Excelente artículo publicado por Francisco Gomez Maza, sobre la corrupción en Mexico. Corrupción que atraviesa todos los estratos de la sociedad y que no es patrimonio mexicano solamente. Parece un calco de nuestra sociedad.
El texto original de Éste artículo fue publicado
por Agencia Quadratín en la
siguiente dirección: http://www.quadratin.com.mx/opinion/%C2%BFLa-corrupcion-somos-todos/
En tiempos de los gobiernos de la revolución, la filosofía
del mexicano era la corrupción. Y es posible que haya sido desde que los
españoles embarazaron a las indias. No eran, ciertamente, los conquistadores un
dechado de virtudes.
Más acá, en tiempos de las dictaduras militares en América
del Sur, la filosofía de los del sur era la hipocresía, sobre todo en Brasil,
Uruguay y Argentina.
Los revolucionarios, los subversivos, tenían que fingir,
simular. En el día eran ciudadanos "normales" - empleados de banco,
profesores de la universidad, burócratas - y en la noche cogían el fusil para
luchar contra las fuerzas de seguridad.
Cayeron las dictaduras y los brasileños
o argentinos dejaron a un lado la simulación como inspiración de vida.
La
corrupción continuó siendo la filosofía del mexicano. La corrupción somos
todos, decíamos todos en aquellos tiempos en que el presidente Miguel de la
Madrid puso en marcha su Renovación Moral.
Y pasan los años, y trascurren los
sexenios; gobiernos van, gobiernos vienen; se quiebra el PRI y arriban los
panistas - no les gusta que se les diga que son de derecha y menos que son
corruptos; pues son de derecha porque les importa un pito la suerte de los
trabajadores; el presente y el futuro de los más de 60 millones de pobres; y ahora
están embarrados del estercolero de Oceanografía - y la corrupción continúa
siendo la filosofía de vida de los mexicanos. El cañonazo de 50 mil pesos de
aquel preclaro prócer, Álvaro Obregón. Se ha abultado y ahora es de miles de
millones de dólares.
Los más recientes ejemplos, producto de la mala educación
- ¿somos corruptos desde que nos conciben nuestros padres? - son Oceanografía y
Mexicana de Aviación. Pemex, la empresa de México, tiene la fama. Los líderes
de los trabajadores petroleros gozan de ese indigno prestigio; los dirigentes
del magisterio, igual; los líderes sindicales, todos; los gobernantes, los
diputados, los senadores, los agentes del ministerio público; los jueces.
De
vez en cuando, algún presidente dice que luchará contra la corrupción. Y deja
La Silla, después de seis opíparos años, hinchado de billetes. El más directo
fue Miguel de la Madrid Hurtado, cuya divisa fue aquella frase, convertida en
burla, de "la renovación moral de la sociedad". La corrupción somos
todos...
Y es que los mexicanos somos corrompidos por nuestros propios padres,
desde antes de que uno entre millones de espermatozoides fecunde un mínimo
óvulo de la que va a ser nuestra madre. Los premios y los castigos. Si te
portas bien, te doy. Te lo doy, pero no se lo digas a nadie; menos a tu padre.
Y todo el mundo habla de que hay que acabar con la corrupción. Lo he oído desde
que me inauguré de reportero, allá por la mitad de la década de los 60, Ya
llovió. Y continúan hablando contra ella. Pero se ataca la corrupción de labios
para afuera, y los corruptos continúan siendo corruptos y, lo más grave, son
premiados; siguen viviendo en la total impunidad. Si acaso los meten en la
cárcel unos cuantos años y salen limpios. El Ministerio Público, que tampoco se
salva de ser calificado der corrupto, no sabe cómo sostener las pruebas que le
presenta al juez, que tampoco se salva de ser tildado de corrupto.
En el fondo,
más que la falta de rendición de cuentas y de transparencia, lo que está es la
mala educación. Se nos educa para la corrupción. Hasta los resultados de los
exámenes escolares, para copiarlos, son vendidos. Y no falta el cochupo al
profesor para pasar la prueba incólumes.
El problema de corrupción podría
afectar las expectativas e impactos de las reformas estructurales, dicen los
analistas del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado. Y vaya que sí.
En México, el país más subrrealista del mundo, todo ocurre. Hasta que haya
ciudadanos honestos, o gobernantes honestos, o policías incorruptibles.
Los
diputados no quieren hablar de la corrupción. Desde que el presidente Peña
Nieto tomó posesión, está en la agenda la creación de la Comisión Nacional
contra la Corrupción. ¿Otra renovación moral, al estilo delamadridista? Y en
los corrillos legislativos nadie sabe qué pasará con ese asunto.
Mientras
tanto, la corrupción continúa siendo la filosofía de vida de los mexicanos
Éste contenido se encuentra protegido por la Ley. Si lo cita, por favor diga la fuente y haga un enlace a la nota original de donde usted lo ha tomado. Agencia Quadratín. Todos los Derechos Reservados © 2014.
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