese 68% debe hacer el esfuerzo en informarse un poquito más. En realidad, si uno no se informa, lo que va a tener son prejuicios, rumores, especulaciones como la base de sus opiniones, y esa no puede ser la base de sus opiniones.
Una opinión es respetable en la medida que esté correctamente informada. Una opinión que nace de la ignorancia o de la desinformación absoluta no va a ser respetada.
Si queremos tener algún prestigio en su familia, en su comunidad, respecto a sí mismo, hay que tomarse el trabajo de leer un poco más, de escuchar un poco más, de ver un poco más.
Espacios para informarse de política hay cada vez menos, Sin embargo, es necesario buscar esos espacios donde podemos y debemos interesarnos más. También es necesario desechar esos espacios en donde se difunden "hechos alternativos" o "post verdad", donde la verdad no importa.
Si hay 68% que reconoce no estar lo suficientemente informado de lo que pasa con la política en su país, no puede quejarse después que hayan tres ex presidentes que recibieron coimas de Odebrecth y decir que nunca se enteró.
En este otro cuadro, el 43% de los encuestados cree que el Presidente de la República es un coimero. Si su popularidad baja de 43% a 35% en un mes, estamos en una situación en la que el caso Odebrecht le ha dado en la línea de flotación a la credibilidad del Presidente (de un presidente débil).
Esto es muy grave para la estabilidad del Presidente. En un país en donde nadie confía en las instituciones, más bien, las desprecia, es muy fácil que los proyectos autoritarios y las dictaduras tengan éxito. Y al mismo tiempo, estamos hablando de una población que se auto reconoce como muy poco informada en política, nada menos que el 68% de los encuestados. La mesa servida. Es la "tormenta perfecta" para promover la vacancia presidencial.
Lamentablemente, estos autoritarismos surgen cuando dicen "todo es corrupto" Sólo tenemos que recordar la historia. Después del primer gobierno de Alan García, toda la población salió a protestar contra la corrupción de Alan García y su clase política porque era corrupta. Los peruanos percibían a Alan García como un hombre sumamente corrupto.
Alberto Fujimori puede hacer un golpe de estado sobre el pedestal de la corrupción de García. Sobre ese pedestal se pone de pie y se erige como el hombre que nos va a salvar del terrorismo, de la corrupción de la partidocracia.
Los autoritarismos se instalan y son populares como salvadores de algo.
Vivimos tiempos muy peligrosos. Se está armando un combo demoledor para la democracia.
Debemos informarnos más y mejor. No creer en portátiles ni en rumores que se esparcen en redes sociales. Porque no son fruto del azar, son estrategias diseñadas por las personas que justamente son las que están implicadas en realidad en los casos de corrupción.
Esperemos que el Presidente revierta esta situación por el bien de la Nación. Pero cuando se está en caída libre, es muy difícil frenar.
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