martes, 11 de marzo de 2014

Racismo

En España, un atleta lanzador fue fotografiado mientras hacía un gesto nazi junto a otros dos atletas. El muchacho campeonó y el Comité de Disciplina de la Federación de Atletismo decidió no incoar expediente disciplinario y archivó las actuaciones de los lanzadores. En el diario El País (España), salió publicado este titular: “Los negros de Brasil levantan la voz”, (no creo que ese titular pueda haber sido publicado en USA). Este artículo refiere que víctimas del racismo se animan a denunciar actitudes discriminatorias e informa que la última sentencia condenó a un supermarket a pagar US$.8500 a un cliente que llamaron “negro ladrón”.

En México, el grupo Pachuca presentó videos en los que se hacían sonidos como de mono a jugadores negros colombianos y ecuatorianos que juegan para los equipos León y Pachuca. Dicen que la Federación de ese país tomó nota.

En Perú también se hicieron sonidos como de mono al jugador brasilero Tinga y se siguen haciendo a jugadores de color peruanos. Años atrás, el diario Correo (Perú) publicó un artículo periodístico que fue catalogado como el artículo más racista de los últimos tiempos.

En Italia, hicieron llorar al jugador Balotelli.

Según el Washington Post, Venezuela es el país más racista del continente.

En este tiempo en el que vemos escenas como éstas y formas de actuar hacia las personas de otras razas, impropias de un pueblo civilizado y de un Estado basado en el reconocimiento y garantía de los derechos de las personas, convendría echar la vista atrás para conocer el origen de una de las ideologías dominantes durante la segunda mitad del siglo XIX y que terminó por extenderse posteriormente en determinadas formaciones y movimientos políticos, además de impregnar algunas mentalidades: el racismo. Las teorías racistas de nuestro tiempo tedrían su origen en dos líneas de pensamiento interconectadas.

El darwinismo social, que está basado en interpretaciones sobre los escritos de Darwin, que fueron planteados teóricamente por Herbert Spencer en un inicio, y posteriormente usadas para fines políticos, recibiendo numerosos adherentes. El darwinismo social gozó de una gran aceptación en círculos académicos y fue una gran influencia en países imperialistas a finales del siglo XIX y en la primera mitad del siglo XX.

El paleontólogo Stephen Jay Gould denunció duramente las bases del darwinismo social, considerando que la "falsedad científica" de sus argumentos condujeron a la matanza de millones de seres humanos que perpetuaron las injusticias sociales con el argumento de la supuesta inferioridad innata de algunos seres humanos.

Los "darwinistas sociales" se han percibido a sí mismos como actores que aplican las bases biológicas darwinianas a la sociedad. 

Por otra parte, se desarrolló otra teoría que, aunque entroncaba con la anterior, cargaba más las tintas en el concepto raza. El escritor francés J.A. de Gobineau publicó en 1853 Ensayo sobre la desigualdad de las razas humanas, obra donde se recogían gran parte de sus ideas. Para el autor, el desarrollo tenía que ver con la raza. Aquellos pueblos que mantenían su pureza racial serían superiores. La raza superior sería la de los germanos, que habitaba no sólo Alemania, sino también el norte de Francia, los Países Bajos, Bélgica y el Reino Unido. Era una “raza pura”, que procedía de los arios, frente a las “razas mestizas” del sur europeo, mezcladas por su historia vinculada al Mediterráneo. Por debajo estarían las “razas amarilla y negra”.

Estas ideas terminarían calando en movimientos y partidos políticos del siglo XX con las graves consecuencias que todos conocemos. Lamentablemente, no han sido desterradas de nuestras sociedades y resurgen, con nuevas reinterpretaciones, casi siempre en tiempos de crisis. Todos denuncian el racismo y levantan su voz de protesta pero parece que es una tara que nos atravesará para siempre.

Si algo es fácil de transmitir a las nuevas generaciones, son los estereotipos. Sociales o culturales, no importa. Por ser elaboraciones fácilmente digeribles, se incorporan al inconsciente de manera automática, sin mayor reflexión por haber sido heredados de los padres o de líderes políticos y espirituales en un contexto de credibilidad. Así es como se eternizan los vicios y las patologías humanas de discriminación, sexismo, racismo y desprecio por quienes no calzan en nuestros parámetros respecto de lo que debe ser.

En el Perú, hasta ahora no se hace nada. Las autoridades están más preocupadas en controlar los desmanes de las barras bravas dentro y fuera de un estadio que por sancionar lo que realmente enferma las almas de la gente. Parece ser que no hay percepción entre lo que hace tanto daño y lo que no.

La discriminación es un fenómeno cotidiano que impide el progreso de millones de personas en todo el mundo. El racismo y la intolerancia pueden adoptar diversas formas desde la negociación de los principios básicos de igualdad de las personas hasta la instigación del odio que puede llevar hasta al asesinato.

El Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial se celebrará el 21 de marzo. Que esta sea una oportunidad para reforzar la lucha contra toda discriminación en todas sus manifestaciones.

Fuentes:
Los orígenes ideológicos del racismo contemporáneo - Eduardo Montagut Contreras | 10-03-2014
El darwinismo social: utilización de la ciencia con fines políticos (II PARTE)- Oswaldo Báez / 2009

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