Por Aldo Mariategui
¿Cómo un liberal vargasllosiano como el ministro de Defensa, Pedro Cateriano, ha permitido que se le ponga el nombre del dictador Velasco a una promoción militar, tanto que se hace el eterno achoradito con apristas y fujimoristas para terminar tolerando esta barbaridad? Este resultó un palomilla de ventana, un boquilla de Twitter nomás…
Según me dicen amigos de las Fuerzas Armadas, ese nombre fue impuesto por el mismo Ollanta, porque adentro no querían. Y no me vengan con la excusa de que ese tipejo que lamentablemente nos gobernó se merecía tal homenaje por haber repotenciado a las FF.AA. (y creado así, junto al inútil oleoducto selvático y los subsidios indiscriminados a combustibles y alimentos, una descomunal deuda externa que nos agobió por dos décadas). ¡Con ese argumento tan pueril, el padre del gigantesco rearme alemán Hitler también ‘merecería’ apadrinar una promoción en Alemania! No me sorprendería que de aquí a un tiempo tengamos las promociones Nicolás de Bari Hermoza o hasta Vladimiro Montesinos…
Hasta los dictadores Odría o el mariscal Benavides se merecerían apadrinar una promoción antes que Velasco. Por lo menos ambos no destrozaron el país y más bien trajeron mucho progreso material, nos guste reconocerlo o no.
Velasco fue un Hugo Chávez, solo que sin plata para dilapidar (por eso nos generó tal deuda externa) y carisma personal (era insoportablemente antipático. Por eso no dejó herederos políticos, a pesar de tanto populismo regalón, y el Partido Socialista Revolucionario de sus seguidores Enrique Bernales y Marcial Rubio, par que ahora tanto nos peroran de democracia, no pasaron jamás del 2% de votos).
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